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SIN CADENA

Mucho más que un simple paseo: Las bicis vuelven a la carretera

Ha sido poco más de una hora y cuarto, pero después de 50 días ha sabido a gloria. Y lo mejor de todo es que, en general, la gente ha sido responsable

Mucho más que un simple paseo: Las bicis vuelven a la carretera

Y, por fin, llegó el día. El de la liberación por un ratito para hacer deporte y estirar un poco el cuerpo después de tanto tiempo encerrados en casa. Mientras escribía ayer esas líneas previas pidiendo responsabilidad, pensé –cosa que hago muy de vez en cuando- en contaros hoy lo que viese en la carretera. Así que vamos al lío.

Me levanto a las 7:50 y… bueno, va. Suena el despertador a las 7:50 y me planteo seriamente si tengo tantas ganas de salir un paseo. Después de un debate interno, gana el ‘sí’ y a las 8:10 me levanto. Como sabía que no iba a hacer mucho rato por ser el primer día, ya tenía claro que la salida sería en ayunas. Me lavo el careto y me dispongo a vestirme. El culotte, he ahí el problema. Lo miro a él y él me mira a mí. Mientras me lo estoy poniendo oigo un leve ‘crac’, como de tela que se rasga. Pero nada, casi imperceptible. Como un aviso. Cual si me quisiera decir “aguanto hasta aquí, pero no más”.

Cojo la rueda trasera, que la subí a casa para cambiarle la cubierta ayer y no la bajé por pereza, y bajo al sótano a por la máquina. A las 8:38 salgo de casa de largo arriba y abajo a 19 grados, y uno que volvía -¿a qué hora habrá salido?- me dice que está la Guardia Civil por ahí pidiendo identificaciones. Comienzo ruta y, efectivamente, en un cruce dos policías –de la Nacional- me dan el alto ‘a lo vaquero’. De pie y con la mano, básicamente. Me pregunta el agente dónde voy, me pide el DNI y se va al coche a comprobar. En ésas, el otro agente ordena detenerse a otro ciclista que venía en sentido contrario, y éste se para pero con aspavientos.

- “¿De dónde viene usted, caballero?

- De ahí.

- ¿De ahí dónde?

- De… La Cala.

- Pues vuélvase para allá porque aquí no puede estar. No puede salir de su municipio.

- Pero entonces, ¿no puedo ir a Cómpeta?

- No.

- ¡Foh! Po vaya mierda.

- Es lo que hay. Y la próxima vez le puede costar el dinero. Dé la vuelta, haga el favor.

Traduzco: El ciclista venía de La Cala del Moral, limítrofe ya con Málaga, y se quería meter en Cómpeta, pueblo de la sierra. 45 kilómetros sólo ida. Total, sólo tiene que cruzar seis términos municipales para llegar. El caso es que sí, irresponsable con lo del radio de alejamiento hay alguno, pero luego las distancias entre ciclista se han respetado bastante bien. Os puedo decir que he adelantado a seis o siete y a mí me habrán pasado unos 10 y, como la carretera estaba casi para nosotros, podíamos irnos al centro del carril para adelantar con distancia de seguridad.

He llegado hasta una rotonda entre Benajarafe y Chilches y me he dado la vuelta, porque con el ratillo de la identificación se me estaba viniendo el tiempo un poco encima y no he querido tentar a la suerte dos veces. Había menos ciclistas de los que esperaba, la verdad, y todos siempre de uno en uno. Alguna pareja más de policía me he encontrado en cruces que dirigen a los pueblos del interior, en los montes, por si acaso alguno bajaba de allí cambiando de municipio, pero por lo demás todo bien. La gente, en general, es responsable.

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Tras volver, he decidido callejear por el pueblo y a las 9:57 estaba abriendo el portal de la casa. Han sido 1h17’ para hacer 30 kilómetros. He ido despacio, respirando tranquilo y, sobre todo, observando. A ver de qué pie iba la gente, sí, pero sobre todo observando el paisaje. Esas vistas que hasta marzo me resultaban monótonas porque suponían la ruta llana y con viento de siempre. Disfrutando de la brisa costera de la mañana. He notado que el cuerpo daba un cambio a los 55 minutos, como diciendo que ahora es cuando se está bien aquí, pero tocaba regresar. El sol ya empezaba a calentar más cuando he llegado, a 21 graditos.

Así que primer paseo culminado con éxito. Y, sobre todo, con la alegría de ver que la gente, en general, ha sido bastante responsable. ¿Veremos rulando por redes alguna foto o vídeo de grupetas, piques, gente rozándose mientras corre? Seguro. Pero recordad que, en estos tiempos de viralización por internet, las RRSS pueden suponer más una distorsión que una ventana a lo que ocurre fuera. Por mi parte, hablo por lo que he visto y lo que he visto ha sido, mayoritariamente, conciencia de dónde estamos y de lo que nos jugamos. Lo dicho. Contando las horas ya para que llegue mañana.