“Asomar la colita” parece haberse convertido en deporte nacional en Brasil. Cientos de mujeres compiten por demostrar que las suyas son la mejores posaderas en una competición tan machista como absurda.

Es increíble como muchas mujeres hablan del feminismo al tiempo que se esfuerzan en permanecer delegadas, jóvenes y hermosas caiga quién caiga y cueste lo que cueste.

Miss Bum Bum parece un ejercicio para recordar que el único valor del género femenino consiste en enseñar su cuerpo. No creo que que enseñar las nalgas sea motivo de ningún texto pero si merece al menos una reflexión.

Según Wikipedia el concurso Miss Bumbum fue creada por el periodista y empresario Cacau Oliver. Su idea consiste en juntar a 27 competidoras, que representan los diferentes estados del país, para luchar por la corona y un premio de 50 mil dólares.

Todos conocemos de la sensualidad de las cariocas. Tiene que ser por tanto carne local y no procesada. Es decir, que, a diferencia de otros certámenes de belleza como Miss Universo, informa ABC, donde las concursantes pueden haber pasado por el quirófano, en Miss Bumbum están totalmente prohibidos los implantes de silicona.

El pasado 7 de agosto, se llevó a cabo la presentación oficial del llamativo evento. Luego comenzarán las votaciones para seleccionar a la ganadora y la final se realizará el 6 de noviembre en San Pablo.

No es pacata minuta, la reina de las nalgas es como el Messi femenino en Brasil. La portadora del título se convierte en una celebridad instantánea, admirada por miles de mujeres, que paseará la cola como dicen allí, por medio mundo. (véase Daily Mail)

En 2016, Erika Canela fue la afortunada.

Ha sido la primera candidata de color en coronarse como ganadora. A partir de ese momento, adquirió fama a nivel internacional e incluso estuvo en la portada de la edición portuguesa de la revista Playboy.

Canela,que fue premiada el mismo día en que Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos, decidió tatuarse el rostro del Mandatario en su espalda. Tal y como destacaron los medios brasileños en su momento, la chica se lo hizo como acto de “amor y solidaridad, por aquellos que sueñan con un mundo mejor.

Parecería como si en el país amazónico sólo se viera a la mujer como un icono sexual.

Si bien es cierto que la belleza y fama de sus féminas es parte orgullo parte cruz para ellas -estar en forma es más que una exigencia para pasear sus playas- cada vez se empieza a instalar un enfoque menos sexual. De hecho, el pasado año varias voces se alzaron en contra de lo que consideraron “la cultura machista de la mujer-objeto”.

De hecho, la organización recibió críticas por recrear la imagen de la Última Cena, con las participantes vestidas con un diminuto bikini.

En esta ocasión, informa Emol, se ha intentado hacer del certamen una instancia “más elegante” no permitiendo que participen mujeres con traseros que superen la medida de 107 cm.

¿Esto en serio?. Los tamaños de las nalgas de las señoritas, gloria a Dios Kim Kardashian, rozan lo esperpento por no decir lo insano y por supuesto antinatural.

“Siento la necesidad de llegar a un nuevo público”, clamó Oliver. Que este año ha introducido como novedad, la inclusión de una mujer amputada.

Además, ha habido polémica con una de las concursantes. Mariana Soares era una de las favoritas para ser la poseedora del mejor trasero de la amazonia. Sin embargo, ha sido descalificada por sobrepasar la medida límite permitida.

¿Más espectáculo, igualdad o pura pantomima? Juzguen ustedes mismos.