¡Alonso vete ya!
Mira tío, no soy quien, pero me vas a permitir que te de un consejo: Vete ya. Pírate. Déjalo. Quédate en Dubai o vete a Asturias o aquí a Madrid o date la vuelta al mundo un año entero viajando de verdad y no eso que hacemos en cada ciudad a la que vamos, que no pasa de cenar un día con los colegas en una pizzeria y poco más. Tú puedes. Tú tienes lo que hay que tener. Y eres libre. Ahora ya sí. Te lo has ganado colega, el derecho a hacer lo que quieras y cuando te de la gana. Para eso echas la vida al destino cada quince días en un circuito y llevas los coches al límite prohibido para los demás. Eso lo saben todos. Por eso dicen que eres el más grande. Por eso te cambiaban por cualquiera de los suyos si pudieran. O supieran. O valieran. Y eso que algunos no saben que eres un tío de puta madre, que estás muy loco sí, pero eres un tío grande.
La cosa es que yo, que no tengo ni idea de esto, sigo pensando que eres el mejor piloto de Fórmula1 del mundo con diferencia y que si tuvieras un coche a medio segundo (o más incluso) del Mercedes les ganabas el Mundial. Seguro. A Hamilton. A Rosberg. Y a quien se ponga ahí. Pero es que no, estás ahí con un McLaren Honda que no pasa de ser la sombra de lo que fue. Eso es así, desgraciadamente. Y no te lo cambian en un día, no es así como funciona esto. Ya lo sabes tu.
Que sí, que está muy bien verte por ahí caminando por el paddock por encima del bien y del mal y que todos te miran como diciendo ‘ahí va el mejor’, pero a la vez me pareces una estatua de diamante. Una joya que no se puede mover. Y a ti te gusta la velocidad.
Después está lo de los que te quieren retirar. Convierten el susurro en grito, esa costumbre del periodismo actual o lo que sea que hagamos ahora. Y es que a veces no se puede ser sincero ni con los que están obligados a contar la verdad. Así están las cosas y la vida. La vida, digo, eso es lo que te juegas cada vez que sales a la pista.
Hace poco te escuché que ahora no harías ese adelantamiento doble a Hamilton y Raikkonen en Barcelona 2013, que no te atreverías. Me puse a reír yo solo. Porque luego te vi en Bakú, en un circuito urbano loco de casi 400 por hora, adelantar a cuatro tíos de una tacada en la salida (uno Hamilton y su Mercedes) y no estrellarte con Verstappen porque tienes más años y sabes mejor hacer las cosas que el niño holandés. Ya te lo dije, si lo llegas a conseguir, yo hubiera aparcado el coche a la primera vuelta y hubiera dicho por radio : “Cuando tengáis un coche que corra vuelvo”. Pero vamos, que tampoco es novedad. Una más. La radio te decía, como les gusta… a los chicos de Ecclestone me refiero poner ahí cositas tuyas o sobre ti. El señor mayor debería tenerte como un regalo y no te da ni las gracias, ¿qué hubiera sido del campeonato los cuatro años de Red Bull sin ti subido al Ferrari? Gente dormida ante la tele. Pero no, tampoco los poderes facticos de la F-1 están contigo colega. Y es que así es muy difícil. Vete Fernando, ya te echarán de menos. Piensa en ti. Y solo en ti. Tu tienes que estar para ganar. Y no hay más.
Si tuvieran vergüenza, todos, te darían un coche bueno o te dejarían en casa hasta que lo tuvieran. Montando en bici, o con los chavales en el karting o haciendo lo que quieras, que puedes ya te digo. Otra cosa somos los pobres mortales con el talento limitado que vamos por la vida contando tus historias. Pero tu… venga hombre. Ahora que me pinten a mí las paredes de la oficina con pintadas en el muro, me da igual. Me gusta contar las cosas como son. Eso me enseñaron, en casa, en la universidad, en mi conciencia.
O espera, espera un rato, a ver si a estos japoneses de Inglaterra les da por hacer un coche de verdad. Y te ganas el tercer título. O los que quieras. Que te lo mereces.
Mucho.
A ver si entonces son capaces de susurrar tu grito.
PD: El mismo día que publico esto hace cuatro años de un momento único, inolvidable. Valencia 2012. Besos y abrazos a tod@s