Chapado, Odriozola, Hornillos, Manel... elecciones
Este pasado miércoles estuve en la presentación de la candidatura de Raúl Chapado a la presidencia de la Federación Española de Atletismo. Fue un acto brillante y muy profesional, como lo fueron en su momento los de Manel González e Isidoro Hornillos. Y multitudinario, con presencia, incluso, de deportistas relativamente ajenos al atletismo, como José Luis Llorente, con el que tengo una buena amistad desde los años setenta, nada menos, cuando a mí me entrenaba Paco López, que también era el preparador físico del Real Madrid de baloncesto, en el que él jugaba de extraordinario base.
Hubo personas que trabajan en el equipo técnico de la RFEA (Jorge González Amo, Luis Miguel Martín Berlanas, Arturo Oliver, Juan Carlos Álvarez…), representantes de atletas (Julia García, Miguel Ángel Mostaza, Jesús Oliván, Alberto Armas, que dio noticias esperanzadoras de Bruno Hortelano…), Vicente Añó, ex candidato a la presidencia y hombre fuerte en Valencia, atletas y ex atletas (Carlota Castrejana, Joan Lino, Ángel David Rodríguez…), técnicos como Antonio Serrano... Y muchos más, que no se trata de hacer listas exhaustivas.
Raúl se desmarcó de José María Odriozola, pero siempre de forma absolutamente respetuosa, como es natural en un hombre inteligente y educado, virtudes que siempre admiro y que Chapado comparte con Hornillos y Manel.
Al ex triplista le persigue la fama de ser un hombre de continuidad y, de hecho, en la entrevista que le hice hace meses ya le pregunté sobre el tema, no porque lo sospeche, sino porque estaba, y sigue estando, en el ambiente. Algún compañero de los medios informativos se lo preguntó también en la rueda de prensa posterior a su presentación.
Se desmarcó del actual presidente y tesorero de la IAAF, insisto. De forma elegante, como debe ser. Dijo que no estaba de acuerdo con algunas de sus decisiones.
Me gustó la claridad de sus ideas y su defensa cerrada del juego limpio, la misma que hacen sus dos adversarios, que no enemigos, porque los tres se conocen perfectamente y creo que se aprecian y se valoran. Lo cierto es que coinciden en lo básico, me parece: convicción de que se entra en una época nueva; respeto a José María Odriozola, que les honra; condena clara y rotunda del dopaje y admisión de que algunas cosas se han hecho mal en este aspecto; propósito de extender la afición al atletismo, deporte al que amo profundamente, pero que reconozco desde hace años que tiende a encerrarse en sí mismo de forma casi suicida; intención de aumentar los ingresos a través del patrocinio privado, y conciencia clara de que algo falla en la política comunicativa de la RFEA.
Y aquí mi opinión: ese fallo no se debe a las personas que trabajan en ese departamento, todas altamente cualificadas y muy profesionales y dedicadas en cuerpo y alma a un trabajo que adoran. Les conozco y doy fe de ello, sin matices, porque les conozco hace muchos, muchos años.
Creo que los problemas tienen un origen más alto: Odriozola, que vislumbra enemigos mediáticos casi por todos lados y que confunde la crítica a su gestión con ataques al atletismo, como llegó a decir en la última Asamblea General, donde a algunos periodistas (sin citarnos, pero claramente identificables), nos acusó poco menos que de querer hundir este deporte. Confunde desde hace tiempo el atletismo y la Federación con su propia persona. Y eso es peligroso e insalubre.
Hay que recordar que todos los dictadores confunden la crítica a su persona con el ataque al país, por ejemplo, que despóticamente dominan. Es una constante.
Volviendo a Raúl Chapado: se resiste a facilitar nombres de su equipo, que yo supongo que tiene configurado. Esa estrategia es idéntica a la de Isidoro Hornillos y distinta a la de Manel González, que ha facilitado los nombres de quienes le acompañarán en la candidatura, aunque, que yo sepa, sin cargos asignados. Son fáciles de adivinar, en todo caso.
Chapado hizo la presentación en el GoFit Vallehermoso, donde estaba ese estadio en el que todos los relacionados con el atletismo residentes en Madrid (y otros muchos) hemos pasado miles de horas, en la pista, en las gradas, y que ya no existe, en contra de la promesa pública hecha por Alberto Ruiz-Gallardón cuando era alcalde de la capital de España. Hornillos hizo su presentación en un hotel y Manel en el INEF de Madrid. También aquí sus estrategias difieren, aunque este sea un tema meramente anecdótico. En los tres casos estuvieron rodeados de una amplia representación de gente ligada al atletismo desde siempre. Buena señal.
Y quiero terminar insistiendo en una idea que he expresado aquí varias veces: el atletismo español está de enhorabuena. Cualquiera de los tres candidatos (ya no habrá más, creo, una vez que ha desistido Carlos Burón) será un excelente presidente. Estoy absolutamente convencido.