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SIN CADENA

Navarra, una puerta estratégica para el cicloturismo en España

La región ofrece de todo a aquellos que quieran disfrutar de la bici. Paisajes, puertos, tranquilidad y una gran cantidad de marchas de primer nivel

La subida a Larrau
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Hace un par de semanas tuvimos el Día Mundial de la Bicicleta y, en esa atmósfera de reivindicación de la bici como el medio de transporte y práctica deportiva del presente y futuro, hubo muchas iniciativas relacionadas con el cicloturismo. De hecho, estoy recopilando para otra entrada las campañas que están poniendo en marcha muchos territorios de nuestro país para apostar por la bici como trampolín de recuperación turística tras la pandemia de Covid-19. Sobre todo teniendo en cuenta que el ciclista suele ser un turista solitario o de grupos pequeños y que huye de aglomeraciones.

Pero, entre ellos, uno de los que más empeño le lleva poniendo estos días es Navarra, que sonado con mucha fuerza en medios del sector. Y si a eso le añadimos las fortalezas estratégicas que tiene la región, nos da una apuesta con éxito casi asegurado. Tengamos en cuenta que el Camino de Santiago legendario, el francés, entra a España y la Península a través de Roncesvalles. Un enclave que, por cierto, apenas cuenta una veintena de habitantes. Además, Navarra se ha metido de lleno en las rutas Eurovélo, de las que ya hemos hablado aquí otras veces por su paso en otras latitudes. Aviso, eso sí, que esto no es un artículo en profundidad como el que sí haré de otras zonas que conozco mucho mejor. Pero es una tierra que me ha encantado cada vez que la he visto.

Navarra, para empezar, es la tierra de Miguel Indurain. Eso por sí solo te sitúa en primera fila ciclista. Además, tiene tres equipos ciclistas profesionales en un territorio muy pequeño. El Movistar Team, Caja Rural-RGA y el Kern-Pharma, directamente la mitad de las escuadras del ciclismo español al máximo nivel. En cuanto a terreno, es prácticamente como todo el Norte, sólo que quizás tenga algo más de variedad que Euskadi en el sentido de que también se pueden subir puertos de mayor altitud y gran dureza en esas estribaciones del Pirineo que la unen con Francia. Como Larrau, por ejemplo, que además es durísimo. O la Piedra de San Martín, más tendido pero a casi 1.800 metros en la cima.

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Personalmente, conozco los dos extremos de la región. La parte fronteriza con La Rioja, un poco más plana, y la zona norte entre Lesaka, Urdax y Zugarramurdi, con esos bosques donde se te pierde la vista. De hecho, nos perdimos por allí con el coche en plena oscuridad nocturna y sólo faltó que nos salieran al paso las brujas que dieron tanta fama –aunque conociendo la historia, maldita fama- a este último pueblo.

En lo que se refiere a marchas y Gran Fondo, sobre todo creo que hay tres por encima del resto al menos en carretera. La Larra-Larrau es una de ellas, a celebrar el 12 de septiembre. Conocida como la última ‘Grande’ de la temporada, tiene dos recorridos de 100 y 146 kilómetros. El largo sube la Piedra de San Martín, Issarbe y Larrau, y el corto suprime el segundo de los tres.

Más de fondo que de grandes atracones es La Indurain, la marcha vinculada al gran icono del ciclismo español. Con 180 kilómetros en el recorrido largo y 3.100 metros de desnivel acumulado, la subida a Artesiaga es el punto culmen en un trazado con tres puertos de 1ª y otros tantos de 3ª categoría. Mientras, el trazado corto es de 100 kilómetros y bastante más llevadero.

Otras dos de gran nombre pero que este 2020 se han anulado por la pandemia son la Pamplona Iruña –que sube otro coloso de la región, San Miguel de Aralar, en su recorrido largo- y la Irati Xtrem. Pero si nos fijamos, estamos hablando de cuatro de las grandes pruebas populares más importantes de todo el calendario nacional en una región relativamente pequeña, y ninguna se cruza con la otra en lo esencial. Señal de la variedad de recorridos que te puede llegar a ofrecer.

Así que, como os decía, Navarra es una tierra que merece mucho la pena conocer, y en cambio a veces me da la impresión de que está un poco a la sombra de Euskadi en lo que a ciclismo se refiere. Cuando la realidad es que la Comunidad Foral tiene entidad suficiente para ser un destino cicloturista de referencia a nivel europeo. A disfrutarla.