Rodar contra el viento y no morir de desesperación en el intento
El aire en contra es uno de los grandes desanimadores para el ciclista, pero también se le puede sacar partido si nos lo tomamos con filosofía
Bueno. Pues ya llevamos, después de muchos tiras y aflojas, dos semanas y media de entrenamientos con regularidad. Todavía no muy largos ni muy intensos, acostumbrando las piernas y lo que no son las piernas a ir en la bici. Se resiente un poco el cuello, la espalda, el culo... nada que no se arregle estirando un poco. Lo de la 'mochila delantera' ya es más complicado, pero en eso estamos.
El caso es que estos días estoy haciendo un esfuerzo extra para poder salir a entrenar, porque llevamos ya dos semanas de temporales de viento que por aquí, en la costa de Málaga, son en realidad bastante comunes... aunque no tan continuados. Y todavía nos quedan mínimo tres días más. Un auténtico coñazo. Yo reconozco que me gusta el viento para entrenar, pero cuando estoy medio en forma, no ahora. Es más, podría decir que el viento es uno de los grandes desanimadores del cicloturista. La cuestión es que, con tanto levante y poniente, se me ha venido la idea de dar alguna que otra pauta para pedalear con viento. Con viento de cara, me refiero. Que a favor todo se ve muy bonito.
Vamos al lío. En primer lugar hay que diferenciar mucho de si vamos solos o acompañados. ¿Por qué? Fácil: Si va uno solo se viene comiendo el aire entero durante todo el tiempo, lo que nos permitiría hacer un tipo de entrenamiento concreto, mientras que si vamos unos cuantos juntos, la cosa ya cambia. En el primer caso, en solitario, puede ser buen momento para ir metiendo algunas series de calidad. El viento de cara, como te lo tomes en serio, te puede llevar absolutamente al límite. Así que para las series es perfecto.
Eso sí, hay que lidiar con dos puntos: Por un lado, si apretamos el pulso sube casi de forma automática, y desde luego no se corresponde con nuestro aumento de velocidad. Si no tenemos esto muy presente, podemos volver a casa hundidos moralmente porque no avanzamos y vamos a tope. Lo de 'hundidos moralmente' es una exageración en plan broma... pero lo he visto también. En segundo lugar tenemos el efecto contrario: cuando estemos en los períodos de recuperación de las series, vamos a tener que ir muy despacio para poder bajar el pulso, que tardará más en reequilibrarse. Pero vamos, todo es costumbre.
Si, por el contrario, vamos con más peñita, lo suyo es hacer lo contrario. Sacar el codo y que los colegas vayan pasando también, compartiendo un poco la condena. El dato que os voy a dar varía según el estudio, pero más o menos se estima en un 30-40% la energía que se llega a ahorrar cuando vas detrás de gente con viento de cara. Básicamente te van llevando en sillita, o casi. El viento de cara también es buen momento para quitar el miedo a ir en grupo. También he visto a gente que no sabe ir bien a rueda por inexperiencia, inseguridad o lo que sea, dejar ese metrillo peligroso que termina reventando al que va detrás en lugar de ahorrarle esfuerzo.
Otra cosa, cuando vamos solos y contra el aire es conveniente ir bien vestidos con un cortavientos o algo similar si el calor no aprieta muy fuerte. Aunque no haga mucho, mucho frío, la ventolera te seca el sudor antes de que te des cuenta. Eso ahora, que este tiempo es un poco traicionero. En verano, por ejemplo, al menos en estas latitudes casi que lo agradeceremos.
La cadencia de pedaleo tendría que ser, en la medida de lo posible, media-alta. Mejor ir ligero y 'suelto' de pedales que atrancado cuando el aire nos pega en el careto. Siempre es recomendable subir un par de piñones y mantener la cadencia alta, incluso aunque podamos ir un poco más lento. Si luego damos la vuelta, volvemos a bajar al desarrollo que teníamos y hasta un piñón extra si vemos que llevamos demasiada alegría.
A la hora de rodar a un pulso más bien bajo, el aire en contra te obliga a ir muy despacio. Personalmente, cuando me toca soltar piernas me gusta salir con viento. Es una especie de juego inverso contra ti mismo en el que, en lugar de exprimirte contra el aire, se trata de obligarte a ir muy despacio. Tanto, que vayas tan cómodo que ni siquiera te moleste el viento de cara. Luego das la vuelta y es sólo dejarte llevar. Como recuperación activa no tiene precio. En fin, quien no se consuela es porque no quiere. Seguiremos poniéndole la cara al temporal. Qué remedio.
PD: He puesto la foto de los abanicos porque es la más caracterísica de los días de aire en ciclismo. Pero, en realidad, cuando el viento pega frontal de cara es casi imposible que se produzcan. De lo que significa 'meter cuneta' y de cómo se forman, si queréis, podemos hablar otro día aunque no sea lo más común tampoco en cicloturismo. A vuestra elección.