Ciudades míticas para los Juegos Olímpicos de 2024 y 2028
El COI apuesta por lo seguro y concede a París y Los Ángeles esas ediciones, a pesar de que ya han organizado tres veces la cita olímpica.
El Congreso del Comité Olímpico Internacional (COI), reunido en Lima (Perú) ha confirmado lo que ya estaba pactado en los despachos: que París iba a organizar los Juegos del año 2024 y que Los Ángeles se iba a hacer cargo de los siguientes, los de 2028. Apuesta sobre seguro, dentro de lo que puede ser seguro en estas cosas. Y apuesta casi inevitable, porque, a día de hoy, no había más candidaturas.
París ha perdido varias batallas recientes en su ilusión de volver a acoger los Juegos. La primera de ellas, por cierto, contra Barcelona en el 1992. Ya ha organizado otras dos, en 1900 y en 1924. En la primera, que duró una eternidad y que fue un completo desastre, los Juegos estuvieron a punto de morir. No se sabía qué competiciones eran olímpicas, cuáles pertenecían la Exposición Universal, qué otras se hacían por allí de cualquier manera... No pocos campeones olímpicos lo fueron y se enteraron mucho después, o se fueron a la tumba sin saberlo.
Los de 1924 fueron mucho mejores, con una estrella llamada Paavo Nurmi, y, años después llevados a los cielos por la película 'Carros de Fuego', que da nombre a este blog, y que ganó el Oscar a la mejor película en el año 1981. Fotografía inolvidable, recreación magnífica, interpretaciones excelentes y, sobre todas las cosas, la música de Vangelis, que, a los que nos gustan estas cosas, nos pone la carne de gallina aunque la hayamos escuchado mil veces. Yo la recuerdo interpretada por el propio Vangelis en el viejo estadio olímpico de Atenas, el de mármol, en la inauguración nocturna de los Mundiales de 1997, de noche, iluminados por antorchas... Estremecedor.
Los Ángeles también hará triplete: ya los acogió en 1932, en plena Depresión, y luego en 1984. En los primeros se batieron muchos récords mundiales y olímpicos y destacó, sobre todo, la estadounidense Mildred Didrikson, ganadora en 80 metros vallas (plusmarca mundial) y en 80 metros vallas (récord olímpico). Aquello fue un canto al atletismo, del bueno.
En el mismo Memorial Stadium de la ciudad californiana se celebraron los 1984, que fueron muy brillantes a pesar del boicot de la inmensa mayoría de los países del bloque comunista, en respuesta al que cuatro años antes había liderado en Moscú Estados Unidos y que habían secundado no pocos de sus aliados, aunque no todos. Aquellos, indiscutiblemente, fueron los Juegos de Carl Lewis, oro en 100, 200, longitud y 4x100 metros, las mismas pruebas en las que había vencido en Berlín 1936 su compatriota Jesse Owens.
Es curioso que en el Olimpismo, y después de meteduras de pata considerables por parte del COE, emponzoñadas, además, con diversas corruptelas (compra de votos y otras cosas) se vuelva a lo seguro, a ciudades y países fiables, como Francia y Estados Unidos. Aunque este último no esté libre de pecado en alguna que otra cosa. Atlanta, Salt Laker City...
¿Y Madrid? Lejos, muy lejos, del sueño olímpico de otros tiempos, ahora enfriado. Alejandro Blanco sigue pensando en ello, la población madrileña me parece que es indiferente, cuando no seriamente contraria, y, en todo caso, estaríamos hablando de 2032. Lejos, muy lejos. Y muy poca ilusión.