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Susurros del campo

El jabalí, una plaga con riesgos para el hombre

La gran expansión de la especie está tras el aumento de accidentes de tráfico y de algunas enfermedades del ganado.

El jabalí, una plaga con riesgos para el hombre

La gran expansión de la especie está tras el aumento de accidentes de tráfico y de algunas enfermedades del ganado.

A lo largo de la semana, hemos sido testigos de como un par de jabalíes cruzaban la M-30, principal arteria de Madrid, esquivando los coches y en las inmediaciones de la capital.

El jabalí se acerca cada vez más al hombre y campa a sus anchas entre urbanizaciones y restos de basura, donde encuentra alimento y jardines frescos. Las quejas por este motivo y por los daños que provoca en la agricultura y la ganadería debido a problemas sanitarios, van a más. Y se veía venir…

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A todo ello hay que sumar los accidentes de tráfico que causa su presencia inesperada en la carretera. En España no existe un censo nacional de jabalíes que permita conocer su densidad real, pero “se calcula que superan el millón de ejemplares”, con un crecimiento anual entre un 5% y un 15%, Y, aunque soy de letras, mis cuentas no me fallan, de mantenerse la tendencia, la población se puede multiplicar por dos en 2025.

A falta de censo, los científicos utilizan los datos sobre ejemplares cazados y accidentes de tráfico que causan. En años anteriores, las capturas se han triplicado entre 2001, con 117.305 ejemplares abatidos, y 2016, con 354.648. Y estuvieron involucrados en 10.352 choques con vehículos en 2017 (un 73% más que en 2012), según la Dirección General de Tráfico (DGT).

No hay duda pues, de que el jabalí se ha convertido en una especie-plaga o especie problema, que son aquellas que afectan negativamente a la salud de las personas o a su seguridad alimentaria.

Entre las infecciones que comparte el jabalí con el ganado destacan la tuberculosis y la peste porcina africana. Con el hombre comparte “la triquinosis, la hepatitis E o la fiebre hemorrágica Crimea-Congo”.

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Si sigo echando cuentas, me sale que solo cazando dos tercios de la población se lograría frenar su aumento. Harto complicado ¡Lo sé!, y más teniendo en cuenta como están las cosas.

A largo plazo se tendría que actuar sobre el hábitat, para reducirles el alimento y los lugares donde se cobijan. Pero España, evoluciona, al contrario. La superficie forestal, territorio favorable para la especie, ha subido un 33% desde 1990 por el abandono del campo. España se ha convertido así en el segundo país, por detrás de Suecia, con más terreno boscoso de la Unión Europea. A lo que se une que la extensión de los maizales, refugio del jabalí, que se han quintuplicado.

Los ecologistas, para variar, no está de acuerdo en considerar a la especie como una plaga. No creen que los datos sobre capturas en cotos de caza tengan el suficiente rigor.

En su opinión, el esfuerzo cinegético causa el efecto contrario al buscado y redunda en la proliferación de jabalíes, porque se acaba principalmente con adultos y machos, mientras que la población joven y la de hembras fértiles se mantiene. ¡Me parto!

Pues nada, que les sigan echando comida, como si fueran mininos sacados de un telefilme de Walk Disney, y de aquí a unos años, que me lo cuenten (O los veo paseando, arnés en mano, por El Retiro).

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Los jabalíes se alimentan de residuos que encuentran en la basura o que se les ofrece y descansan en rincones ajardinados o solares abandonados. Los ejemplares capturados en zonas periurbanas, aunque jóvenes, tienen un peso que les permite comportarse como adultos, y por tanto pueden criar antes de tiempo. En cambio, los cazados en el monte, suelen ser ejemplares con un peso inferior.

¿Cuál es la solución? Poner puertas al campo, es complicado. Lo primero es asumir que la excesiva presencia de jabalíes, es un problema, en segundo lugar, saber que se trata de un animal silvestre y no es posible predecir sus reacciones. Por lo tanto, no hay que acercarse a ellos, ni por supuesto, facilitarles alimentos.

El Ayuntamiento de Madrid, por su parte, A raíz de estos avistamientos, solicitó permiso para capturar los ejemplares. Autorización que acaba de llegar y estará vigente durante un año.

La Unidad de Medio Ambiente de la Policía Municipal será la encarga de apresar los guarros y, después, irán a un centro especializado en fauna. En este recinto serán analizados y, en caso de estar enfermos, se sacrificarán.

No tengo del todo claro que vaya a funcionar, pero… si no funciona aquí os dejo otras medidas que pueden ayudar (esto último ponlo como tu veas).

- 6 medidas para solucionar el problema del Jabalí urbano

¡Feliz fin de semana!