Yelmo y Despiernacaballos, dos joyas de la Sierra de Segura
La Vuelta a Andalucía los subirá en su etapa reina de 2021, por lo que aprovechamos para presentar estos dos puertos de enorme belleza... y dureza
Este mediodía se ha sabido públicamente que la Vuelta Ciclista a Andalucía tendrá su etapa reina en un paraje relativamente desconocido para el ciclismo profesional… y para el cicloturismo fuera de la zona. La Sierra de Segura, en la provincia de Jaén, será el escenario protagonista de la ronda andaluza, y eso significa que a través de Eurosport y otras plataformas los aficionados al ciclismo de unos 180 países van a tener la opción de conocerla.
Para que os hagáis una idea, este sitio es una preciosidad que geográficamente se sitúa en el confín de Andalucía confundiéndose con la Sierra de Cazorla y el triángulo que hace con las provincias de Albacete y Murcia. Más allá del punto de la etapa en el que los han situado, quiero poner énfasis en dos puertos preciosos que se van a pasar por allí y que recomiendo a todo el mundo.
El primero es el que se conoce como El Yelmo. Como dice un amigo, ninguna sierra de España sin su monte con ese nombre. En esta tienen hasta dos: el Yelmo Grande y el Yelmo Chico. Bueno, curiosidades locales aparte, el caso es que estamos ante un puerto que a mediados de febrero será ya una subida de bastante entidad. Con la cima a más de 1.500 metros –ojo, que como el tiempo esté ‘tonto’, allí en invierno rasca un frío tremendo-, según la vertiente hablamos de un puerto largo pero más o menos tendido, u otro con algunas rampas de bastante entidad. Un ‘Primera’ –tal vez un Segunda- que además ofrece una vista maravillosa de toda la comarca.
Diría que la vertiente desde la que se coge el puerto es la de Hornos, que en teoría es la más llevadera. La que parte desde Cortijos Nuevos tiene una zona central, especialmente en el Mirador del Robledo, con tramos de hasta el 14% y un kilómetro al 9,5 de media, que ya es bastante serio. Luego, cuando se pasa el cruce que cambia la vertiente del puerto –poco antes del área de El Campillo- se puede subir hasta la cumbre del Yelmo, por encima de los 1.800 metros y con dos kilómetros en los que no se baja del 10% y se llega al 15%.
Pero el verdadero coloso es el que en la carrera han denominado Alto de La Toba, pero que en realidad se conoce como Despiernacaballos. Con ese nombre, os podéis imaginar que estamos hablando de un ‘bicho’ importante. La pendiente media es un 5,4% pero engaña, porque los últimos tres kilómetros y medio –son 11,7 en total- son prácticamente un falso llano.
Los otros ocho son los verdaderamente duros, con una ascensión más bien tipo escalera que alterna rampas bestiales de hasta el 18% con pequeños descansos. Eso implica que coger un ritmo más o menos constante es tarea no imposible, pero casi. Empieza en La Toba y el kilómetro más duro es el octavo, con una pendiente media cercana al 11% y picos del 16.
Un verdadero puertaco de esos que uno no comprende cómo es posible que no sea un lugar de peregrinaje para miles de cicloturistas o protagonista de alguna Gran Fondo masiva. Tiene el nombre necesario, tiene la entidad suficiente y tiene, sobre todo, un entorno que permite formar una ruta de gran exigencia. Vaya desde aquí la recomendación sobre este poco conocido rinconcito de Andalucía, aprovechando que la carrera de casa los va a poner en valor desde febrero.