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MENTALIDAD IMPARABLE

La distancia más corta entre la derrota y la remontada

Todos los deportistas pueden ganar una vez. Pero no todos pueden remontar un partido en contra. Con el mismo potencial físico, o incluso mermado por el cansancio, solo un elemento es capaz de reescribir la historia y firmar la remontada: la mente.

Mentalidad Imparable

“Con tu talento, si mantienes tu nivel de juego al 50% y tu mente al 90% ganarás. Pero si mantienes tu juego al 90% y tu mente al 50% acabarás perdiendo”. Brad Gilbert a André Agassi.

La distancia más corta entre una derrota y una remontada es la que separa el potencial físico de un deportista de su mente. Todos los deportistas pueden ganar una vez. Pero no todos pueden remontar una derrota. Esa es la distancia a la que dedico mi tiempo y esfuerzo y es la que quiero recorrer contigo en este blog. Mi pasión (ya lo irás viendo) es conectar ambos puntos en múltiples disciplinas deportivas.

Se trata de una distancia que conoce bien Sergio Ramos. En la jornada del sábado, de nuevo, el defensa volvió a demostrar que, si es un experto en remontadas, es porque conoce que en ellas hay un factor determinante: la mente. Un deportista no remonta por su forma física, sino porque es capaz de adoptar una mentalidad ganadora, reconducir el partido y conjurar al resto del equipo hacia la victoria. “Mentalidad de remontada”, sintetizó Ramos al final del encuentro contra el Real Betis.

La historia del deporte está salpicada de partidos en los que esta mentalidad de remontada ha sido capaz de cambiar un final ‘cantado’. La final del Roland Garros de 1999 es un ejemplo. Su protagonista fue André Agassi quien, pasados dos sets con el marcador a cero, estaba ‘corriendo’ justo en la dirección contraria: la estrepitosa y amarga derrota. Fue la intervención de su entrenador, Brad Gilbert, la responsable de sacudir la mente de Agassi para lograr la gran remontada.

Quizá muchos lo conozcáis. Gilbert, ex jugador de tenis, es uno de los entrenadores que mejor ha entendido el principio con el que he abierto este artículo. Una teoría que se encargó de demostrar en el campo -y sintetizar, dicho sea de paso, con grandes citas-. Aunque no fue un jugador con un potencial especial, sí fue consciente de ello (de la carencia) y se convirtió en un jugador capaz de pensar, analizar y actuar en el terreno de juego en base a ello. Solo debía identificar el punto débil de su rival e intentar ser mejor. Fue la mente quien le destacó como jugador, y fue la mente de Agassi lo que sacudió para que el tenista estadounidense lograra la ansiada victoria (el Gran Slam que aún no había conquistado). Agassi tenía el golpe, sí, pero no encontraba la manera de controlar el partido cuando un rival le superaba.

Más allá de lo físico, el deporte está lleno de ejemplos en los que este principio universal se abre paso. Un principio que bien podría haber sido formulado por los publicistas de Young & Rubicam hace 26 años cuando dieron forma a uno de los eslóganes más famosos de todos los tiempos. ¿Te suena? “La potencia sin control no sirve de nada”.

¿Quién no recuerda a Carl Lewis ( ‘el hijo del viento’) a punto de iniciar un sprint ataviado nada más y nada menos que con unos tacones rojos? Fue una campaña inolvidable compuesta por dos elementos muy pero que muy potentes: un eslogan con una idea contundente y una imagen que también quedó para la posteridad.

Han pasado más de 25 años desde aquella imagen. Más de 25 años en los que ese eslogan ha trascendido y se ha convertido en una reflexión atemporal: la necesaria relación que se establece entre potencia y control, más allá del paralelismo entre neumático y motor. Especialmente vigente, como veremos, en el mundo del deporte.

Como Agassi, si quieres convertirte en un deportista imparable, lo primero que debes aprender a manejar es tu mente. Y sí, te hablo de que la mente es como el neumático para un motor: el aliado perfecto para poder optimizar todo nuestro potencial. Porque un deportista puede tener un ‘motor’ muy potente, pero sin control que lo maneje… no llegará demasiado lejos.

Aquellos deportistas que aprenden a lograr un control mental sobre su propio potencial físico para que este tome la dirección adecuada de forma duradera son los deportistas que aprenden a recorrer la distancia que separa derrota se remontada con el menor esfuerzo (o con el esfuerzo óptimo).

Si algo he aprendido a lo largo de mi trayectoria acompañando a deportistas de élite y profesionales es que la diferencia entre los que quieren ser mejores y los que lo consiguen no es (solo) el esfuerzo o el sacrificio. He visto muchas personas trabajar incansablemente para mejorar y alcanzar sus objetivos. Muchísimo. Pero, ¿por qué pese al esfuerzo, se quedan estancados en algún punto del camino? Bloqueados.

Eso sucede porque el potencial físico de un deportista puede quedar fuera de su propio control. De su mente. El esfuerzo es necesario, imprescindible, pero trabajar duro sin trabajar tu mentalidad solo te llevará al desgaste, el estancamiento y, finalmente, a la frustración.

Aquí podrás encontrar ocho tips para saber cómo aumentar tu fortaleza mental.

Como bien supo hacer ver Gilbert a Agassi, hay algunas veces al año en las que un deportista puede despertarse perfecto, pletórico, infalible. Pero esas veces no serán las que lo convertirán en un deportista de éxito. Sino las otras. Aquellas en las que el físico no acompañe y tenga que ser la mente quien lidere su potencial hacia la remontada.