Los cazadores aragoneses, esenciales en la lucha contra la plaga de conejos
La sobrepoblación de conejos en al menos 118 localidades está causando daños millonarios a la agricultura y la ganadería.
La sobrepoblación de esta especie en al menos 118 localidades está causando daños millonarios a la agricultura y la ganadería.
Uno de los desafíos más recientes para la caza en Aragón ha sido combatir la sobrepoblación de conejos que llegó a declararse de “extrema gravedad” en 118 localidades aragonesas (72 de Zaragoza, 38 de Huesca y 8 de Teruel).
En sus términos municipales, los conejos causaron daños desproporcionados en los cultivos agrícolas, así como sobre especies vegetales silvestres, sobre todo de las más palatables, lo que derivó en perjuicios a la ganadería extensiva de ovino y a muchas otras especies de animales silvestres con los que el conejo comparte hábitat.
“Los conejos consumen las cosechas de cereales desde su periodo de germinación hasta el estado de espiga y roen las cortezas y las ramas jóvenes de los cultivos leñosos llegando en ocasiones a secarlos.
En cuanto a la competición con la ganadería extensiva, se estima que en zonas áridas dieciséis conejos equivalen al consumo en campo de una oveja de carne”, aseveró el Gobierno de Aragón en un decreto ley con medidas extraordinarias y urgentes que se aprobó el pasado mes de octubre.
El plan de actuación fue consensuado con la Federación Aragonesa de Caza (Farcaza), entidad que tiene el status de colaboradora del Ejecutivo desde el año 2015, y dio un papel más que fundamental a los cazadores aragoneses, en la lucha contra la superpoblación de esta especie.
En concreto, tras la publicación del decreto los titulares de los cotos de caza tuvieron un plazo de un mes para elegir una de las dos formas de actuación que recogía el plan del gobierno. La primera de ellas exigía el establecimiento y la puesta en marcha “con carácter urgente” de un plan de medidas para intensificar la caza del conejo.
Los cazadores se comprometían así a controlar su población y atenuar los daños que ocasionan en los cultivos. Este plan tuvo que presentarse a los técnicos del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) y tenía que contener, como mínimo, la justificación de medidas adoptadas, entre las que se tenían que incluir la invitación gratuita al número de cazadores no socios que sean necesarios para cumplir los objetivos.
Además, se debía establecer la obligación de realizar la caza efectiva en el coto al menos 20 días de cada mes.
El decreto planteaba otra opción. Esta vía pasaba por solicitar al departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón que interviniera para paliar la situación a través de la Federación Aragonesa de Caza.
El Gobierno de Aragón advirtió que impondría sanciones si los titulares de los cotos no adoptaban ninguna de estas dos alternativas. Concretamente, el decreto publicado el pasado octubre faculta al consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente a “imponer multas coercitivas” que ascenderían a 1.000 euros por cada mes de retraso en el incumplimiento de la obligación, si bien, se advertía que habría un apercibimiento previo al interesado.
El pasado noviembre, se organizó una mesa redonda a la que asistió el presidente de la Federación Aragonesa de Caza para explicar a los titulares de los cotos de caza aragoneses cómo les iba a afectar el plan para reequilibrar la población del conejo.
Este decreto ley pionero introduce algunas novedades en lo que a modalidades de caza se refiere. Algunas de ellas son que se elimina la necesidad de disponer de una autorización especial del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental para la tenencia de hurones destinados a la caza del conejo, se permite la caza del conejo en madriguera a la espera, se autoriza a la utilización de focos de luz artificial en la caza nocturna del conejo para aumentar la eficacia de la práctica cinegética y la seguridad en el disparo y, tanto en terrenos cinegéticos como no cinegéticos, se autoriza la captura en vivo de conejos durante todo el año y para ello no será necesario disponer de licencia de caza.
Una vez más, lo cazadores trabajan incondicionalmente por la conservación.
¡Buen fin de semana!