La rueda de prensa de los árbitros, el futuro de la transparencia del fútbol.
El Barça se acuerda de los colegiados cuando pierde, pero ponen sobre la mesa la necesidad de “humanizar” a los árbitros y que den explicaciones.
No es intencionado el hablar en tantas ocasiones del F.C. Barcelona o de alguno de sus jugadores más ilustres. En estos casos suele ser para elogiar alguna aventura empresarial y aunque pudiera resultar fácil centrarnos en el polémico casi que ha involucrado a la Federación Española de Fútbol y a Gerard Pique, es una situación sobre la que hay que hacer un análisis mucho más pausado. No, en esta ocasión me referiré a las palabras del entrenador de F.C. Barcelona al finalizar el partido contra el Rayo Vallecano cuando afirmaba que, "Si los árbitros se equivocan que salgan a hablar, se les humanizaría".
No hace tanto tiempo, entrenadores como Pep Guardiola marcaban una línea muy distinta indicando "No hablo de árbitros, como hacen otros cuando les conviene", jugadores ilustres del equipo como el propio Piqué eran categóricos al decir que "El Barça nunca habla de árbitros" o Dani Alves cuando ganando título tras título declaraba "Nosotros hablamos de que jugamos bien, no de árbitros".
Sinceramente, no hay que remontarse en la hemeroteca para encontrar como el propio Xavi, al coger las riendas del club esta misma temporada afirmaba; "No hablaré nunca de los árbitros, es un trabajo difícil y está el VAR". Podría pensarse que este artículo se plantea para desenmascarar algún tipo de hipocresía por parte del club, pero lejos de eso, creo que Xavi tiene mucha razón en lo que plantea y los árbitros deben poder ser cuestionados y examinados en su trabajo como los demás profesionales.
En el campo hay 22 jugadores a los que se juzga por cada jugada en la que participan, 2 equipos técnicos a los que se evalúa por cada planteamiento técnico y sus diferentes adaptaciones al partido y un equipo arbitral cuya sola mención a su desarrollo profesional entraña la apertura de un expediente sancionador. Es algo que no tiene sentido. Los árbitros son una parte indispensable del desarrollo del fútbol y son en gran parte los guardianes de la integridad del propio deporte.
Actualmente, la industria del fútbol es un espectáculo que no rodea exclusivamente al encuentro en sí, sino también el pre-partido y el post-partido, con análisis y tertulias que en muchas ocasiones duran más que el propio encuentro. Desde hace unos años se incorporó el formato de las entrevistas a pie de campo en donde los jugadores tienen aún las pulsaciones y la adrenalina disparadas, con la intención de sacar algún titular jugoso. Sin embargo, el estamento arbitral parece seguir al margen de todas estás cuestiones.
Nadie espera que las decisiones sean 100% acertadas, y si bien, herramientas como el VAR, pueden ayudar en las más importantes, buscar esa perfección ralentizaría el juego hasta ser impracticable. Como dice Xavi, todos los espectadores, somos capaces de comprender si un árbitro se equivoca, y declara que ha sido un error humano en una decisión concreta que a todos nos puede pasar y le "humaniza".
En cualquier caso, esta nueva política serviría para ofrecer transparencia al sistema y no quedarnos anclados en situaciones donde a un árbitro del que nadie puede hablar u opinar, se le "envía a la nevera" unos cuantos partidos. Si esta valoración se hace desde el respeto y como análisis del propio juego, creo que evitaría cierta animadversión por este colectivo que ya sea por uno u otro lado de la grada, suelen acabar pitados.
Por otra parte, si bien son minoritarios, no se puede negar que existen casos de corrupción en el mundo del fútbol y el arbitraje como la investigación que se está llevando a cabo en Portugal sobre el excolegiado Bruno Paixão, (Jorge Patiño – Colombia (2002), Jacinto Paixao – Portugal (2004), Robert Hoyzer – Alemania (2005), Edilson Pereira de Carvalho – Brasil (2005), Javier Ruíz – Argentina (2011), Lu Jun y Huang Junjie – China (2012)...) y tener que exponer en rueda de prensa, el por qué de determinadas decisiones ante todo el mundo, sirve de un claro elemento coercitivo a recibir este tipo de propuestas.
Los árbitros aciertan mucho más de lo que se equivocan. Igual que podríamos decir de los porteros por ejemplo, que paran mucho más de lo que les meten. Sin embargo, si cometen un error, nadie espera que no se pueda opinar de ese error, y esta sobre protección que tienen los árbitros, los convierten en objeto de críticas y no ayudan a avanzar en una nueva era del deporte regido por la transparencia y la integridad.