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SIN CADENA

Ciclismo de carretera y MTB: ¿Como el agua y el aceite?

Desgranamos algunas diferencias entre dos disciplinas que cada vez se combinan más en la preparación física de los ciclistas, incluidos los profesionales

Ciclismo de carretera y MTB: ¿Como el agua y el aceite?
Scott Sport

En muchos sitios de España el otoño ha irrumpido con bastante fuerza, como se pudo ver en las imágenes de estos días con los Pirineos nevados. Y con el Tourmalet cubierto por un buen ‘paquete’ de nieve un mes antes de que llegue la Vuelta a España. Aquí en Málaga más que irrumpir, lo que ha hecho el otoño es asomarse un par de días.

Todo esto viene a que, a partir de estas fechas, hay gente que decide pasarse de la carretera al barro. De hecho, cada vez más corredores que compiten bien a nivel amateur o semiprofesional –e incluso algunos ‘pro’- van cambiando de disciplina cuando llega el otoño para centrarse unos meses en las ruedas gruesas: ciclocross y, sobre todo, MTB.

Pero, además del tipo de firme sobre el que pasa y el grosor y tamaño de las ruedas, hay algunas diferencias más entre ambas modalidades. Hoy os explico alguna de ellas, porque como ‘carretero’ que siempre he sido creo que apenas hemos hablado de la otra bici y me parece un buen momento para hacerlo. Así que, como con cualquier tema en el que estamos empezando, lo haremos muy básico por ser el primer capítulo.

Tanto desde el punto de vista físico como técnico y de elementos, las diferencias son bastante notables:

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- Fuerza explosiva vs resistencia. Por las características del terreno, la práctica del MTB –también conocida como BTT- requiere de una explosividad mayor. Desniveles imposibles sobre terreno irregular, salidas y pruebas por lo general más cortas –aunque también están los ‘maratones’ que duran varias horas-, con esfuerzos máximos muy cortos pero que se pueden repetir varias veces en un mismo día. En carretera, en general, la intensidad es más constante y tener una buena base de fondo es la que te permite después rodar rápido e ir progresando. Ojo: estamos hablando de matices y formas distintas de entrenar, pero en la MTB también se precisa cierto fondo, y en la carretera también es bueno trabajar la fuerza explosiva.

- Distintos tipos de técnica. La habilidad en el manejo de la bici es fundamental en ambas, pero diría que se orientan de forma distinta. En la MTB te encuentras charcos enormes, bajadas que son auténticos taludes, escalones, veredas por donde cabe poco más que la bici… obstáculos que te va poniendo el terreno. En muchos casos la clave está en saber balancear bien tu cuerpo para colocar el peso de manera que te ayude a superar el obstáculo. De esto, si queréis, hablamos con más profundidad en otra entrada. En la carretera es más una cuestión de control, trazar bien las curvas y trabajar los reflejos para cuando algún conductor recién aparcado te abra la puerta en la nariz, o un peatón despistado salte a la vía.

- La importancia del tren superior. En muchos casos, la bicicleta de montaña nos va a exigir tirar de brazos como parte de esos gestos técnicos que nombrábamos en el párrafo anterior. Por tanto, tanto bíceps, tríceps, deltoides como angulares y trapecios adquieren una mayor importancia y necesitan más trabajo. De hecho, el ciclista de carretera, salvo que sea sprinter, suele ser por norma más ‘fino’ que el biker de cintura para arriba.

- Tráfico rodado vs elementos naturales. ¿Qué te puedes encontrar en un circuito de MTB? Piedras, árboles, algún animal descarriado. Matorrales, si acaso. Pero, en principio y para salidas por ejemplo con niños, esta modalidad permite una tranquilidad que no se puede comparar con una carretera abierta al tráfico. Es más: aquí en Málaga, con uno de los mejores climas del mundo para la práctica del ciclismo, tenemos muchos más chavales en MTB que en carretera, y el motivo de muchos de ellos para no competir sobre asfalto – y lo sé porque he dirigido equipos de cantera- es que los padres no los dejan entrenar. Como digo, me ha ocurrido en primera persona.

Como decía, esto es a nivel básico. Las caídas también son muy distintas, produciéndose muchas más abrasiones y raspaduras en la MTB por lo irregular del terreno, pero en cambio las de carretera tienen esas quemaduras por asfalto tan molestas y también suelen ser golpes más secos y acompañados de fracturas ya que la velocidad a la que se producen las caídas es mucho mayor. O el freno de disco, que en la bici de montaña ya es algo asentado desde hace muchísimo tiempo, mientras que en la carretera su implantación es incipiente y le está costando más de lo esperado ganar terreno. En fin, en los próximos meses trataremos de seguir ahondando en esta modalidad tan divertida y completa que hasta ahora, hasta yo estoy sorprendido, no habíamos tocado.