Más Piqués y menos piques en el World Padel Tour
El central del Barcelona y de la Selección es un apasionado del pádel y una vez más acudió a ver el World Padel Tour, hecho que ha levantado polémica
De entre todas las ‘celebrities’ que copan el mundo del pádel, probablemente la de Gerard Piqué sea la figura que más brilla. El central del FC Barcelona y la Selección Española es un asiduo al World Padel Tour y este viernes se ha dejado ver de nuevo por la pista central del Andorra Open para alegría –o no- de muchos amantes del pádel.
Y es que la figura de Piqué atrae. Opiniones y críticas a partes iguales. Por todos es sabido que su carácter abierto, sincero y directo le ha colocado en el epicentro informativo de lo deportivo y lo no tan deportivo en infinidad de ocasiones y sus visitas al World Padel Tour no han sido para menos. Muchos, y variados, han sido los comentarios –como en ocasiones anteriores- que se han vertido sobre su presencia junto a Fernando Belasteguín en los cuartos de final de la prueba andorrana del World Padel Tour. Hasta aquí lo lógico.
Se entiende como normal, aceptable y comprensible que un personaje público acapare opiniones para todos los gustos ya que el foco mediático es grande, luminoso y con grandes poderes para atraer diversidad de opiniones. Pero la lógica termina cuando su mera presencia en el Circuito se critica por causas ajenas a las que le llevan a presenciar el mayor espectáculo que el pádel puede albergar. Su orientación política, sea cual sea, poco o nada tiene que ver con el pádel.
Una figura necesaria para el World Padel Tour
Porque Piqué hace mucho por el pádel. De forma directa e indirecta. Conocido por muchos es su afinidad por el deporte de la pala, sus archiconocidas ‘partidas’ con Puyol, su buena relación con Bela o Lima e incluso su relación con él en el ámbito empresarial al estar vinculado su padre en la fabricación de pistas de pádel con la empresa VisaSports.
Una figura más que necesaria. Como todas las de aquellos deportistas famosos, conocidos, importantes y con repercusión que logran que con su presencia la lupa mediática se centre un poco más en el mundo del pádel. Es positivo, eficaz y casi vital que este deporte siga creciendo de la mano de actores externos que lleven el pádel allí donde no puede llegar por sí mismo.
Muchas más veces deberíamos querer ver a Piqué sentado en las gradas del World Padel Tour. Con mucha más asiduidad deberíamos ser conscientes de que las sinergias con los deportes de masas son positivos. Con agrado deberíamos valorar que un deportista de élite, icono publicitario y de gran interés informativo sea por un día la bandera del pádel. Por todo ello, más Piqués y menos piques.