De Ruta en bici por la Axarquía: Ruta de los Tajos (y III)
Terminamos esta trilogía con la más larga y dura de las tres rutas, otro tipo de puerto de más esfuerzo y paisajes de alta montaña... vistos desde arriba
Después de un largo tiempo de ausencia que ya no se repetirá más, pues volveré puntual a la cita con vosotros cada semana (es probable incluso que alguna semana os comente algo dos veces, por aquello de devolveros el tiempo perdido), vamos con la tercera y última ruta por mis dominios. Debo decir que no he descubierto todos los puertos y subidas que hay por la zona, e incluso desde esta comarca se puede enganchar con otras donde hay más. . Es más: tengo una propuesta de etapa para la Vuelta a España en la provincia y os la voy a dejar también en otro post. Salen 5.000 metros de desnivel, con eso os lo digo todo.
Y es que esta provincia, famosa mundialmente por su Costa del Sol (occidental) y el turismo de playa, encierra verdaderas joyas tanto en lo paisajístico como en nivel de sufrimiento para los que queráis castigaros el físico. Bueno, que no me lío más. Vamos a por la tercera, que he denominado Ruta de los Tajos.
Lo he hecho así porque pasaremos cerca de la verdadera Ruta de los Tajos, que es de senderismo y corresponde con la zona de la Sierra de Camarolos, entre Alfarnate, Antequera y Villanueva del Rosario, así como la Sierra del Jobo, que prácticamente sólo distinguen entre sí los lugareños. Aviso: Aquí en invierno hace un frío que pela. De helada prácticamente diaria. Para los que quieran venir, que lo sepan. De hecho, cada invierno la nieve se deja ver por las zonas altas que pasaremos en esta ruta. Es más una estampa pintoresca que algo común y que dure meses, pero si vemos que el tiempo está regulero, mejor no venir porque por esta zona he visto formarse más de una pelotera guapa. Yo estaba de casa rural y tenía su encanto, pero en bici podemos pasar un mal rato.
Salimos esta vez desde Vélez-Málaga, en concreto desde el pueblecito de Trapiche. ¿Por qué? Pues porque nos vamos a comer una buena kilometrada y así evitamos todo el tráfico de Torre del Mar y Vélez. Al llegar a Trapiche se entra en otro mundo donde no abunda tanto el coche. Tomamos, como la primera vez, la carretera antigua de Alhama hasta llegar al Puente Don Manuel por sus innumerables repechitos y cotas. Entre esos repechos hay uno que se pone como al 14% y que los de la zona llaman la ‘Cuesta der Peo’, porque cuando subían los carros tirados por caballos, éstos tenían que hacer mucho esfuerzo y se cag… total, que alguno de la zona tuvo la brillante idea bautismal, la contó por allí y se le quedó. Recuerdo una vez quise subirla con la inercia –entonces estaba yo medio fino- pero me quedé clavado con el plato y un anciano sentado me dijo sonriendo “es dura, ¿eh?” y me contó la historia de la cuesta. Iba tan despacio que me dio tiempo a oírla entera.
Total, en el Pte. Don Manuel giramos a la derecha dirección a Zafarraya. Vamos a subir el que probablemente sea el puerto más famoso de la comarca: Alto de las Ventas de Zafarraya, popularmente conocido como el ‘Boquete’, por la forma que hace la cima. También hay un dicho más o menos popular entre la gente de la zona respecto a esto, pero me voy a guardar tal ejemplo de excelsa poesía. El puerto está ‘trillaísimo’ en carreras profesionales. Raro es el año que la Vuelta a Andalucía o la Vuelta a España no pasan por aquí –precisamente este 2019 ha sido uno de esos- y, bueno, son 11,8 kms al 5,7% de media. Lo bueno, que es más o menos constante. Tiene un par de kilómetros cercanos al 8%, algún piquito al 10-11% a mitad de puerto y luego suaviza un poco de cara al final. Lo que sí suele pegar y bien en esa parte de arriba, muy desprotegida, es el viento. Pero vamos, se puede pasar. Si vamos en meses de calor, justo a mitad está la Fuente de la Peña, donde podemos parar a llenar algo de agua. Es como un pilarillo donde se ha canalizado un manantial, al lado de un cortijo a mano derecha, en una curva de herradura. No tiene pérdida.
