Ruta para todos los públicos por la provincia de Castellón
Primera entrega de una miniserie de dos artículos en los que descubriremos algunos rincones de la Comunitat Valenciana, terreno óptimo para el cicloturismo
Pues ya estamos de vuelta dos semanas después. Pido disculpas por la ausencia, este mes los artículos se van a ‘agolpar’ un poco, pero es que el pasado día 4 vino al mundo Valeria, mi primera hija, y al final queda claro que lo primero es lo primero. Ahora sí, vamos al lío. Como ya parece que se puede hacer casi de todo en casi todas partes, os traigo una miniserie de dos recorridos en la Comunitat Valenciana.
He estado varias veces allí, entre otras cosas cubriendo la Vuelta a España, y puedo corroborar de primera mano que es un sitio espléndido para la práctica del cicloturismo. Pero como no soy de la zona, he necesitado la ayuda de Iván González, director de Kolotrip, para diseñar un par de recorridos. El de hoy será la versión suave y en dos o tres días -en función de lo que demande Valeria- traeré por aquí una más exigente.
Hoy nos vamos a la provincia de Castellón, que por cierto en los foros de aficionados a la montaña lleva años habiendo polémica con si es o no la segunda más montañosa de España. El caso es que nosotros no nos vamos a meter aquí en ese charco, porque Málaga es otra de las provincias que aparecen siempre ahí arriba en ese ranking oficioso. Pero a lo que íbamos. Para hacer la ruta se ha buscado una combinación de paisajes, carreteras sin mucho tráfico y lugares donde avituallarse en condiciones.
Lo dicho. Empezamos en una localidad de enorme tradición ciclista como Onda, que durante muchos años ha tenido uno de los mejores proyectos de ciclismo base de España: el equipo Castillo de Onda. Desde allí vamos a recorrer la parte media de la provincia, rozando el Penyagolosa y su Parque Natural. Estamos, además, a pocos kilómetros de la capital provincial.
La ruta nos lleva, en su parte inicial por el Embalse del Sitjar, una de las grandes reservas hídricas de la provincia todavía en el término municipal de Onda. Una presa construida en 1960 sobre el cauce del río Mijares, y donde se pueden realizar distintas actividades de turismo acuático y de naturaleza. Que en los tiempos que todavía vivimos es una bendición, porque las actividades al aire libre son, ante todo, seguras.
Una vez dejemos el embalse nos vamos a dirigir hacia la parte central y más difícil de la ruta, la subida al Alto del Remolcador, pasando antes por Lucena del Cid, pueblo que pude visitar con la Vuelta 2016 y desde el que también se puede iniciar otra ascensión mucho menos amable que la que nos ocupa hoy: la subida a Mas de la Costa, con esas rampas imposibles de hasta el 22%. Nosotros, poco amigos de las cuestas de cabras, subimos este Alto del Remolcador que es largo, pero con una pendiente media del 4,3% y sin rampas de gran consideración. Un pico cercano al 10% justo a siete kilómetros de la cima, acabando con una primera mitad algo más exigente, para pasar a una segunda donde la subida son más falsos llanos hasta los dos kilómetros finales, que rondan el 5%.
Una vez llegados arriba, enfilamos ya un suave y hermoso descenso hasta Onda desde los casi 1.000 metros de altitud en los que coronamos el puerto. Veremos, al poco de empezar, el pueblecito de Castillo de Villamalefa, que debe su nombre a una antigua fortificación musulmana del siglo XII de la que quedan unos restos, que parece colgado de un abrupto cerro. Y así seguiremos por una carretera sinuosa que nos volverá a llevar hasta nuestra línea de meta, que es la misma que el punto de partida.
Cuando regresemos a Onda tendremos en las piernas 86 kilómetros y unos 1.500 metros de desnivel positivo. Una ruta bonita y asequible no quizás para un recién iniciado, pero sí para cualquiera que tenga una mínima condición física de base. Así que ya sabéis, en un par de días metemos más tralla.