De ruta en bici por la Axarquía malagueña: Ruta de la Pasa (II)
Segunda ruta, ahora por la zona oeste de la comarca, donde visitamos la tierra del vino dulce y el ajoblanco, con casi 2.000 metros de desnivel
¡Muy buenas a todos! Tras una ausencia más larga de lo que hubiese querido por problemas en el ordenador, vamos al lío con la segunda de las tres rutas por mi comarca natal. Transita por buena parte de lo que se conoce como Ruta de la Pasa. En la Axarquía no es que seamos maestros del doble sentido, así que si se llama de este modo es porque las pasas se crían bien en la zona. Punto. El caso es que estamos ante una ruta más larguita y para la que os daré alguna alternativa por si queréis meterle un puntito más de dificultad.
Empezamos, como la otra vez, en Torre del Mar junto al Mediterráneo. Y también otra vez nos metemos para el interior, hacia Vélez-Málaga. Como en la primera expedición ya vimos el centro, esta vez no os importe si la dejamos a un lado y tomamos la circunvalación. Luego sí que entraremos en la última rotonda para llegar a la zona norte y tomar la carretera antigua que conducía a Alhama de Granada antes de hacer la nueva que bordea el embalse de La Viñuela. La ‘nueva’ tiene ya perfectamente 30 años. Vamos, que no huele a asfalto ya.
Llegamos, tras 20 kilómetros de sube y baja continuo –es el sitio perfecto para repechear, porque los repechos duros son muy cortos, y las cotas más largas son bastante tendidas- al Puente Don Manuel. Allí torcemos a la izquierda –a la derecha se empieza a subir el Alto de las Ventas de Zafarraya, que visitaremos en la última salida- y llegamos precisamente a la ‘nueva’. En realidad, podemos quitarnos algunos kilómetros haciendo el recto, siempre por la carretera nueva que va directa, pero hay mucho tráfico y algunos coches van rápido de más. Por tranquilidad prefiero siempre la antigua… y aparte es más divertida.
Total, que seguimos primero bordeando el embalse y luego lo dejamos atrás, siempre en continuos repechos que suben más que bajan, hasta que un cartelón nos indica el desvío a varios pueblos. Nosotros vamos hacia Riogordo. Estamos a algo más de 400 metros, y habremos rozado los 500 en alguna de las innumerables subiditas. La carretera, eso sí, aquí es bastante ancha y se puede ir bien por ella, no hay rampas brutales y se puede uno divertir un poco rodando bien.
Ahora nos toca bajar… relativamente. Vamos a ir perdiendo altura, pero también en una sucesión de repechos arriba y abajo. Os puedo asegurar que esto acaba pasando factura luego como te lo tomes muy a pecho. Os iba a decir también que la carretera estaba hecha polvo… pero la han asfaltado enterita, así que ahora da gloria pasar por ella. Al fondo vemos el pueblo de Comares, situado en lo alto de un inmenso peñasco. Sitio bonito para visitar, por cierto. Vamos a encontrarnos el desvío que conduce a él justo después de pasar por Salto del Negro –sí, es una aldea que se llama así-. Por cierto, a diferencia de la carretera anterior, en esta se combinan bajadas muy rápidas con rampones terribles. Son repechos cortos, de los que piensas que salvas con la inercia pero luego no.
A lo que iba. Si queréis meteros por Comares, adelante. Los dos primeros kilómetros son mortales, pero luego se sube medio bien. Incluso se puede seguir y llegar al Santopítar y, de ahí, a la Fuente de la Reina. Cruzarse los Montes de Málaga y acabar en la capital, vaya. Pero nosotros no nos vamos a salir de la comarca. También podéis subir a Comares, bajar y seguir la ruta de este artículo. Seguimos bajando, una vez pasados los repechos, y entramos en Benamargosa.
