NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

SIN CADENA

El frío, el gran enemigo de la bici: vestirse para salir en invierno

No sólo se trata de abrigarse, sino también de poder adaptarse en marcha a los cambios de tiempo para no quedarnos cortos ni pasarnos de abrigo

El frío, el gran enemigo de la bici: vestirse para salir en invierno

Parece que este año el invierno será algo más riguroso que los últimos en nuestro país. El frío ya está aquí, y hablamos de uno de los grandes enemigos del ciclista por naturaleza. Es, probablemente, el peor agente externo al que nos enfrentamos en la carretera. Obviamente, puede venir acompañado de mucho viento o lluvia, lo que ya sería todavía peor.

Pero precisamente por eso, a día de hoy tenemos en el mercado un amplísimo catálogo de prendas que nos hacen más llevadera la existencia durante estos meses en los que uno mira por la ventana y le entra el bajón a la hora de dar a los pedales. Aunque también es verdad que este que escribe, malagueño como es, ve una nube a lo lejos y ya se pone a cubierto. Hay gente a la que le motiva ir en bici bajo la lluvia o con temperaturas extremas. Pero una mala vestimenta acaba por dar un disgusto a cualquiera en forma de enfermedad.

El objetivo a la hora de vestirnos cuando hace frío y toca ruta, es lo que se conoce como termoregulación. Es decir, mantener el cuerpo a su temperatura idónea de 36 a 37 grados. Para lograrlo, deberemos elegir la ropa adecuada en función de las condiciones meteorológicas. Y claro, si hacemos una ruta larga, hay que estar prevenidos porque eso puede cambiar. Frío, dirección y fuerza -y variabilidad- del viento, incidencia de la luz del sol, humedad... todo eso cuenta.

Ahora mismo, por ejemplo, en mi caso vivo como ya más de uno sabrá en Aracena. Y aquí hace un frío bastante serio. Tanto, que durante el puente de Todos los Santos hice salidas por debajo de 10 grados a las cuatro de la tarde. Aunque ahora parece haber dado una tregua, llevábamos dos semanas amaneciendo por debajo de cinco y con las primeras escarchas, todavía muy débiles y sin llegar a helada.

Uno de esos axiomas insondables del ciclismo dice que lo más recomendable es vestirse por capas. Y, por mi experiencia de globero, la verdad es que estoy de acuerdo... pero como siempre digo, sin locuras. Por ejemplo, una camiseta 'térmica' que se adapte bien al cuerpo es una buena capa inicial, pues permite salir fuera el sudor pero mantiene el aire caliente cercano a nuestra piel. Después, un maillot largo y un guante entero. Al menos en mi caso, las manos se me tardan en calentar, y cuando están frías se mueven peor por lo que para el tacto de los frenos y demás puede llegar a afectar un poco. Con el guante cubierto, un problema menos.

Si ya el frío aprieta mucho, una chaquetilla o chaleco es un buen complemento. Hay quien se pone chubasqueros o prendas impermeables y esto es un arma de doble filo. Vale que detiene el aire -ojo, hablamos de frío sin lluvia, si nos cae un chaparrón es más que recomendable usarlo-, pero cuidado porque impide la eliminación del sudor y lo más que puede pasar es que terminemos empapados en él por el efecto invernadero e incluso lleguemos a deshidratarnos si nos descuidamos, ya que esa impermeabilidad aumenta demasiado nuestra temperatura y seguiremos sudando más rápido. Con un chaleco sí conseguimos que ese sudor vaya saliendo y regular mejor la temperatura. Y una chaqueta de un material transpirable, lo mismo.

En las piernas, el culotte largo es obligatorio para mí en cuanto se bajan los 15 grados de temperaturas. Unos cubrebotas en los pies también vienen bastante bien en los pies para aislar el frío. Y es que los pies -otro día hablaremos de ello- son los grandes olvidados por casi cualquier deportista. No cuesta nada mimarlos un poco, que por ahí se pierde bastante calor corporal.

Por último, la cabeza. A mí me estorba cualquier cosa que lleve al cuello, pero me he acabado acostumbrando, entre la época que viví en Cantabria y esta actual. Una braga doble para el cuello -e incluso para tapar la boca y que no nos entre aire tan frío, que hay a quien le agobia respirar por la nariz- y cinta para las orejas o, si ya está el día muy feo, ponérselo en plan pasamontañas dejando sólo los ojos a la vista. Lo importante es tener prendas y accesorios fáciles de quitar y echar al bolsillo, vaya a salir el sol con fuerza y nos acabemos friendo. O viceversa.