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SIN CADENA

El Valle de Tena aragonés sube la apuesta por el cicloturismo

La comarca del Alto Gállego, en Huesca, ha diseñado una ruta exigente con ocho puertos y más de 110 kilómetros para atraer a amantes de la bicicleta

El pueblo de Lanuza

Casi desde el principio de la andadura de este blog, los lectores saben que aquí venimos dando cuenta de las iniciativas que van tomando los distintos territorios de nuestro país para ir posicionándose como destino cicloturista. E incluso, a veces, los hemos combinado con rutas por lugares que este que os escribe ha podido conocer sobre la bici. Y hoy toca desplazarse a la esquina norte de Aragón, ya en la frontera con Francia.

En concreto, hablamos de la comarca del Alto Gállego, donde para reforzar la imagen de la zona han tenido la idea de crear una ruta cicloturista para disfrutarla. Se llama Ruta Flor Valle de Tena, y discurre por casi toda la comarca con un trazado exigente como corresponde a esta zona de estribación de los Pirineos.

La ruta comienza en el pueblecito de Panticosa y tiene 110 kilómetros con un total de ocho ascensiones, ahí es nada. Algunos de los puertos de tránsito tienen también su cuota de protagonismo en la QH, o han acogido recientemente finales de etapa de la Vuelta a España, por lo que a más de uno y de dos les sonará.

Es cierto que, para llegar a todas esas subidas, la ruta ha sido un poco ‘forzada’ en el sentido de que a veces hay que hacer camino para subir un puerto, bajar por donde se ha venido y ya enganchar con un cruce que lleve al siguiente, o pasar dos veces de ida y vuelta por el mismo puerto. Pero, en realidad, son detalles menores cuando se trata de conocer un lugar de gran belleza paisajística y lejos de grandes urbes, donde el tráfico en la carretera hace posible una salida plácida en bici.

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El primer puerto a subir es El Pueyo, siguiendo después con el último que se suele subir en la QH, la Hoz de Jaca -2 kms al 9,4%- en segundo lugar y, después, el Alto de Búbal -3 kms al 7,1%-. Tras el paso por Sandiniés se hace una de las subidas largas del día: el Balneario de Panticosa -10,5 kms al 5,2% de media-, que es de los que como decía se ha incluido expresamente para subirlo y bajarlo por el mismo sitio. Y, una vez hecho el descenso, toca subir uno de los grandes puertos pirenaicos de Aragón.

Ni más ni menos que el Portalet, subida fronteriza con Francia. Se sube desde Escarrilla y son 14 kilómetros de ascenso, en los que se pasa también por Formigal. Una subida, por cierto, donde se formó una buena pajarraca en la Vuelta a España 2016 que terminó decidiendo la carrera en favor de Nairo Quintana. No os podéis imaginar cómo estaban los del equipo Sky. Luego se baja de nuevo hasta Escarrilla pero por otro sitio, y se hace ya el camino de vuelta hacia Panticosa.

Aquí hago un inciso, y es que se pasa por el embalse de Lanuza. Un pueblo que tuvo una interrupción en su vida tras construirse la propia presa, allá por 1976, por el peligro de que el pueblo fuese inundado. Conocida como el 'Ave Fénix' de Huesca, la villa quedó abandonada en 1978 pero a partir de los 90 y al ver que el nivel del agua no llegaba tan arriba como se preveía, los antiguos vecinos de la localidad fueron recomprando sus terrenos y rehabilitando el pueblo. Si hay algo bonito cuando se ven rincones desconocidos es impregnarse de su historia. Y de eso, en España hay para rabiar casi en cualquier esquina.

Volvemos a la ruta. Tras un nuevo paso por Sandiniés, llega otra ascensión de las que se sube y baja por el mismo sitio. La incursión en este caso es a Lacuniacha, donde por cierto hay un parque faunístico de los Pirineos en el que no he estado pero ya me han entrado unas ganas locas de ir. Se baja por el mismo sitio y, ya sí, se toma el camino de vuelta hasta Panticosa. En los últimos tiempos, para reforzar la ruta, han estado allí el ex profesional Joseba Beloki y dos jóvenes aragoneses como Jaime Castrillo y Jorge Arcas, ciclistas del Movistar.

Así que ya sabéis. No hay ni que decir que Huesca tiene, además de esta zona, un amplio abanico de posibilidades y muchas de ellas pasan por puertos de montaña altos, largos y duros. El Valle de Tena es desde luego una gran alternativa, y están deseando acoger a ciclistas.