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SUSURROS DEL CAMPO

¡Larga vida a la caza!

Con un pie puesto en el fin de semana, me paro a valorar una intensa semana con noticias muy alentadoras que benefician al sector de la caza y nos hacen ir viendo algo de luz.

¡Larga vida a la caza!

Con un pie puesto en el fin de semana, me paro a valorar una intensa semana con noticias muy alentadoras que benefician al sector de la caza y nos hacen ir viendo algo de luz.

Las concentraciones que tuvieron lugar el pasado domingo en diferentes puntos de nuestra geografía fueron muestra de ello. Más de 100.000 cazadores aunaron sus voces a una sola voz: ¡viva la caza! 100.000 voces que han sonado en diferentes medios de comunicación y que dieron fe de ello, demostrando que la caza es un sector muy importante para el desarrollo de la economía rural y, sobre todo, para la conservación del medio ambiente.

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Por otro lado, el 16 de abril fue aprobado en la Comisión de Medio Ambiente del Congreso el Proyecto de Ley que modifica la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad o 'Ley Narbona', lo que supone que, especies como el arruí, la trucha arco iris, el lucio, la carpa o el cangrejo americano, podrán volver a ser cazadas o pescadas en áreas ocupadas antes de 2007. El sentido común se ha impuesto finalmente a la sinrazón ecologista que buscaba el exterminio de especies como el arruí. Ahora toca seguir luchando con las mejores armas que tenemos: el diálogo, el conocimiento y demostrando, día a día, que la caza es necesaria, que su práctica es totalmente legal y, que, por supuesto, no vamos a dejar que ningún colectivo nos insulte y calumnie.

Dicho esto, pues, con más fuerza seguimos trabajando para disfrutar de nuestros campos y montes, cuidando de ellos, de su flora y de su fauna poniendo toda nuestra pasión, y de una forma completamente incondicional.

Tras las necesarias lluvias que han saciado la sed de nuestros campos, viene el calor del sol, haciendo que resurjan de su letargo invernal, llenando de color y vida cada rincón de nuestra naturaleza. Un momento propicio para pasear en soledad o con nuestros seres queridos, para recoger espárragos o esas primeras setas primaverales que pueden llenar nuestros paladares de sabores maravillosos y nuestro cuerpo de salud.

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Nuestra fauna empieza a estar viva y es un placer ver cómo las perdices van emparejadas o los gazapos se cruzan en nuestro camino, poder ver cómo en las siembras al borde de los montes, nuestros cérvidos, se deleitan con los brotes verdes y jugosos o, simplemente, tumbarte en una pradera a escuchar el canto de los pájaros.

Algunos afortunados ya están detrás de los corzos o pasando las noches en vela esperando el encuentro con el gran macareno, y todo ello rodeado de la belleza que nos regala esta estación del año.

Otros, en cambio, no tienen la fortuna de poder disfrutar de las esperas o los recechos, pero no dejan de cazar. Eso sí, de una manera diferente... Es momento de ir preparando los bebederos, limpiando fuentes y preparando los comederos donde, en los meses de calor sofocante, ayudaremos a toda la fauna a poder sobrevivir. Es momento de cuidar de nuestros campos y montes, sin olvidarnos que, dentro de poco, entraremos en ese peligro que nos acecha año tras años en forma de fuego. Esperemos que este año las administraciones hayan hecho una buena planificación de la limpieza de los montes y, que los sin vergüenzas de los pirómanos (es el adjetivo menos grosero que puedo utilizar) se queden en su casa. Nosotros, mientras tanto, seguiremos saliendo a nuestro amado campo a seguir siendo sus valientes vigilantes.

¡Viva la caza!