Messi hace temblar el tablero geopolítico
Como la historia de un fichaje tiene implicaciones más allá de los equipos y puede involucrar a grandes naciones.
Existen pocos temas más comentados esta última semana que el órdago de Leo Messi y la comunicación de su deseo de vestir otra camiseta. Esta historia ha sido analizada desde el punto de vista deportivo, sentimental y hasta el jurídico al respecto de la famosa clausula liberatoria. La repercusión de esta noticia es incomparable, para ilustrarlo, la semana pasada la búsqueda de noticias sobre Messi en España llego a superar la de búsquedas sobre Covid.
Pocas veces se ha visto tanto "experto" en derecho deportivo opinando sobre una cuestión ciertamente compleja y he de reconocer que en el fondo me estoy esforzando para evitar tambien la tentación de mojarme en el tema en cuestión.
Lo que si es notable y llamativo es la cantidad de veces que en esta semana hemos podido ver un titular relativo a esta noticia acompañado de "una cuestión de estado". Esto implica que el cambio de lugar de trabajo de una sola persona, no solo afectaría a su club o a la Liga en la que juega, sino a todo un país y en el caso de Messi según parece por la cantidad de países afectados, podrían organizar una cumbre internacional.
En primer lugar parece ser una cuestión de estado de forma directa para España, el Barça y la Liga española. Ya hace unos años el presidente de la patronal afirmaba tras la salida de Neymar, "me preocuparía más que se fueran Messi o Cristiano". Llego la salida de Cristiano y Javier Tebas afirmaba ante los medios de comunicación, "el impacto de la marcha de CR7 fue casi nulo. La salida de Messi si la notaríamos". Parece que el momento puede haber llegado y aunque desde la Liga se busca aparentar calma sin duda afectará.
Pero como anticipábamos esta cuestión de estado resulta global y ha llegado a Argentina, en primer lugar por la gran masa de aficionados que el dorsal 10 lleva consigo y en palabras de D´Amico, Vicepresidente del Newell's de Rosario, "que Messi vuelva nos excede, sería una cuestión de Estado".
El juego geopolítico no se detiene y entre los principales pretendientes de Leo, se encuentra el Inter de Milán que aparentemente nos brinda otras dos cuestiones de estado diferenciadas, por una parte Italia que conseguiría juntar a las dos grandes estrellas del futbol mundial de nuevo en una misma liga y por otra parte China, donde los dueños del club, el Grupo Suning, buscan el consentimiento del gobierno chino para lanzarse a por el fichaje de Messi. Una cuestión de estado titulaba la Gazzetta dello Sport.
Mejor posicionados para alcanzar este fichaje encontramos al PSG en Francia y sus propietarios de Qatar o al Manchester City ingles y la vinculación de su propietario con otro emirato como es Abu Dhabi. Esta decisión pone sobre el tablero a otros dos estados europeos y dos Emiratos Árabes, un fichaje que sin duda sería visto en el mundo como una gran victoria del club que consiga hacerse con sus servicios, la liga en la que juegue, pero también del Estado que pueda mostrar al argentino como triunfo nacional.
Finalmente, nos encontramos aún sin hacer demasiado ruido al Manchester United y a sus propietarios Norteamericanos, en donde parece que el fenómeno Messi en un año electoral y marcado a nivel deportivo por las polémicas en los playoff de la NBA mantienen esta cuestión fuera del foco mediático.
Un complejo tablero y una batalla entre naciones que nos demuestra una vez más la gran dimensión e implicaciones económicas que tiene el deporte más allá de los terrenos de juego, pero que aderezado con cierto sensacionalismo de los medios de comunicación pueden hacer que uno se pregunte, si realmente el fichaje de Messi en estos momentos puede ser una "Cuestión de Estado".