4 retos de invierno en St Anton am Arlberg, Alpes austriacos
La cuna del esquí alpino es el paraíso, no solo del esquí, si no de infinidad de deportes de invierno.
Tuve la suerte de esquiar la temporada pasada por las pistas de St Anton en los Alpes austriacos, y la experiencia fue increíble y no solo por la calidad de la nieve, las pistas e infraestructuras o los sobrecogedores paisajes, también por calzarme los esquíes en la cuna del esquí Alpino. Puede parecer que no, pero rozar la historia tiene un plus extra cuando se desciende por uno de los destinos emblemáticos del esquí. Allí se toman el deporte invernal como algo muy serio, y no solo desde el punto de vista turístico, si no deportivo y cultural. En un pueblo de apenas 2500 habitantes, pasan de la centena de campeones de esquí olímpicos y mundiales…lo que es muy loable aunque no sorprendente, si tenemos en cuenta que, literalmente, el patio de juego de los colegios en St.. Anton son las pistas de esquí. Allí los niños se pasan con los esquíes en los pies más de cinco meses al año. Lo sorprendente no es su fantástico palmarés de nieve, sino que fuesen campeones en buceo a pulmón libre.
Pero aparte del peso histórico que tiene la región, St.. Anton ofrece mucho más, pertenece al dominio de Arlberg, la zona esquiable más grande de Austria que engloban a las estaciones de St Anton, St Christoph, Stuben, Zürs, Lech y Warth-Schröcken. El paraíso del amante de los deportes de invierno que lanza infinidad de retos, aquí le dejo cuatro.
[1] Esquí Alpino
Desde la temporada 2016/17 el dominio Arlberg cuenta con 305 Km de pistas interconectadas por 88 remontes y telecabinas, la mayor extensión esquiable de Austria. Desde St Anton hay dos retos para los amantes de la adrenalina, uno es el descenso desde el pico Valluga, 2,811 m, el más alto de la región, desde el que se domina una vista espectacular, por un recorrido de 9 Km y un desnivel de 1,507 m. El descenso se puede hacer por dos vertientes, hacia el oeste por pista roja hasta Arlenmähderbahn o hacia el este por la ruta de esquí Mattunjoch, bastante difícil. El otro reto es recorrerse el dominio entero de Arlberg, empezando y terminando St Anton y recorriendo todas las estaciones en lo que es conocido como Run of Fame. Acabar el Run of Fame tiene certificado y premio.
[2] Vía Ferrata
La única del Tirol, desde Riffelbahn-II 2650 metros de altitud, en la zona de Rendl, se accede a una cuerda de acero de 850 metros de longitud que lleva a la cresta de Rossfallscharte a 2,732 m, desde donde se denomina la sierra de Verwallgruppe y los Alpes de Lech. El 20% de la ruta precisa escalada y cuando hay nieve en polvo el esfuerzo es notable, pero las vistas y, sobre todo el descenso esquí y snow touring hasta St. Anton vía valle de Moostal es espectacular.
[3] Parapente
Una de las formas de experimentar el freeride en St Anton en nieve virgen, donde nadie haya pasado nadie, por descensos a los que no llegan remontes, ni vías ferratas, ni rutas de esquí es contratar los servicios Para Powder Expedition. Se disfruta de un vuelo en tándem hasta el lugar de destino, quizá hay que añadir una pequeña caminata hasta la cima cercana, y desde allí se desciende por laderas a las que el turismo de nieve no tiene acceso y pocos esquiadores han visto. En el descenso uno cuenta con guía de esquí, seguimiento de un parapentista que además graba en video, equipo anti avalancha y seguimiento en vivo para que todo el mundo online sepa dónde estás. Los guías aseguran que son las mejores vistas de los Alpes, y los mejores descensos del esquí. Desde luego es toda una aventura. Aunque si lo suyo es el freeride, pero no volar, en el dominio de Arlberg más de 200 Km de fuera de pistas señalizados y asegurados contra avalanchas, vamos que todos no se recorren en una semana.
[4] Trail Running de invierno.
Desde St Anton se puede acceder a una red de más de 70 Km de rutas preparadas donde practicar la marcha nórdica o el trail running de invierno. Una de las rutas donde someter a las zapatillas es la circular Verwall que comienza en el Hotel Moseerkreuz en la calle Arlberg, toda una cuesta empinada para hacer cuádriceps. Si quiere puede ahorrarse la cuesta cogiendo el autobús de esquí hasta el final de la calle. Desde aquí la ruta es más o menos llana y discurre alrededor del lago Verwall con unas vistas que marcarán su viaje. Pero si quiere darle a los pulmones sin quitarse los esquíes, dispone de una red de 40 Km pistas de esquí de fondo que recorren todo el valle de St Anton, uno de los destinos con más prestigio para el entrenamiento de deportistas profesionales. Puede regresar de sus vacaciones como un toro con solo una semana de entrenamiento en altura.