Pues todo pinta que la ‘nueva normalidad’ va a afectar de lleno a una parte del cicloturismo. Sobre todo a la que implica agrupar gente, como parece lógico dada la situación de la pandemia y el comportamiento del coronavirus. En concreto, la orden con las normas a seguir mientras dure la alerta sanitaria tocan de lleno a las actividades de turismo activo y las pruebas populares.

Ahora, acabado el estado de alarma, son las Comunidades Autónomas las que deciden las normas, condiciones y restricciones que se van a imponer sobre el deporte. Los gobiernos regionales, en este sentido, ya han dictado las órdenes pertinentes para esta situación de nueva normalidad, también en este ámbito.

Para empezar, todas las órdenes autonómicas que he podido revisar hablan de la exigencia de un protocolo para poder realizar las pruebas. O sea que los organizadores tendrán que enviar el plan que tienen para evitar en lo posible una transmisión alta del virus durante las pruebas. Y, como ya avisaron, esta nueva normalidad implica una serie de restricciones mientras no haya una vacuna válida o tratamiento efectivo contra la enfermedad. He buceado por los Boletines Oficiales de las 17 entidades regionales y he encontrado bastantes datos.

¿Qué consecuencias tiene?

Pues básicamente, que las marchas y pruebas populares de gran fondo de formato masivo lo van a tener muy complicado para llevarse a término de la forma en que están planteadas ahora mismo. Al menos en Andalucía, las pruebas deportivas tendrán un máximo de 500 participantes permitidos. Aquí, por ejemplo, la Alpujarra Magna o la Indomable tendrían que recortar inscripciones. Castilla y León lo rebaja a 300.

En Andalucía, por otro lado, se limitan también los espectadores a 1.500 al menos sobre el papel, porque personalmente desconozco qué van a hacer para controlar que no haya más. Y podemos encontrarnos con que, mientras en Andalucía hay limitaciones, en otras partes del país no. De momento, todo hay que decirlo, los gobiernos autonómicos están más pendientes de las terrazas y restaurantes que del cicloturismo, pero sí hay algunas cosas.

No he podido encontrar todos los boletines de todas las CCAA, pero por ejemplo en Euskadi limitan el aforo de espectadores a 1.000, sin que haya un número de participantes máximo. Y, aunque los números van variando en función de la región, la certeza es que hay límites de participación y aforo para espectadores en las pruebas deportivas.

Además, en lo que se refiere a las actividades –como pueda ser, por ejemplo, un viaje organizado- en grupo, también se limitan a entre 30 y 50 según el territorio. En ese sentido, los paquetes turísticos deberán adaptarse a estos números. Quizás aquí haya menos problemas, pues al menos los que yo conozco ya se mueven en estas cifras e incluso por debajo.

Os dejo una tabla en la que cada comunidad autónoma pone los límites de aforo. Me llama poderosamente la atención el caso de Aragón –recuerden, la QH-, donde lo restringe a 300 participantes salvo que “por el extraordinario interés social de la actividad, y siempre que se cumplan las medidas de seguridad”, la Dirección General de Deporte de la región lo autorice.

Como se puede ver, algunas CCAA son muy específicas en las cifras, otras no especifican números y se limitan a dar recomendaciones y exigir protocolos, y las hay que se guardan excepciones en función de la importancia o interés social que tenga el evento deportivo a celebrar. Para todos los gustos. Lo que parece claro es que las Gran Fondo de miles de participantes se van a ver de forma muy excepcional, al menos por el momento.