Radio, la tecnología con la que Varlion busca recuperar su sitio
La que fuera la firma más emblemática de pádel regresa tras años de olvido y lo hace con una nueva forma de fabricar las palas.
Varlion es, sin duda, una de las palabras más asociadas al pádel. Para los que están dentro y fuera de él, incluso. La firma hispano-argentina o argentina-española -según se quiera- fue la primera que acuñó el concepto de marca de pádel y durante más de una década se convirtió, sin discusión, en la líder del sector.
Y es que no hace tanto de aquello. A los más nuevos, quizá, ni les suene, pero Varlion fue la primera grande del pádel. Fundada a principios de los años 90 por Félix Regalía, logró un rápido auge en Argentina y se mudó llegando a la década del 2000 para cimentar su fama en el nuevo escenario donde se movía el pádel: España.
Entonces, y ya entrado el nuevo siglo, se convirtió en la reina del mercado. Algunos dicen que, incluso, llegando a superar los 10 millones de euros de venta -una barbaridad por aquel entonces- en su máximo esplendor. Sus palas era las más deseadas, su nombre circulaba por todas las pistas y, con toda seguridad, uno de sus modelos fue el más vendido durante años: la Varlion Lethal Weapon 3. Puede que, incluso a día de hoy, siga en el top-3.
Y, de ahí, a la casi nada. Tan rápido fue el ascenso como el efecto físico contrario. Su descenso al ostracismo provocó que muchos jugadores buscaran desesperados sus palas sin encontrarlas, que su naming fuera cediendo terreno ante otros competidores y que lo que fuera un imperio se convirtiera casi en algo residual. ¿El motivo? Decisiones empresariales arriesgadas de una gerencia disruptiva en la concepción del producto y caótica y anárquica en muchas otras facetas.
El periplo por el desierto ha sido largo aunque, paradójicamente, su nombre siempre ha seguido estando en boca de todos. Varlion ha permanecido en la memoria y el anhelo de miles de jugadores por la calidad y jugabilidad de su producto incluso cuando este tenía que acudir a comprar una tienda o probaba una nueva pala. Y ya no había. Como cuando el nostálgico, por naturaleza, añora aquel recuerdo en el que cualquier tiempo pasado fue mejor,
Y, ahora, ha vuelto. Otra vez. No es la primera ni la segunda. Ni la quinta. Y lo hace con una tecnología, cuanto menos interesante, que promete un cambio radical en el concepto de la fabricación de las palas de pádel.
Radio, la promesa del futuro del pádel
Lo cierto es que Varlion ha regresado a pasitos cortos en los últimos años. Y, ahora, pretende dar el salto definitivo para meterse de lleno en el star system que copa el mercado y que está liderando una expansión cada vez más internacional y boyante.
Y para ello ha patentado una forma única de fabricar las palas que promete cambiar el concepto del mercado y que, como un mantra, repite el CEO de la marca: “supone un antes y un después”. Dudas o no, lo cierto es que algunas de las tecnologías que hoy se aplican a las palas, las incorporaron Varlion y/o Regalía.
Porque la tecnología Radio permite fabricar palas sin perforar. O lo que es lo mismo, el sistema de agujerado de las caras no se taladra, viene en el molde. Hasta la fecha, la forma tradicional de fabricación consistía en elaborar las caras en el molde, incorporar e inflar el tubular y perforar con una broca o taladro posteriormente. Varlion, asegura, ha logrado por primera vez romper con este proceso.
El truco de Radio y Varlion
Y sí, es cierto. Varlion da la vuelta al proceso. En una visita a su propia fábrica pudimos comprobar que los modelos que llevan a tecnología Radio -al menos los vistos in situ- no necesitan de taladrado tras haber pasado por los moldes y los hornos. Entonces, ¿cómo se realiza?
Varlion invierte la fabricación. En lugar de perforar en el pos, lo hace en el pre. Corta mediante láser las planchas de materiales -goma, carbonos, etc- y estas pasan directamente a unos moldes especiales -aquí está la patente- que cuentan ya con unas protuberancias que casan con los cortes y generan el espacio entre las palas.
Ahí está el truco. No hay perforación y, por lo tanto, no se golpea y daña el producto debilitando su estructura. Es un proceso largo, muy artesanal, y, parece, extremadamente caro. Las dudas, claro, son lógicas: ¿sirve para algo? ¿disminuye la probabilidad de rotura? ¿cambia la jugabilidad?
La realidad es que las palas que incorporan esta tecnología Radio -que reduce el número de agujeros a 32 en lugar de más de 70- y su complementaria Air Flow -que promete dar mayor movilidad por el proceso de mejora del paso del aire en unos espacios más abiertos en la pala- se mueven con dinamismo, responden con una alta reactividad al golpeo y sorprenden al tacto en mano por la velocidad con la que la pelota tracciona.
No sabremos cuál será el recorrido -si lo tiene- de esta tecnología ni de Varlion porque los antecedentes hablan también de su historia y, promesas vacías aparte, muchas han sido las decepciones de los fanáticos -que los hay y muchos- de la marca de Azuqueca de Henares o Camarma. Por el momento, ha vuelto a World Padel Tour, a la élite del profesionalismo y cuenta ya con unsa larga lista de nombres en sus filas como Mike Yanguas, Iván Ramírez, Jessica Castelló, Verónica Virseda o Bárbara Las Heras.
Lo que es seguro es que es de celebrar que Varlion siga innovando, siga probando cosas nuevas y que, como es seña de la casa, rompa moldes. Su apuesta sigue pasando por un producto de altísima calidad donde se cuida el detalle y la jugabilidad es casi la propia cadena de su ADN. Y, ahí sí, Varlion sigue teniendo la clave del éxito.