Una vez coronamos, nos vamos para Zafarraya, pasamos el pueblo y tomamos la carretera que conduce dirección a Loja. Ahí nos vamos a encontrar otra vez terreno repechero, siempre rondando los 1.000 metros de altitud. Y, cuando parece que ya vamos a bajar, nos vamos a encontrar un brusco cruce a la izquierda, con un cortijo grande allí solitario. Y ése vamos a tomar. Ahí empezaremos una suave subidita de unos tres kilómetros que nos dejará en el Puerto de Los Alazores y, con él, de vuelta en la provincia de Málaga, ya que desde el ‘Boquete’ habíamos invadido Granada. Pasamos por la puerta de la Venta de Alfarnate, la más antigua de Andalucía y cuyos primeros precedentes datan del siglo XIII ni más ni menos.
Mantenemos el rumbo de la carretera y vamos, en continuo sube-baja, aunque en esta ocasión más bien favorable, hacia Colmenar, y de ahí tomamos hasta Riogordo. Esta vez, en lugar de seguir dirección Benamargosa donde engancharíamos con la ruta anterior y haríamos una enorme burrada de kilómetros, vamos a torcer a la izquierda y afrontamos el segundo puerto del día. Cortito y al pie: Puerto Sábar. Unos cinco kilómetros con una media del 5,2%. Coronamos con calma y llaneamos un poco dirección Periana.
Antes de entrar al pueblo volvemos a tomar un cruce brusco a la izquierda que nos indica hacia los Baños de Vilo. Comienza la última ascensión de la jornada: el Puerto del Sol. Ya os comenté algo sobre él en otras entradas. A mí, personalmente, me encanta. Tiene algo menos de nueve kilómetros, pero el primero es un poco cascarilla. Lo guay viene en los otros siete, sobre todo los cuatro primeros. Es una ascensión con curvas de herradura durísimas –rampas de hasta el 15% y casi todas las curvas superando el 10-12%- y en un paisaje tremendo donde se va ganando altura rapidísimo. Al lado sólo hay un impresionante macizo de piedra del que crecen algunos árboles aislados, y nosotros vamos subiendo casi por mitad. Las posibilidades de cruzarse un coche son del 50%: la mitad de las veces que vayas, no te cruzas ninguno.
Pues lo dicho: vamos con todo para arriba, y hay que recordar que ya tendremos prácticamente 90 kilómetros en las patas. Los dos últimos kilómetros son algo más suaves, en torno al 6-7% constantes, y cuando se corona el puerto merece la pena pararse y echar la vista atrás. A la izquierda, la piedra caliza salpicada de algún pino carrasco. Detrás, Sierra Tejeda, dejando asomarse en la hondonada natural las cumbres blancas de Sierra Nevada. Al frente, hacia abajo, el Embalse de La Viñuela con todo el valle axárquico y el Mediterráneo de fondo. En días claros es una maravilla detenerse a echar un vistazo.
Se acabaron las subidas. Bajamos hasta Alfarnate, donde apenas perderemos 100 metros de desnivel, y ahora sí tomamos dirección Alfarnatejo para volver a bajar. Dejamos el Tajo de Gomer detrás y volvemos a la aldea del Mondrón, por donde ya hemos pasado cuando subimos Puerto Sábar. De ahí repetimos en ‘bucle’ hasta Periana, pero esta vez sí que entramos en el pueblo y nos tiramos para abajo, de nuevo dirección al Puente D. Manuel y, de ahí, vuelta para el Trapiche. Al final, nos salen casi 2.500 metros de desnivel acumulado. Tampoco es una gran locura, pero tiene el punto de dureza necesario para sufrir y disfrutar a partes iguales en esta última ruta por la tierra axárquica. Lugar de subtropicales recientes, almendra, vino dulce, bandoleros, un clima inmejorable para darle a los pedales… y montaña, mucha montaña.
Ruta: Trapiche-Ventas de Zafarraya-Los Alazores-Riogordo-Puerto Sábar-Puerto del Sol-Alfarnate-Trapiche
Distancia: 136 kms
Desnivel acumulado: 2.473 metros
