Llegando estas fechas, con casi todas las marchas y Gran Fondo finalizadas y la gente tomándose unas semanas de relax en los entrenamientos -quizá en este 2021 todavía nos falte todo este mes de octubre de actividad por las pruebas aplazadas- normalmente todos los agentes del mercado ciclista hacen balance del año y empiezan a valorar perspectivas de futuro.

Aquí en nuestro país, las marcas de bicis ya están en esa fase y por el momento los números son difícilmente mejorables. Al menos para las grandes. Por poner un ejemplo, Berria va a terminar el año fiscal 2020-21 con una facturación de 9,5 millones de euros, que es prácticamente el doble que en el ejercicio anterior. Una pasada.

Pero es que además ya cuentan, según la propia marca, con más de un millar de unidades reservadas, por lo que su 2022 pinta bastante bien incluso antes de empezar. La firma manchega quiere ahora dar el salto a Europa después de tener ya bastante presencia en el continente americano. El objetivo es que, para el año que viene, el 20% de sus ventas sean fuera de España.

Si nos vamos a Orbea, el gran nombre de la fabricación de bicis en España, las estimaciones que realizaron en la casa vasca en primavera eran de un crecimiento del 30% hacia el final de este año, después de haber superado los 200 millones de euros en facturación ya en 2020. En un movimiento rebote curioso, porque cuando en marzo del año pasado el mundo se detuvo, Orbea preveía un descenso en ventas cercano al 25%. Finalmente creció un 22%.

La expansión continúa

De hecho, los datos que manejan las propias casas comerciales dejan claro que el ciclo expansionista del mercado de la bici todavía no ha tocado techo. Es cierto que algún día se tendrá que contraer, pero no será por lo menos hasta finales de 2023. Hasta donde alcanza la vista, la tendencia sigue siendo al alza. Así lo reflejan en BH por medio de su director comercial, Iñigo Zarrabeitia, en declaraciones que recoge el portal cdmsport.com.

La gran amenaza a corto plazo quizá sea la escasez de materiales y complementos, en parte por los problemas de suministros de muchas materias primas a escala prácticamente global. Ahora que se acerca la Navidad, época de regalos en los que el sector de la bici también experimenta un aumento de ventas, ya con dos meses de antelación muchas tiendas están sufriendo para poder cumplir las entregas, y en otras los retrasos son constantes.

Nos encontramos, en líneas generales, en un ‘boom’ del ciclismo que parece aproximarse a su techo después de casi una década de crecimiento sostenido. La pregunta es hasta cuándo y, sobre todo, qué pasará después -porque tras un crecimiento acusado suele llegar una contracción importante y los efectos se notarán-, pero por el momento el viento sigue soplando a favor para el mercado de la bicicleta.