Tomamos aquí a la derecha en el puente sobre el río Benamargosa y empezamos, con casi 50 kilómetros en las patas, el primer puerto del día. Un segundita de 8,3 kms al 4,7% de media. Puerto de disfrutar. Carretera estrechita pero con buen firme, tres kilómetros iniciales durillos, un descanso de un kilómetro, luego otra rampa dura hasta el 12% y, después de dejar atrás el pueblo de Cútar, otros tres mil metros sostenidos en torno al 4-5%. Si estás medio en forma, unos 26-28 minutos de ascensión total. Y Comares nos mira ahora desde el otro lado. Desde arriba se puede ver, al fondo, una hilera de pinos surcando el monte. No he puesto la foto por no amontonar imágenes, pero la foto principal del artículo da una buena pista. Y allí nos dirigimos. A sufrir junto a ellos.
Enfilamos descenso, pasamos junto a la localidad de El Borge –donde la pasa, el vino dulce y el ‘machaco’ son casi una religión-, y donde hubo un hecho curioso en las pasadas elecciones municipales. El Partido Popular presentó una lista de siete candidatos y tres suplentes, pero luego tuvieron UN voto. Ahí lo dejo. Un par de kilómetros más y llegamos a Almáchar, cuna del ajoblanco. Para quien no lo conozca, el ajoblanco es una sopa fría hecha de almendra triturada, agua y un poquito de ajo, menos del que la gente piensa si se deja guiar por el nombre. Es un chute de energía fría para el verano, y para terminar de acompañar se le echa, dentro del plato, alguna fruta. La ‘suya’ es la uva, pero también hay quien le pone un pero troceado –un pero, en andalú, es lo que los técnicos llaman una manzana Golden- o incluso melón a tajadas. Eso ya a gusto, los tres combinan bien. Os confieso que podría vivir a base de ajoblanco y espetos de sardinas.
Y en Almáchar comienza un puerto que en la Vuelta a Andalucía 2013 se conoció como Alto de la Pasa… pero los lugareños lo llaman el Muro. Cinco kilómetros a una media casi del 10%, con picos que alcanzan hasta el 17. Como en casi todos los puertos de la zona, lo peor es el principio. Y a ambos lados de la carretera, la hilera de pinos. Atrás dejamos los barrancos y valles de la Axarquía y en su cima nos espera el mar. O sea, que vemos el mar, no que lleguemos a él. Las vistas son preciosas… si nos diera el físico para pensar en ellas.
Después de los dos primeros kilómetros, que se hacen eternos –yo sigo pensando que los puertos tendrían que estar prohibidos, pero eso es por egoísmo- hay un pequeño descansito en lo más parecido a una curva cerrada que encontramos en todo el puerto. Pero es un espejismo y apenas da tiempo a enfriar las piernas. Pronto vuelve otra vez a ponerse para arriba. Coronamos y, entre los pinos, hay un claro que nos da una vista maravillosa de prácticamente toda la comarca. Y aquí se acaba todo lo que teníamos que subir hoy, que nos ha dado para casi 2.000 metros de desnivel. Ahora bajamos, pasando por Moclinejo y Benagalbón, hasta Rincón de la Victoria.
Desde ahí nos quedan 17 kilómetros por la carretera nacional que unía, antiguamente, Cádiz con Barcelona. Sí. No me he equivocado. Prácticamente plana y con bastante tráfico según la hora, sobre todo en Rincón donde hay que estar atento porque los aparcamientos son en línea y te pueden abrir una puerta en las narices. Lo guay de esto es cuando crees que ya está todo hecho y resulta que el viento, de cuya dirección no nos vamos a percatar en esa zona de la comarca a menos que haya un verdadero temporal, te pega en contra cuando sales a la costa. Te acuerdas de Eolo, Neptuno y todos sus árboles genealógicos. Por cierto, que a mitad hay un cruce en dirección Cajiz. Para quien esté a un nivel ya más top, puede subir los ocho kilómetros de puerto que hay –los tres últimos son durísimos- y bajar hacia Benamocarra, para después llegar a Torre del Mar por la circunvalación desde la que salimos.
Nosotros seguimos rectos hasta Torre del Mar y acabamos ya la segunda de tres rutas. A la última, si os soy sinceros, le estoy dando vueltas todavía. Sé por dónde quiero pasar, pero me tocaría dar un bucle y quisiera evitarlo. ¡Os espero!
Ruta de la Pasa: Torre del Mar - Puente D. Manuel - Riogordo - Benamargosa - Almáchar- Rincón de la Victoria - Torre del Mar. Media montaña. 106 kms. Desnivel: 1.986 metros.