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Eduardo Teus murió en San Mamés

“Diecinueve minutos. La internada de Gento. El pase atrás. Y lo clava Tejada”.

Eduardo Teus murió en San Mamés

“Diecinueve minutos. La internada de Gento. El pase atrás. Y lo clava Tejada”. La hoja del cuaderno acababa así. Eduardo Teus se echó la mano al pecho. Notó un fuerte dolor y cayó fulminado. Le había dado una fuerte angina de pecho mientras Justo Tejada había marcado el segundo tanto del Madrid en San Mamés. Corría octubre del año 1961, y Teus, uno de los grandes prohombres del Madrid en sus orígenes, había acudido al estadio bilbaíno para presenciar un choque de altura: Athletic-Real Madrid. Y allí, en un campo histórico fallecería.

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Eduardo Teus había nacido en Manila, Filipinas, aunque regresó a España siendo un crío. De la Península partió a Inglaterra, a donde acudió a estudiar. Allí le picó el gusanillo de un nuevo deporte, el football, que arrasaba entre la población. A su regreso, con 17 años, y establecido en la capital, ingresó en las categorías inferiores del Madrid Football Club. Era 1913. Empezó jugando como delantero y en el medio. Era atrevido, osado, pero tenía un punto débil, era muy espigado. Hasta que llegó a la portería. Ahí, su punto de locura (o de atrevimiento) le elevó hasta el primer equipo. De él dicen las primeras crónicas que fue el primer portero que jugó fuera del área, que no volvía la cara a los delanteros rivales y que eso le llevó a sufrir numerosas lesiones. Compartió equipo con ilustres madridistas como el mismo Bernabéu (“Como jugador fue de los de acción lenta, a lo Olsen. Y también como éste de duro disparo. Amartillaba los goles. Su fútbol fue siempre positivo y práctico”, escribió de él), los hermanos Petit, Machimbarrena, Eulogio Aranguren, Castell, Múgica…

Sus tres años en el primer equipo fueron de una intensidad inusitada. En su primera campaña, el equipo se clasifico para jugar la final de Copa, que perdió ante el Athletic en Barcelona (4-0). El motivo fue que en las semifinales los blancos habían eliminado a los azulgrana en una serie de cuatro partidos que fueron cuatro batallas incomparables. Al año siguiente, de nuevo el equipo blanco se volvió a clasificar para volver a jugar la final de Copa. Esta vez, el rival fue el Arenas. Y ahí sí. Ganó el Madrid. Por la mínima (2-1) y tras dos encuentros, con una extraordinaria actuación de Teus. La final se celebró en la Ciudad Condal, curiosamente gracias también a Teus: en semifinales, los blancos eliminaron al España, que era de Barcelona. La directiva madridista, recordando los incidentes del año anterior, quiso llevarse la final a Vigo. Pero los jugadores se negaron, decidieron jugar en la Ciudad Condal alegando una mejor adaptación al campo… y de esa manera, provocar más desgaste en los rivales, e impusieron su criterio. Además, Teus redactó un manifiesto del equipo madridista dirigido a la afición catalana y eso apaciguó los aires. También jugaría la final en 1918, pero no tendría éxito… y vería su punto y final como jugador: una lesión le acabaría retirando, que no apartando, del fútbol. Tenía 22 años.

A su retirada se convirtió en crítico futbolístico. Trabajó para medios como El Imparcial, El Sol, La Voz de Madrid… Incluso en la radio: en Radio Nacional de España. Sería tras la Guerra Civil cuando se convertiría en seleccionador nacional. Su labor fue recomponer una selección rota, encontrar jugadores que fuesen capaces de renovar el equipo. Como seleccionador estuvo seis encuentros: tres victorias (Portugal, 5-1; Suiza, 3-2 y Francia, 4-0), dos empates (Portugal, 2-2 y Alemania, 1-1), y una derrota, ante Italia por 4-0. Ese fue su certificado de defunción como máximo responsable técnico de la Selección. Eso sí, hizo debutar a 27 jugadores... "Soy el único español que puede presumir de haber visto todos los partidos de la Selección", solía decir.

Tras su periplo como seleccionador, Teus volvió a su labor de cronista deportivo. Lo hizo a través del diario YA. Y fue así, el 8 de octubre de 1961, justo cuando Tejada había marcado el segundo tanto para los blancos cuando su lápiz se paró tras escribir el apellido del goleador. Un médico que estaba a su lado intentó reanimarle. Junto con otros periodistas le trasladaron a la enfermería. Pero no hubo solución. Eduardo Teus moría en el antiguo estadio de San Mamés viendo ganar a su Real Madrid.

“¡Qué mala suerte ha tenido Puskas!”. Aseguran que esas fueron sus últimas palabras.