La fotografía y vídeo submarino es, desde mi punto de vista, la modalidad más dura y difícil de la imagen. Una actividad outdoor que exige un control depurado de varías técnicas y cuyos resultados están a merced de las duras condiciones mutantes del mar. Tener buenos resultados con una cámara debajo del agua precisa de una pericia de buceo cuasi perfecta, un conocimiento del medio y la biología marina extenso, una experiencia dilatada con la fotografía y un sexto sentido para cazar la oportunidad perfecta, que debajo del agua apenas dura unos cuantos segundos.

La imagen submarina es tan difícil que hizo jurar al propio director Steven Spielberg, cuando estaba dirigiendo su gran éxito Tiburón, que nunca más rodaría una película debajo del mar. Las escenas submarinas del gigantesco monstruo se llevaron gran parte del presupuesto de la filmación, la mayoría habían resultado con tan poca calidad, que el pobre Steven, a la postre el Rey Midas de Hollywood, se convenció de que ese sería el final de su carrera cinematográfica. Por suerte, no lo fue.

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Es cierto que en 1975 todavía no había tenido lugar la revolución digital, aunque justo en aquel año Kodak desarrolló el primer prototipo de cámara sin película sino con sensor electrónico ¡Qué ironía! Hasta entrado el año 2000 los buceadores se sumergían armados con pesadas carcasas estancas en cuyo interior las cámaras estaban cargadas con un simple carrete de 36 diapositivas para disparar en un máximo de una hora, o menos. El resultado no se podía conocer hasta pasar el revelado.

Hoy en día el desarrollo tecnológico ha hecho posible que la cantidad de fotografías sea virtualmente ilimitada. Las imágenes submarinas son cada vez más impactantes y mejores , pero, aunque haya democratizado la imagen submarina entre un rango mayor de aficionados, lo cierto es que la dificultad no ha descendido. No al menos a niveles competitivos donde la exigencia cada vez es mayor, como se ha podido ver en el campeonato mundial de fotografía y vídeo submarino 2021 en la Isla de Madeira.

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Más de 110 buceadores de 18 países han competido, entre el 6 y el 8 de octubre, en los mundiales de fotografía y vídeo submarino en Porto Santo, Madeira. España, con un equipo de 8 buceadores procedentes de Galicia, Canarias, Castilla-León, Andalucía y Valencia, ha sido el equipo mejor clasificado con un total de 5 medallas. En el mundial de fotografía, los españoles se han proclamado vencedores en 3 de las 6 categorías, y en vídeo se han hecho con la victoria en 2 de las 3 categorías.

Destacan las fotografías y vídeos presentados por equipos como Chile, Croacia, Turquía, Hungría, y Suecia, todos con medallas en las distintas categorías, así como la participación, por primera vez, de Kuwait en el certamen. El equipo español, compuesto por dos dúos de fotografía y dos de vídeo, ha mostrado su talento tanto en las categorías de “close up”, “creative” y “wide angle”, así como en “vídeo de edición” y “short movie”.

Madeira, un destino privilegiado para el buceo

Eduardo Jesús, Secretario Regional de Turismo y Cultura de Madeira.

Madeira es uno de los lugares más privilegiados de Europa para practicar el buceo. Yo diría que las ventajas empiezan por la autenticidad de su oferta de buceo, tanto en Madeira como en Porto Santo. Desde hace muchos años, el destino atrae el interés de los buceadores, tanto de los residentes como de los viajeros que vienen de vacaciones a nadar en las profundidades de este mar cálido y traslúcido, lleno de motivos para descubrir o volver a visitar.

Tenemos áreas naturales, otros que son el resultado de naufragios accidentales y muchos más que hemos creado, precisamente para reforzar nuestra oferta. También hay zonas exclusivamente marinas, como la Reserva Natural Parcial de Garajau y la Reserva Natural de Rocha do Navio.

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En 2016 se creó el Área Protegida de Cabo Girão, en su parte marina por el Parque Marino de Cabo Girão y en su parte terrestre por el Monumento Natural de Cabo Girão y el Paisaje Protegido de Cabo Girão. En 2018 se creó el Área Protegida de Ponta do Pargo, compuesta por el Parque Natural Marino de Ponta do Pargo en su parte marina y el Monumento Natural de Ponta do Pargo y el Paisaje Protegido de Ponta do Pargo en su parte terrestre. En el caso particular de Porto Santo, debo señalar que, además de las condiciones naturales, se hundieron dos barcos a propósito, para realzar nuevas manchas.

El interés por el buceo en Madeira no es reciente. El conocido comandante Jacques-Yves Cousteau que, en 1956, estuvo en la isla para explorar nuestros mares. Vino a bordo del emblemático "Calypso", para una misión científica francesa que consiguió fotografiar la belleza de las profundidades de nuestros mares.