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La leyenda del Fondo Sur surgió en un Madrid-Sevilla

La historia del Madrid se basa en sus míticos jugadores, los extraordinarios partidos de estos y, también, en sus goles.

La leyenda del Fondo Sur surgió en un Madrid-Sevilla
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La historia del Madrid se basa en sus míticos jugadores, los extraordinarios partidos de estos y, también, en sus goles. Goles de todos los tipos, de todos los colores, en porterías de todo el mundo. Ahí surge el mito de la portería del Fondo Sur del estadio Santiago Bernabéu. Es tradicional que los blancos ataquen en dirección a esa meta siempre en las segundas partes, salvo que el rival, conocedor de esa tradición, procure romperla: gana el sorteo de campo y obliga a los blancos a atacar ahí en la primera parte.

Pues bien. Esa leyenda, mito, fábula, cuento... o como quieran definirlo ustedes apareció por primera vez en un Real Madrid-Sevilla. Sí, como el partido que disputan blancos y sevillistas. Fue en 1958, en la Copa de Europa, ni más ni menos. El partido se jugó el 23 de enero de ese año. Sirvió además, para festejar el Balón de Oro de Di Stéfano. Y él fue uno de los protagonistas.

El partido tenía un precedente que le hacía aún más especial para los madridistas: apenas unos días antes, los blancos habían sido derrotados en tierras sevillanas en partido de Liga (3-2). Había sido un encuentro brusco, muy disputado, algo que a los madridistas les había dejado huella. Además, los dos equipos viajaron hasta la capital de España en el mismo tren. En el trayecto oían que si "Arza tal, Arza cual" (Juan Arza fue, quizá, el mejor jugador de la historia del Sevilla), por lo que su rabia iba in crescendo a lo largo de los días.

Y así llegó el ansiado día 23 de enero. El Madrid alinea a Alonso; Santamaría, Marquitos, Lesmes; Santisteban, Zárraga; Kopa, Marsal, Di Stéfano, Rial y Gento. Los visitantes sacan a Busto; Romero, Campanal, Valero; Arenas, Maraver; Liz, Arza, Ramoní, Antoniet y Loren. Dirigidos por el colegiado holandés Van Nuffel, los blancos salieron a reventar cuanto antes el encuentro, mientras que los jugadores del club hispalense buscaban un resultado digno con el que acudir al encuentro de vuelta. Tras unos minutos de tanteo se desata la tormenta. Di Stéfano, a los 10 minutos, abre el marcador con un potente disparo desde el borde del área chica. El acoso y derribo blanco es continuo, mientras los sevillistas se encierran defendiendo la meta de Busto. Así resisten hasta el minuto 37, cuando Kopa, tras una maravillosa jugada merengue, establece el segundo gol.

En la segunda parte, los blancos atacan la portería del Fondo Sur. Marsal establece el tercer tanto, rematando una jugada junto a la cepa de la portería. Di Stéfano, de penalti tras una falta de Romero sobre el argentino, remacha el cuarto tanto. Los sevillistas, con ese marcador adverso y abultado, endurecen su defensa: Campanal agrede a Marsal tras un choque fortuito de éste. El zaguero sevillista le pega dos puñetazos al punta y el colegiado le expulsa. Cuando Marsal se levanta, el árbitro también le expulsa ante la sorpresa general (Ver foto de abajo).

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Eso terminó de calentar los ánimos blancos. Kopa afinó el quinto tanto marchándose por velocidad de la zaga y batiendo a Busto en su salida. Gento, con un disparo ajustado, establece el sexto. Di Stéfano, aprovechando un rechace de Busto fija el séptimo gol. Y es el mismo Di Stéfano quien cierra la goleada con otro certero disparo. Total: 8-0, con seis goles en la portería del Fondo Sur. Desde entonces, el Madrid siempre ataca en esa dirección. En busca de goles. En busca de agrandar su leyenda. En busca de una gloria eterna.