5 consejos para toda pareja de pádel
Ser proactivo, evitar los gestos, trabajar en conjunto y disfrutar son las premisas básicas del deporte de la pala.
El pádel, aunque a muchos les cueste reconocerlo, es un deporte de pareja. Algo tan obvio, evidente y manido es, muchas veces, la gran piedra de toque del jugador amateur que ve en sus relaciones deportivas y sociales el gran hándicap para mejorar, disfrutar y lograr las metas marcadas.
Y es que el deporte de la pala genera mucha frustración en según qué perfiles y es muy habitual ver enfados, disputas o reprimendas entre una pareja de jugadores amateur que lastra su juego, dinamita el partido y, en ocasiones, merma la relación personal.
Porque el pádel es un deporte en el que todo jugador aspira a ser mejor que ayer, pero peor que mañana. Y, muchos, además, ansían ser el mejor de los mejores. Sin importar el trasfondo, se pierde el foco de por qué se juega y se cae en una especie de visión túnel donde el uno es el bueno y el otro es el que le lastra.
Por ello vamos a enunciar 5 consejos básicos para toda pareja de pádel que ayudarán a que esta mejore, evolucione y, además, incrementa su capacidad de disfrutar dentro del 20x10.
Trabaja en conjunto, no para el brillo personal
El pádel es un deporte de equipo. Más concretamente, de dos jugadores. El paso número uno para disfrutar y ser feliz jugando al pádel por todo perfil amateur o profesional es saber que los éxitos llegarán del trabajo en conjunto.
El logro individual está sujeto al común. Es así de simple. No existe jugador alguno que, por muy bueno que sea, sea capaz de alcanzar sus objetivos sino es capaz de sacar lo mejor de su compañero y lograr ese equilibrio tan necesario.
Jugando por tu beneficio personal se podrá ganar, pero no triunfar.
Se proactivo
Es, quizá, la primera premisa básica. Tanto en el deporte como en la vida el que vive de la queja, del lamento y del reproche tiene un recorrido menor, más duro y con peor resultado que el que es analítico, trabajador y resolutivo.
El pádel es, quizá por concepto, uno de los deportes donde mayor importancia adquiere el plano personal al tener que trabajar en pareja. Al ser un deporte de dos jugadores por lado las carencias no son tan evidentes como en una modalidad individual y los halagos tienden a repartirse.
No hay un yo sin un tú. Quizá es la frase más importante que todo jugador amateur debe aprender para ayudar a su compañero en los momentos complicados de un partido, reconocer sus aciertos y lograr de forma conjunta que las sinergias lleguen a buen puerto.
Los gestos debilitan, muestra tu mejor cara
Ni que decir tiene que gesticular es algo natural e intrínseco al ser humano y que se potencia, a veces incluso demasiado, dependiendo de la espontaneidad de cada personalidad.
Pero, más allá de esa premisa, la gesticulación en el pádel es un hábito ya instalado desde hace muchos que se hace visible tanto por parte de los rivales como del propio compañero. Y es algo con lo que hay que acabar.
Gesticular, sin ánimo de reprochar, es tan lícito como natural. Pero, más allá de ello, se debe tener en consideración que esto podrá llevar a una mala interpretación de nuestro compañero, a que se sienta ofendida y, en definitiva, a que su rendimiento decaiga.
Ser espontáneo es una virtud, ser irrespetuoso, un defecto.
Conoce, comprende y ayuda a tu compañero
Pocos deportes tienen una demanda mayor de la empatía que el pádel. Al ser una modalidad en pareja y en la que ambos tanto entran en contacto con la pelota, será imprescindible que ambos estén el mejor momento.
Y es que el pádel es un deporte de errores y regularidad. No de destellos. Una línea regular y recta hará que el nivel de la pareja sea estable y sólido y que le permita tener opciones en cada partido.
Para ello es indispensable saber cómo juega tu compañero, qué necesita de ti y, en muchas ocasiones, saber por qué fase pasa y pasáis. Analizar y compartir es, quizá, el vínculo más prolífico para disfrutar en pareja dentro de una pista.
El pádel es tu ocio, no tu profesión
El deportista disfruta de su actividad por el mejor hecho de poder practicarla. Por todo lo que conlleva. La exigencia, el afán de superación y la ambición, bien medidas, son un apoyo y un valor añadido. Desvirtuadas, son un lastre.
Porque, por desgracia, es muy habitual encontrar en el mundo del pádel una gran variedad de perfiles que ansían ser aquello que no pueden ser y lo proyectan sobre la moqueta. Fernando Belasteguín, Alejandra Salazar, Ale Galán, Paquito Navarro y Carolina Navarro juegan en World Padel Tour, no en la pista de tu urbanización.
El pádel es deporte, pero también ocio y diversión. Por muchas horas que juegues, por muchas dormilonas, remates o dejadas que hagas, y por muchos torneos de amigos que ganes, no vas a ser profesional. No es una opinión, es una verdad.
Disfruta y haz disfrutar a partes iguales y serás más feliz. Dentro y fuera de la pista. La sensación de haberlo pasado bien es mucho más gratificante que la de ser el mejor, pero no poder compartirlo con nadie.