CARROS DE FUEGO
Descalificación de Husillos: justa, pero distorsiona el resultado
Aplicando estrictamente el reglamento Óscar debe ser sancionado, pero el campeón indoor de los 400 metros es él para todo el mundo, aunque no reciba el oro.
¿Es justa la descalificación de Óscar Husillos en la final de los Mundiales en pista cubierta de Birmingham? Si el reglamento se aplica estrictamente, sí. Lo dice el artículo 163, 3, del Reglamento de Competición de la IAAF, página 178 en su edición en español. Pero es que Husillos tocó apenas la línea, no obtuvo ningún beneficio y nadie protestó, hasta que un juez, basándose en las imágenes de televisión, decidió arrebatarle el oro.
Para mí, Óscar es el campeón del mundo, y él debería sentirse así, pero la medalla se la colgará al cuello el checo Maslak, que ha sido bastante claro al decir que ese oro tiene sabor a bronce. El metal que él sabe que se ganó en la pista. Pero el reglamento está para cumplirlo y si se aplica estrictamente, como está sucediendo en Birmingham, la descalificación es justa. Pero adultera la competición. Es una paradoja, desde luego.
Los jueces británicos han sido terminantemente drásticos, con el reglamento en la mano, y han batido un récord, al descalificar a todos los competidores en una serie de 400 metros. Lo nunca visto. Llevar las cosas al límite a veces pasa de ser legal a ser perjudicial e incluso injusto.
Me viene al recuerdo el Mundial al aire libre de Gotemburgo 1995, en el que los jueces suecos mantuvieron una actitud similar a los británicos. Descalificaron a decenas de atletas por pisar por dentro de su calle en las curvas. La más sonada fue la de la estadounidense Gwen Torrence, vencedora en los 200 metros con 21.77, marca excelente, acrecentada porque corrió con un viento contrario de 2,2. Ganó con una superioridad abrumadora, porque la segunda fue la entonces jamaicana y ahora eslovena Merlene Ottey, con 22.12, el mismo registro que la rusa Irina Privalova.
Pero Torrence fue descalificada porque pisó cinco veces, levemente, por la calle interior. Ella había advertido antes que tras perder sus zapatillas de clavos, había recibido otras prestadas por una compañera, de talla superior, y eso probablemente le hizo perder el control en la curva.
La descalificación fue justa, por supuesto, pero se privó de la medalla de oro a la mejor. Nadie discutía su superioridad, pero… Otra ilustre descalificada fue Maria Mutola. La mozambiqueña pisó levemente por dentro en su semifinal y eso quebró una racha de 42 victorias consecutivas.
El reglamento es el reglamento y está ahí para cumplirlo, aunque a veces la regla aparentemente justa se convierta en injusta.