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LA DORMILONA

Las 5 lesiones más frecuentes en los jugadores de pádel

Epicondilitis, fasctitis plantar, esguince de tobillo, dolencias en el hombro y lumbalgia son las dolencias más comunes en la pista.

Alba Galán, atendida por el fisioterapeuta durante un partido World Padel Tour.
World Padel Tour

El pádel es un deporte de moda concebido a la par como ocio y practica deportiva y que aglutina cada día más adeptos. Y es precisamente por ello, por su componente social y de ocio que son frecuentes las lesiones.

Y es que el pádel es considerado un deporte lesivo. Por impactos, repeticiones, giros, arrancadas, golpeos y frenadas, es una practica deportiva que conlleva abundantes lesiones. Más, en el jugador amateur. Y más aún por ese cliché sociológico que asegura que no es necesario estar en forma para practicarlo.

Porque, como en cualquier disciplina deportiva, es conveniente tener una forma física básica. Si por concepto es un deporte agresivo para muchas articulaciones, el riesgo de lesión se multiplica cuando la musculatura no está preparada.

Por ello recopilamos cuáles son las cinco lesiones más frecuentes a la hora de jugar al pádel:

Epicondilitis

Probablemente, la más frecuente. El denominado ‘codo de tenista’ se produce por la irritación de los tendones que atraviesan el codo, uniendo brazo y antebrazo. Esto provoca dolor en la región lateral extendiéndose en muchos casos por el antebrazo y la muñeca.

Fernando Belasteguín usa material ortopédico para el codo desde una lesión.
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Fernando Belasteguín usa material ortopédico para el codo desde una lesión.World Padel Tour

Porque la epicondilalgia impide realizar los gestos necesarios para jugar al pádel, que muchas veces conlleva una sensación de pérdida de fuerza y que en muchos casos viene provocada por nuestra negligencia como jugadores. La elección de una pala pesada y con el balance hacía la cabeza, la nula absorción de vibraciones de algunas palas y los gestos técnicos incorrectos –el famoso muñequeo- son las causas más frecuentes.

Una epicondilitis que obliga a dejar de jugar a muchos jugadores por una larga temporada y que, por mucho que nos obcequemos en utilizar material ortopédico especializado, debe ser tratada por un especialista.

Fascitis plantar

Si duda, una de las más molestas. La fascitis plantar es una lesión que provoca dolor en el talón y la planta del pie y que viene provocada por una inflamación de la fascia plantar.

Cristian Gutiérrez atendido durante un partido.
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Cristian Gutiérrez atendido durante un partido.World Padel Tour

Y es que la fascitis plantar provoca una sensación aguda de dolor que nos impedirá movernos por la pista. Correr, saltar y girar son acciones utópicas cuando se sufre esta dolencia y en muchos casos acaba convirtiéndose en un problema grave al no saber parar cuando la molestia ha comenzado.

Una lesión bastante común y que tiene diversas causas. La mala elección del calzado para la práctica deportiva, defectos en el apoyo o la forma de pisar y el exceso de actividad suelen ser las más frecuentes.

Sin duda, es una de las lesiones que mayor tratamiento necesitan y, además del uso de plantillas especializadas, será imprescindible acudir al médico y/o fisioterapeuta.

Esguince de tobillo

Aunque existen los esguinces de rodilla, y son habituales, sin duda el que se lleva la palma es el de tobillo. Un tipo de lesión que se produce al realizar un mal gesto y llevar a los ligamentos de la articulación a un sobreestiramiento o distensión. Incluso a un punto cercano a la rotura en el peor de los casos.

Miguel Lamperti atendido tras realizarse un esguince de tobillo.
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Miguel Lamperti atendido tras realizarse un esguince de tobillo.World Padel Tour

Esta lesión se clasifica en diferentes grados en función de la cantidad de distensión de los ligamentos, de la inflamación y el derrame, de la existencia de lesiones asociadas y, por tanto, de la impotencia funcional que conlleve tal lesión.

El esguince de tobillo se desencadena debido a los giros, arrancadas y frenadas propios del pádel obligan a una actividad frecuente de la articulación del tobillo, provocando estrés en esta zona. Todo, aderezado por un nulo calentamiento que provoca que entremos con las articulaciones ‘frías’ en la pista.

Dependiendo del grado del esguince, esta lesión nos obligará a estar una temporada lejos de cualquier actividad deportiva y, en muchos casos, nos hará pasar por el fisioterapeuta y un readaptador de lesiones.

Lesiones de hombro

Si hablamos de forma genérica en este apartado es porque, desgraciadamente, son diversas las lesiones de hombro que se dan a la hora de practicar al pádel. Pero, dentro de todas ellas, las más habituales son las tendinitis del manguito rotador.

Pablo Lima durante su lesión en el Master Final 2016.
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Pablo Lima durante su lesión en el Master Final 2016.World Padel Tour

Estas lesiones se originan por movimientos repetitivos en posiciones de estrés para la articulación y descompensaciones musculares entre otros factores. Además, conllevan un intenso dolor agudo que puede incluso desencadenarse por la noche y complicarnos el descanso, pérdida de fuerza y gran limitación en la movilidad del miembro superior.

Se trata de lesiones frecuentes en el pádel ya que dos de sus gestos técnicos son de gran exigencia para este complejo articular. El remate y la bandeja son los dos golpes más agresivos para esta zona y los que pueden provocar esta incómoda sensación.

Esta lesión nos obligará a pasar por fisioterapia y realizar un trabajo de rehabilitación durante varias semanas.

Lumbalgia

Aunque es una dolencia habitual en la vida de muchas personas, el pádel es un deporte agresivo que provoca esta dolencia. Una lesión que se traduce como un dolor localizado en la parte inferior de la espalda por la asimetría que conlleva el pádel.

Alejandro Ruiz atendido por el fisio por un dolor lumbar.
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Alejandro Ruiz atendido por el fisio por un dolor lumbar.All For Padel

Y es que el pádel, por la cantidad de impactos sobre una superficie dura, los giros y la flexión, extensión y rotación de la columna vertebral suele conllevar este dolor. Todo esto, sin contar con otros factores como puede ser la descompensación, el el acortamiento de la musculatura de la cadena posterior o una baja potencia en la zona abdominal.

Una lesión que, puede ser variable en cuanto a su gravedad e importancia en nuestra calidad de vida, provocará una sensación constante de malestar continuado y para la que es recomendable llevar a cabo un trabajo de rehabilitación y readaptación física.