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Mentalidad imparable
Mónica Pascual

Claves para entrenar una mente ganadora.

Mónica Pascual

MENTALIDAD IMPARABLE

El partido más difícil se juega en tu cabeza

Ningún terreno de juego es tan peligroso y traicionero para un deportista como el que tiene ubicado en su cabeza.

Actualizado a
El partido más difícil se juega en tu cabeza

Maracaná, la Bombonera, Anfield, Feijenoord o el siempre temido Rajko Mitic del Estrella Roja turco. Por su estructura, forma, capacidad o cuerdas vocales de la hinchada hay estadios en los que jugar como visitante exige un esfuerzo aún mayor. Sin embargo, ninguno de estos terrenos es tan feroz, peligroso y traicionero para un deportista como el que tiene ubicado justamente en su cabeza: su mente.

En la mente del deportista habitan muchos otros rivales que van más allá de los contrincantes o el equipo contrario. El ansia de ganar, el miedo de no ganar, las rencillas que surgen entre rivales, la impaciencia… Son muchos los obstáculos que traspasan lo que podemos ver en el terreno de juego o en la pista. La premisa que a veces cuesta interiorizar: no siempre gana el más fuerte sino el más inteligente, porque al final, el partido más difícil se juega en la cabeza.

¿Cómo se gana ese partido?

Hay un libro que profundiza específicamente sobre este punto. Es ‘El arte de la guerra’, el tratado sobre estrategia más famoso del mundo. Para mí, un libro de culto del que voy desgranando muchas de las claves que aplico en mi día a día como coach deportivo. Hay una frase en particular que ilustra bien cómo es y cómo se gana ‘ese otro partido’ que se juega en la mente: “En la guerra, quien conoce a su adversario y se conoce así mismo, librará cien batallas sin recorrer ningún peligro; quien no conoce al contrario, pero sí a sí mismo, ganará una batalla y en la otra estará perdido; y quien no conoce al contrario ni tampoco a sí mismo, en todas las batallas será, sin remisión, vencido”.

Tan importante es no fallar como saber aprender del fallo cometido y no situarse en una posición de rabia y bloqueo.

Es decir, estamos hablando no solo de la potencia, la fuerza o la rapidez, o cualquier otra capacidad física, sino del conocimiento que un rival tiene de lo que sucede en el campo de batalla. Es decir, de lo que él tiene a su favor y en contra y de lo que el contrincante tiene a su favor y en contra.

Por ejemplo, tan importante es no fallar como saber aprender del fallo cometido y no situarse en una posición de rabia y bloqueo. Son muchos los deportistas que en un momento de confianza por su hegemonía se han visto superados precisamente por su complacencia y falsa sensación de seguridad. En ese momento, cuando llega el error, sienten ira y enfado con ellos mismos, y eso les aleja del foco y de la victoria. Ya lo dijo Sun Tzu: “Debemos fingir debilidad, para que el enemigo se pierda en la arrogancia”.

Por el contrario, el rival que ha alterado el resultado en un momento clave, vuelve a sentirse con fuerza y confianza para remontar el partido. ¿Es cuestión de puntos? Es cuestión de mentalidad. En palabras del maestro estratega: “Grandes resultados pueden ser conseguidos con pequeños esfuerzos”.

La concentración, la templanza, el equilibrio surgen desde dentro, volviendo a dejar evidente que un partido se juega en dos terrenos: el de juego y el mental. “El buen estratega se sitúa en una posición que imposibilita su derrota, y al mismo tiempo no desaprovecha ninguna ocasión para derrotar al enemigo. El buen estratega cultiva el orden y preserva la disciplina y es, merced a ello, señor de la victoria o de la derrota”, encontramos en el libro de Tsu Tzu.

La gestión del fallo a través de la mentalidad es clave para muchos deportistas que tienen un gran talento pero que posiblemente descuidan esta otra ‘batalla mental’. Es lo que le pasaba a Cristina Beltrán que se convirtió en campeona de España de tiro una vez aprendió a enfocar correctamente los fallos, un trabajo que hicimos juntas.

¿Qué le sucedía?

Simplemente no sabía enfrentarlos ni aprender de ellos y se le hacían enormes. ¿Le faltaba puntería? No, le faltaba un cambio de mentalidad para poder encajar los errores como oportunidades de aprendizaje. Y eso lo cambió todo. En este link te comparto esta y otras cuatro historias que ilustran esas otras batallas mentales que surgen en la trayectoria del deportista de elite.