La noticia del estreno de las colegiadas en la Liga Iberdrola ha coincidido con un hecho histórico en Alemania. La colegiada Bibiana Steinhaus se convertirá el domingo en la primera mujer en dirigir un partido de la Bundesliga, el Hertha-Werder Bremen, un acontecimiento todavía muy lejos de producirse en España. Las razones las aclara Marisa Villa: principalmente porque las pruebas físicas de la Primera División masculina española son de las más duras de todo el fútbol mundial.

Marisa explica el arbitraje con la clarividencia y la sencillez de quien ama lo viene haciendo desde hace tantos años y explica por qué es más difícil que esto pase en nuestro país. “Estamos trabajando para que eso algún día ocurra, pero de momento no hay ninguna chica preparada. Bibiana no hubiera pasado las pruebas físicas de LaLiga Santander. FIFA establece unas pruebas físicas mínimas y luego cada país, partiendo de esos mínimos, establece sus baremos. Alemania ha puesto las mínimas, que se asemejan mucho a las pruebas físicas de la Primera División Femenina de aquí”, explica Marisa Villa, la colegiada que más lejos ha llegado en el arbitraje femenino español, exárbitra internacional, coordinadora del arbitraje femenino del Comité Técnico de Árbitros de la RFEF y ahora también primera delegada arbitral del fútbol español. 

Marisa sabe de primera mano lo difíciles que son las pruebas físicas del fútbol masculino español. Consiguió el ascenso como asistente en la Primera División española, pero no llegó a debutar en partido oficial debido a las estrictas y duras pruebas físicas que establece el fútbol español. Pero ahora, y después de una iniciativa muy estudiada y llevada a cabo con muchísima seriedad, se ha creado una categoría especial para la Primera División Femenina, que da la posibilidad a las mejores colegiadas de España de arbitrar en la élite femenina. Un primer paso para que alguna española, esperemos que algún día no muy lejano, consiga lo que Bibiana en Alemania.

La dificultad de las pruebas físicas no es el único obstáculo al que se enfrentan las colegiadas en España. En Alemania el fútbol femenino es el deporte rey entre las mujeres, con una liga profesional muy consolidada y donde las árbitras llevan años dirigiendo los partidos de la Bundesliga Femenina.

La exigencia física es, sin duda, un hándicap, un gran obstáculo que convierte en la idea de ver en España a una mujer arbitrando en LaLiga Santander en una utopía. Pero hay otro hándicap, el de la aceptación y la normalización social. Y en eso, en Alemania nos gana todavía por goleada.