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Susurros del campo

Montería y la Rehala: Bien de Interés Cultural

Este fin de semana, nuestros montes susurrarán música al compás de caracolas y ladras. Comienza, en la mayoría de las Comunidades autónomas, la temporada general de caza y, con ella, las monterías.

Montería y la Rehala: Bien de Interés Cultural

Este fin de semana, nuestros montes susurrarán música al compás de caracolas y ladras. Comienza, en la mayoría de las Comunidades autónomas, la temporada general de caza y, con ella, las monterías.

La Montería y la Rehala es un signo de identidad de nuestro país. Y como tal, debería ser declarada Bien de Interés Cultural. Precisamente es lo que promueve la Federación de Caza Andaluza (FAC).

Fue en julio de 2017 cuando, junto con la Asociación Española de Rehalas (AER) y Ateca, presentaron en la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía el informe técnico preceptivo para la declaración de la Montería y la rehala como Bien de Interés Cultural en Andalucía.

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Junto al trabajo técnico, la Federación Andaluza de Caza consiguió que durante 2017 más de 300 municipios andaluces apoyaran en Pleno esta declaración, lo que evidencia el fuerte arraigo cultural y la importancia socio-económica de la montería en el mundo rural andaluz. Un respaldo institucional sin precedentes que se consiguió gracias a la colaboración de las sociedades de cazada federadas.

Preparar nuestros archiperres la noche anterior, no conseguir conciliar el sueño y volver a reencontrarse con nuestros amigos monteros mientras damos buena cuenta de un desayuno en forma de migas con huevo frito, es una realidad que, para muchos afortunados, este fin de semana podrán disfrutar.

Al igual que ojalá el gran esfuerzo de la FAC vea pronto su fruto y la Montería y La Rehala sea declarada BIC. De hecho, es una realidad que cada día está más cerca, ya que se encuentra en su fase final. El pasado 29 de junio de 2019 la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, incoó el procedimiento para la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural (BIC).

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Este es solo uno de los muchos proyectos que la FAC promueve en defensa de la caza y las especies cinegéticas, pero no el único. La andaluza está detrás de todos estos proyectos.

1. Proyecto LIFE Lobo Andalucía

2. Agrohábitat

3. Grupo MIXOlepus

4. Proyecto RUFA

5. #MiPerroEsDeCaza

6. Plataforma en defensa del silvestrismo

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Por el momento, sólo nos queda esperar disfrutando de nuestros montes, impregnándonos de sus olores y colores, latiéndolos, y respetándolos. Y por supuesto, cazándolos. Eso sí, con mucha precaución.

Nunca está de más recordar buenos consejos para que las monterías terminen con tranquilidad y sin sustos o desgracias. Debemos ser conscientes que en el campo no estamos solos y la seguridad es fundamental.

En el puesto estaremos atentos, manteniéndonos en alerta el mayor tiempo posible y evitando hacer ruidos que puedan delatar nuestra presencia. Muchos se quejan de su mala fortuna en las monterías, y cuando un día los tienen a su lado, te das cuenta de cuál es realmente el problema.

Desde que llegan al puesto no paran de moverse y hacer ruido, o se sientan en una silla que parece un butacón, de forma que cuando quieren levantarse al escuchar un ruido resulta que el guarro hace un buen rato que pasó el cortadero. Al poco de llegar al puesto empiezan a comerse unos enormes bocadillos, por lo que descuidan totalmente la alerta, siendo el momento elegido por los jabalíes para pasar por la postura. Otros llevan al puesto un sinfín de aparatos totalmente inservibles en una montería, como grandes prismáticos, medidores de distancia, amplificadores de sonidos, etc. En más de una ocasión se les cuela el cochino mientras miran lo que hacen los puestos del sopié o el devenir de los perros por la mancha.

Si escuchas llegar al animal, estarás preparado para cuando salte al cortadero, siendo muy difícil que te gane la mano. El oído es siempre fundamental en la montería y el éxito en el tiro depende en buena parte de él.

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Las precipitaciones no son buenas, teniendo la mayoría de las veces un resultado negativo y haciéndonos perder la que seguramente es la única posibilidad de toda la montería, pues tan sólo en raras ocasiones se nos presentará la posibilidad de tirar varias veces en la misma postura.

Una vez que tenemos metido en el visor al jabalí, hemos de tener siempre en cuenta que en el monte hay mucha gente, otros monteros, perreros, guías, muleros, etc., de manera que antes de apretar el gatillo tenemos que estar plenamente seguros de que no hay ningún peligro.

Nunca dispararemos al viso, pues debemos tener en cuenta que no sabemos lo que hay detrás, pudiendo ocasionar un gravísimo accidente, por eso siempre se ha de disparar enterrando la bala, es decir, que si fallamos vaya a parar a un lugar en el que no ofrezca peligro, sabiendo en todo momento qué lugar es ése.

Otra de las normas elementales de seguridad es la de no disparar nunca hacia el monte que se está batiendo y no tirar al tarameo o movimiento de la vegetación, ya que puede tratarse de un perro o, lo que es mucho peor, de un perrero u otra persona que por el motivo que sea se encuentra en el monte.

Siempre debemos estar plenamente seguros de que estamos disparando sobre una res y hasta que no la veamos y la identifiquemos plenamente no deberemos apretar el gatillo.

¡Salud, precaución y buena caza!