SELECCIÓN
La 'Generación Gafe' de España
La Quinta del 90, campeona de Europa y subcampeona del mundo siendo Sub-17, se ha ido derrumbando por la mala suerte: Camacho, Illarra, De Gea, Bojan...
Sólo hay un futbolista nacido en 1990 en la Selección Española y es David de Gea. Ni siquiera el portero del Manchester United y de La Roja ha conseguido evitar el gafe que persigue a su generación, incluso habiendo alcanzado la élite tanto a nivel de clubes como de selecciones. Ahí están los errores y las críticas recibidas cada vez que ha sido el portero titular de España, especialmente tras lo ocurrido en el Mundial de Rusia.
No hay explicación posible para lo que está ocurriendo con la Quinta del 90, una de las más exitosas en categorías inferiores y completamente destrozada por la mala suerte según han ido pasando los años. De ser campeona de Europa Sub-17 y subcampeona del mundo en 2007 ha pasado a ser conocida por las lesiones, infortunios y contratiempos de sus miembros.
El último capítulo lo ha protagonizado Ignacio Camacho. El mediocentro aragonés, capitán de la generación, ha tenido que abandonar el fútbol a los 30 años devastado por una lesión de tobillo. Otros referentes de aquel equipo que fue campeón continental en Bélgica -a punto estuvo de serlo también mundial en Corea- son Bojan, Illarramendi, Fran Mérida, Iago Falque o Dani Aquino.
Cada uno ha vivido su particular penitencia. Bojan no ha sido lo que se esperaba de él y ha terminado en la MLS; Illarra fracasó en el Madrid y es víctima de las lesiones; Fran Mérida tocó fondo marchándose a Brasil, aunque luego ha logrado rehacerse bien entre Segunda y Primera en España; Iago Falque ha ido de más a menos en diferentes clubes de Italia, cada vez menos importantes; y, por último, Dani Aquino ha ido dando bandazos sin asentarse nunca más allá de la Segunda B, donde sí llegó a ser un jugador determinante.
Otros que han destacado, como mucho, en Segunda son Isma López, Pichu Atienza, Sergio Tejera o Diego Mariño. A países exóticos del extranjero tuvieron que salir futbolistas como Rochela, mientras que hay varios más que decidieron dejarlo antes de tiempo por no cumplir con las expectativas o por culpa de las malditas lesiones. Es el caso de Lucas Porcar, Ximo Forner o Jordi Pablo.
Sí ha llegado a la élite, aunque nunca como actor principal, el madridista Nacho, cuyo tono discreto y muy profesional se ha mantenido desde entonces hasta ahora. Una rara avis para una generación que, inexplicablemente, se fue deshaciendo como un azucarillo.