La responsabilidad de ganarse el respeto
Hace casi una década que empecé a formarme de manera profesional en el que entonces era aún todo un mundo en crecimiento estratosférico: las redes sociales.
Hace casi una década que empecé a formarme de manera profesional en el que entonces era aún todo un mundo en crecimiento estratosférico: las redes sociales.
Durante este tiempo, trabajando a diario con ellas y siempre vinculada al sector cinegético, he podido ver cómo han evolucionado, pero ¿para bien o para mal?
Hace unos días saltaba a la prensa generalista la noticia de la primera victoria judicial ante una usuaria que injurió en redes sociales al torero Víctor Barrio tras su muerte. ¡Ya era hora!
En nuestro sector es extraño que cualquier cazador que tenga perfiles tanto en Facebook, Instagram, Twitter, etc., no haya recibido insultos o amenazas, como demuestran la cantidad de noticias y acciones legales que se han generado, estas son solo algunas.
La ONC preocupada por el aumento de ataques a cazadores en las RRSS
Un 30% de los cazadores extremeños ha recibido insultos o amenazas en RRSS
La ONC pide a la fiscalía actuar ante los ataques de los animalistas
La RFEC ha interpuesto una querella criminal contra los ataques animalistas
FGE y ONC colaboran contra los ataques a los cazadores en RRSS
¿Acaso es algo ilegal la caza? Sin ir más lejos, una servidora tuvo que recurrir a las autoridades por amenazas de muerte hacia mi familia y mi persona (ahí se quedó la cosa, porque hasta ahora…).
Somos un colectivo que estamos expuestos a este tipo de ataques, pero en bastantes ocasiones la responsabilidad es nuestra y solo nuestra.
Las fotografías tienen que demostrar ese respeto hacia la pieza abatida, hay que cuidar todos y cada uno de los detalles, y ya no solo por “el que dirán”, sino por el amor que le profesamos a nuestros montes y a la actividad que practicamos.
Cuantas veces he visto fotos que, incluso a mí que soy cazadora, me han espantado. ¡Por favor, señores! ¿Qué no van a pensar los que no conocen nuestra pasión y, ni que decir tiene, los que nos atacan constantemente? No alimentemos su odio ni les demos motivos para poder atacarnos.
No nos equivoquemos: en repetidas ocasiones, la responsabilidad es nuestra y solo nuestra, porque no todo vale. Es una cuestión de educación, pero también de sentido común.
Las redes sociales, para lo bueno y para lo malo, son implacables. Una vez subida una fotografía, es pública y no hay marcha atrás. Por ello, desde este rinconcito, os pediría que, a la hora de plasmar nuestros días de caza, con amigos, de nuestras perchas, del resultado de un rececho espectacular… en las diferentes redes sociales, lo hagamos primero con respeto a la pieza abatida, que es lo que se merece; segundo, con sensatez y, tercero, demostrando que los cazadores no somos unos meros aniquiladores, que abogamos por la conservación y la caza. Demostremos en cada foto los susurros del campo.