LA SUERTE DE ALONSO
“Cada uno es artífice de su ventura”. Miguel de Cervantes
Había pasado casi un año desde que no pisaba un paddock de Fórmula 1.
Tuve la suerte de poder volver a hacerlo en Canadá, en este caso como un espectador más, y así poder disfrutar de forma diferente a como lo hice en los años anteriores de un fin de semana muy especial.
Te das cuenta de que hay pocas cosas que han cambiado y que también hay muchas que nunca cambiarán.
La llegada de los pilotos al circuito Gilles Villeneuve no es como en el resto de circuitos. Las estrellas de este apasionante circo atraviesan una pasarela de madera que pasa por encima de un canal, que en su día fue olímpico, y que separa el parking de pilotos del paddock. Por esa pasarela van llegando los protagonistas, uno tras otro, pero ese trozo de madera tiembla de una manera especial cuando pasan Vettel, Hamilton o Fernando Alonso.
Hay algo que muchas veces me pregunto, y para lo que no encuentro una respuesta exacta o a veces la encuentro, pero cambio de opinión sin un motivo claro.
¿Valoramos cómo se merece a Fernando Alonso? ¿Somos conscientes de la repercusión que tiene nuestro piloto a nivel mundial?
A veces escucho frases como “pobre Fernando”, “que mala suerte tiene”, “es gafe, equipo donde va…”
Nada que ver con la realidad, con lo que piensa la gente en el extranjero y lo que intuyo que puede llegar a pensar Fernando o lo que yo pueda suponer poniéndome por un instante en los zapatos del extraordinario piloto asturiano.
Si preguntas a los medios extranjeros, todos te hablan de un doble campeón del mundo del que los españoles deberían estar muy orgullosos. Un fuera de serie que conduce como los ángeles o los demonios (según lo exijan las circunstancias de cada carrera) y que cuenta con un talento único para mejorar los monoplazas a los que se sube.
El domingo una vez terminada la carrera, de vuelta al hotel, mi amigo Manuel Franco (Diario As, AS.COM, El Larguero y Canal F1 LatinAmerica TV) y yo, estuvimos hablando con un veterano periodista italiano, y en un momento de la conversación en la que discutíamos sobre si la estrategia de Ferrari había sido buena o mala, él sentenció con el énfasis gestual de los italianos: “Si en vez de Vettel, el piloto de Ferrari hubiera sido Fernando, esta carrera la gana Ferrari”
Eso lo dice ¡un periodista italiano! De esos que supuestamente tanto odian a Alonso.
Creo que el propio Fernando piensa lo mismo que este periodista italiano. Él ha sido dos veces campeón del mundo, ha pilotado cinco años para Ferrari consiguiendo dos subcampeonatos del mundo, peleando contra un Red Bull de otro planeta. Hizo un 2012 histórico, probablemente la mejor temporada de su carrera dando lecciones un fin de semana tras otro. Cuando ha querido se ha ido de Ferrari, por decisión propia, y ha fichado por McLaren tres años sumándose a un proyecto nuevo, innovador para, a medio plazo, luchar por estar de nuevo en la pelea por el mundial y tener posibilidades reales de alcanzar su tercer entorchado.
Si analizas la carrera de Fernando, te das cuenta de que ha conseguido hacer lo que ha querido en cada momento, y eso mismo solo lo pueden hacer unos pocos privilegiados del circuito. En mi opinión, cuando uno hace lo que quiere, cuando quiere y como quiere es porque es muy bueno y sobretodo porque se lo merece por su calidad.
Analizando todo esto, y haciéndome la misma pregunta que “lanzaba” al principio de este artículo…
Creo que todavía no somos realmente conscientes de la suerte que tenemos de que Fernando Alonso sea uno de los nuestros, al que el resto de la Fórmula 1 respeta y envidia, pero sobretodo, seguro que a todos nos hubiera gustado en algún momento tener la “mala suerte” de Alonso.
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