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Biomecánica ciclista. En la bici mejor bien posicionado

Seguro que has escuchado el concepto biomecánica ciclista y, probablemente, habrás pensado que eso es algo para profesionales

Principales ángulos a determinar y ajustar en un estudio de biomecánica
Fran Vacas

Sí, es cierto, para los profesionales es un aspecto importante ver cada parámetro y medida de las partes de su bicicleta pero, ¿da igual cómo vayas tú en la bici? Pues no, para ti es relevante también, te explicamos las razones.

Pedalear es un gesto repetitivo, cíclico, en una hora puedes dar 5.000 pedaladas. Imagina el daño que te puedes hacer si los ajustes no son los adecuados. No es sólo cuestión de eficiencia y de mejorar tus tiempos, quizás eso no sea relevante para ti, pero seguro que no está entre tus planes tener que dejar una actividad que tantas alegrías te proporciona, por haber subestimado la importancia de todo esto.

Cada individuo, como solemos decir, es un mundo. Fíjate bien cuando caminamos, vas a ver a personas que andan con los pies apuntando hacia el exterior. Otras, sin embargo, lo harán de manera totalmente contraria, mirando al interior. ¿Qué puede pasar si, llevando pedales automáticos (algo muy recomendable para controlar bien la bici), las calas, que es la pieza que une la zapatilla al pedal, están en ambos ciclistas colocadas igual? Pues que al menos uno de los dos puede hacerse bastante daño al forzar sus músculos, tendones, articulaciones…

¿Qué voy a averiguar en un estudio de biomecánica? Evidentemente, lo primero es determinar la talla correcta. Lo ideal sería que nos hicieran la bici a medida pero esto es, económicamente, insostenible. Por lo tanto tendrán que “acoplarte” en una de las tallas disponibles y cambiar las piezas precisas o hacer los ajustes necesarios. Pocas veces van a poder solucionarte todo esto al comprar la bici en una tienda, y menos todavía si la compra la hicieses por Internet. Casi todos conocemos, por experiencia, los disgustos derivados de la compra de una bicicleta con la talla errónea, especialmente si es demasiado grande, ya que no vas poder “encogerla” en modo alguno. Si es pequeña, pero no en exceso, podría tener mejor apaño, pero no será el ideal, desde luego.

Ahorrarte entre 100 a 200 euros de un estudio completo, puede ser poco rentable si te equivocas finalmente de talla o si un mal ajuste te impide disfrutar de la bici. Peor sería si te lleva a la consulta del médico en casos más extremos.

Como decía al principio, puede parecer un servicio sólo para profesionales pero, según mi experiencia, son los ciclistas que comienzan la práctica los que pueden sacar más partido a ajustes bien realizados. Es este grupo el que más dudas y dolencias suele manifestar al haber obviado, por lógico desconocimiento, la importancia de todo esto así como por la falta de adaptación de su físico. 

En un estudio bien ejecutado te harán, en primer lugar, una entrevista para conocer tus objetivos y posibles molestias, así como una completa exploración física para determinar los rangos de movilidad, cada una de tus medidas, capacidades, nivel de entrenamiento, etc. Después, ya sobre la bicicleta, se observará tu forma de pedalear antes de hacer ajuste alguno y se tomarán una serie de medidas y ángulos. Para esto hay métodos de muchos tipos, desde toma de datos manuales a sofisticadas tecnologías con varias cámaras de vídeo, sensores, etc. Aparte de las herramientas, no cabe duda que el buen hacer del profesional que presta el servicio será fundamental para conseguir óptimos resultados.

Dependiendo de lo completo que sea el trabajo, es bastante probable que incluya un análisis de la técnica de pedaleo. Cuanto más tiempo lleves dándole a los pedales, es bastante posible que hayas adquirido mayor número de  “vicios” en tu forma de pedalear. O sea que es muy recomendable, para quienes se inician, entender esto y comenzar con una buena técnica. Y, repito, esto no es tan sólo para ir más rápido o bajar tus tiempos en un evento popular, también puede evitar problemas como, por ejemplo, frecuentes y típicas dolencias lumbares causadas al realizar un pedaleo “redondo”, tirando del pedal cuando no se debería y usando músculos poco preparados para ese gesto.

Esquema típico de un estudio:

• Encuesta cliente. Toma de datos personales.


• Análisis de los motivos y objetivos del estudio de biomecánica (mejora de rendimiento competitivo, eliminar molestias antes descritas, sobrecargas, comodidad o confort, prevención, mejora de la técnica, adecuación o elección de la talla de la bicicleta, retraso de la fatiga….)


• Exploración anatómica en camilla y con otras herramientas de diferentes medidas, rangos, tipologías de miembros, dismetrías (diferencias de simetría), grados de flexibilidad en varias articulaciones, desajustes, estabilidad, etc.


• Observación general del ciclista sin ajustes sobre su bicicleta. Toma de medidas y ángulos. Grabación en vídeo.


• Cambios en los puntos de apoyo (sillín-tija, zapatilla-cala-pedal y manillar-potencia-acoples) teniendo en cuenta los ángulos óptimos y la anterior exploración física del ciclista, empezando por la colocación de las calas. Revisión de medidas y ángulos pedaleando. Grabación en vídeo una vez terminados los ajustes.

• Análisis de la técnica de pedaleo y explicación del entrenamiento para mejorarla


• Informe para enviar al ciclista con todos los datos de los ajustes finales, imágenes del antes y el después, recomendaciones, etc.