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Ramón Torralbo: el maestro de Ruth Beitia


Pues sí, Ruth ganó su segundo diamante
en una temporada maravillosa en la que ha sido, cronológicamente, subcampeona mundial indoor en Eugene, oro en los Europeos de Amsterdam, oro en los Juegos Olímpicos de Río y ahora ganadora en la Diamond League. En el Diario AS de papel y en as.com tenéis una magnífica entrevista a Ramón Torralbo, el hombre que esculpió a Ruth, hecha por mi compañero Juanma Bellón. La podéis leer aquí: http://masdeporte.as.com/masdeporte/2016/09/02/atletismo/1472849242_824002.html

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Es la mejor del mundo, sin discusión. Por cierto, y a propósito de la ausencia de las atletas rusas del panorama internacional: la Diamond League del año pasado la ganó con ellas en acción y las ha batido no a menudo, sino muchas veces. Beitia es oro de relumbrón y diamante de fulgor. Y limpia como la patena. Y un ejemplo espléndido no sólo para el atletismo, sino para el deporte español. En AS tuvimos el honor de concederle el premio a la mejor deportista de 2015, por votación de nuestros lectores. Tuvimos el orgullo de tenerla como nuestra invitada, siempre encantadora, siempre amable, siempre con una sonrisa. ¿Repetirá en este año? Mi voto ya lo tiene.

En este post quiero recordar una charla que tuve hace meses con Ramón, en Madrid, y con ella presente, al terminar unas Jornadas Técnicas de la Escuela Nacional de Entrenadores, a las que asistí como siempre que puedo. Forman un dúo excepcional. Y es que siempre hay un grandísimo entrenador detrás de un grandísimo atleta.

“Conocí a Ruth cuando ella tenía once años y era fondista. Yo preparaba a su hermano mayor, que era saltador de altura. Ruth aparecía por las pistas, rodaba y a veces hacía algunos saltos, hasta que su entrenador me la pasó, de acuerdo con ella”, me contó en su momento Ramón Torralbo describiendo los inicios de una relación entrenador-atleta que ha cumplido ya los 26 años y de la que han salido grandísimos éxitos nacionales e internacionales.

Ruth recuerda a menudo que una vez apareció por Santander Javier Sotomayor, el todavía plusmarquista mundial de salto de altura, y vio cómo saltaba aquella chiquilla de once o doce años y le dijo a Ramón: “Esa chica es buena, tiene muy buenos tobillos”, a lo que Ramón le contestó que ya lo había notado, desde luego. Ruth y Javier son muy amigos desde hace años.

Ramón lo tuvo claro desde el principio: “Me di cuenta de que era buena, pero buena, buena. Era rápida y fuerte, le gustaban los entrenamientos y tenía una gran tipología de saltadora. (Ruth mide 1,92 metros oficialmente, aunque Ramón siempre habla de un centímetro menos). Nuestro primer objetivo fue superar 1,90 . En aquellos tiempos sus duelos con Marta Mendía eran tremendos”. Marta que era y sigue siendo una de sus mejores amigas, como lo era a nivel internacional la belga Tia Hellebaut, campeona olímpica en Pekín 2008, entre otros éxitos.

Ruth superó esos 1,90 metros en 2001, pero no fue la primera española en hacerlo, porque en 1999 precisamente su amiga Marta había saltado 1,91 en el Campeonato de España en pista cubierta, en Sevilla, y luego 1,90, ese verano, al aire libre.

Poco a poco las expectativas de Ruth y de su técnico se fueron agrandando y “la meta pasó a ser los dos metros en altura, ser la primera mujer en España que conseguía superar esa barrera”.

Y lo consiguió el 26 de julio de 2003, en el Complejo Deportivo El Quirinal, en Avilés. Aquel día hizo dos récords de España: 1,97, en primer lugar, y 2,00, después. Insaciable, intentó a continuación 2,02, pero sin éxito. Se celebraba el Campeonato de España de Federaciones Autonómicas.

Y pieza clave en los éxitos de esta cántabra que ahora tiene 37 años ha sido Ramón Torralbo. Una relación que trasciende lo profesional: “Ruth es como una hija para mí y, de hecho, tengo una hija de edad parecida. Hemos pasado muchas horas juntos, ella venía a mi casa y a veces, cuando entrenaba en doble sesión, pasaba más horas conmigo que con su familia”.

Ramón destaca las virtudes de la atleta: “Tiene grandes condiciones físicas y psicológicas. Cuenta con todos los valores necesarios para ser una gran deportista, incluido el espíritu de sacrificio. Ha sabido compaginar su vida como atleta con su vida aparte de las pistas”.

Pero también tendrá algún defecto, le apunté. Su respuesta, entre risas: “Pues creo que no… Si los tuviera, de verdad que te los diría, pero no”.

Y luego aporta algunas otras claves para explicar una carrera tan larga y exitosa: “Apenas ha tenido lesiones, y eso es muy importante para un atleta, porque permite llevar un entrenamiento sin parones durante muchos años. Y está aguantando tanto al máximo nivel porque la preparación nunca ha sido muy exigente, ni siquiera hemos apurado a tope en el entrenamiento con pesas “. Por cierto, que hace medias sentadillas con una sola pierna, algo que confieso que ni sabía que existiera hasta que Ramón lo contó en esas Jornadas Técnicas a las que me he referido anteriormente.

Y ahí está Ruth, en lo más alto.

Y de la magnífica entrevista de Juanma Bellón me quedo con una frase de Torralbo respecto al futuro inmediato: “Habrá que marcar objetivos, que no tiene el oro en unos Mundiales…”. Pues ya tenemos esa nueva meta. ¿Os imagináis a Ruth con el título europeos, con el olímpico y con el mundial? Yo sí.

En el próximo post, repaso olímpico a las vallas y los saltos femeninos.