Abascal y González, ¿quién fue mejor?
Al hilo del post sobre aquel maravilloso récord de la milla de José Luis González algunos de vosotros me habéis pedido más información sobre aquella época, una de las dos Edades de Oro del 1.500/milla en España. Más del 1.500, forzoso es reconocerlo. La segunda Edad de Oro es la de Fermín Cacho y Reyes Estévez, pero esa es otra historia, como diría el entrañable tabernero bigotudo de Irma la Dulce, esa joya de Willy Wilder, con los impresionantes y encantadores Jack Lemmon y Shirley MacLaine…
Pues bien, en aquellos años ochenta la pelea estaba entre José Luis González, Pepe, y José Manuel Abascal, Abas (en la imagen, ganando el bronce en los Europeos de Atenas 1982 tras el británico Cram y el soviético Kirov). Comenzaron teniendo una buena relación y acabaron siendo enemigos, por desgracia. Ambos rehuyeron en esta última fase sus enfrentamientos, para desgracia de los aficionados españoles. Algo así como lo que sucedía, más o menos por la misma época, con Sebastian Coe y Steve Ovett. Steve Cram también era otra historia.
Pepe era un atleta de clase inmensa, como no he visto jamás en el atletismo español en los 1.500 metros. Era hombre de terrible final, capaz de derrotar a Sebastian Coe (dos veces) o a Steve Cram (en la Copa de Europa).
Conseguía marcas excepcionales, pero no obtenía buenos resultados en los momentos culminantes, salvo en los Mundiales de Roma 1987 (y en pista cubierta, donde era casi imbatible), en los que consiguió una medalla de plata que no le supo a ese metal, porque creo que estaba seguro de saborear el oro. Le venció el somalí Abdi Bile, que años después perdió a gran cantidad de miembros de su familia en uno de esos terribles atentados que sacudían el país africano. Estaba en Madrid para competir en un mitin de Unipublic y viajó a toda prisa a su país de origen. Pero ésta también es otra historia, y muy triste.
José Manuel Abascal era todo lo contrario de González: un atleta lento en los metros decisivos, y que utilizaba una aceleración tremenda a falta de medio kilómetro para la meta, que era devastadora. Con esa táctica ganó el bronce en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984: dejó a Steve Ovett en la cuneta, pero le aguantaron Sebastian Coe y Steve Cram, más rápidos al final, que le batieron por este orden.
Los dos eran hombres de pueblo (Abascal, de Alceda, en Cantabria; González de Villaluenga de la Sagra, en Toledo), salidos de la gente popular. Nada que ver con Sebastian Coe, por ejemplo, de muy buena familia, estudiante en centros educativos de élite.
Por cierto, Seb les respetaba profundamente, sabía que eran atletas de altísimo nivel, pero temía mucho más a González que a Abascal. Con González perdió dos veces y ambas las lleva clavadas en el corazón, aún hoy. Compartí en una ocasión con ellos mesa y mantel (una cena de la Asociación de Periodistas Deportivos). Coe, como sabéis, es ahora el presidente de la Federación Internacional y fue quién llevó a buen puerto (entre otros británicos, no menos capacitados que él) los Juegos de Londres 2012.
Tomás Barris prestigió el 1.500 metros español muchos años antes, casi en la edad del hambre, con sus giras nórdicas y sus marcas relevantes. Pero la historia moderna de los 1.500 metros comienza con Abascal, primero en bajar de los 3:40.0, y de José Luis González. No sé si me desmentirá en todo mi admirado Jorge González Amo, que se quedó justo en esa frontera de los 3:40, que ahora parece una nimiedad, pero que en su época era colosal. Él mismo se ha definido en un comentario en este blog como de transición entre Barrios y Pepe y Abas. Tiene toda la razón. Jorge corrió en 3:40.0 manual el 26 de agosto de 1968, en Gotemburgo. De los tres cronos, dos arrojaron ese tiempo, exactamente, y un tercero 3:39.9.
Abascal me confesó una vez que el corredor ideal de 1.500 español era una mezcla de José Luis y de él mismo. Y se calificó como un “motor diesel”, en entrevista que le hice hace muchísimos años para AS Color.
José Manuel era hombre afable al trato; José Luis siempre ha sido, dentro de una buena persona, más arisco. A mí me retiraba la palabra cuando no le gustaba lo que escribía de él, pero me la devolvía pronto. Le hice un reportaje de tres páginas en el periódico (cosa casi insólita) después de ganar a Coe en París, en lo que entonces era huecograbado, la última técnica de impresión, hoy desaparecida.
Allí, en su chalecito, con su mujer, y en Asland, la fábrica de cementos que le patrocinaba. Una delicia. De esos trabajos que compensan muchos otros sinsabores. Todavía le recuerdo embelesado con un vídeo que ofrecía imágenes de los grandes corredores de la milla. Con Abascal también he hecho reportajes que creo interesantes, porque él lo es. Como José Luis.
Dos extraordinarios atletas. Abascal siempre fue amigo; José Luis creo que también, aunque a veces no lo demostraba. Abascal me dijo una vez que yo era Gonzalista, y González, otra vez, dejó caer por ahí (no me lo dijo personalmente), que era Abascalista.
Yo, lo prometo, no era ni lo uno ni lo otro, sino profundo admirador de ambos: AbascalGonzalista. Y lo sigo siendo.
Pero, ¿quién era mejor? No sé si os decepcionaré, pero no me voy a manifestar. Me limitaré a ofreceros una serie de datos estadísticos que os pueden ayudar (sobre todo a los más jóvenes) a formar una opinión. Un pequeño resumen. En la alta competición (Juegos Olímpicos y Mundiales y Europeos al aire libre y en pista cubierta) sólo se han enfrentando una vez en una final. Fue en el Europeo de 1982, en el Palazzo dell Sports de Milán (tuve la fortuna de estar allí enviado por AS): José Luis se llevó el oro y José Manuel la plata. Grandioso. Dieron otro recital en los Bislett Games de Oslo, el 4 de julio de 1987: doblete en los 5.000 metros, con marcas respectivas de 13:12.34 para González (récord de España) y 13:12.49 para Abascal, también superior en calidad a la plusmarca anterior, del propio González.
Los dos han coincidido en siete grandes competiciones y González (a pesar de que tenía fama de rendir mal en los momentos clave) obtuvo mejores resultados en cinco ocasiones, por sólo dos de Abascal.
Mejor marca hizo el toledano (3:30.92) que el cántabro (3:31.13), pero el promedio de marcas de Abascal es netamente superior al de González.
Moscú 1980
Abascal: 8º en la 1ª eliminatoria: 3:44.7
González: 8º en la 2ª semifinal: 3:42.6
Los Ángeles 1984
A: Bronce: 3:34.30
G: 5º en la 1ª eliminatoria: 3:47.01
Barcelona 1992
A: No acudió
G: 7º en la 3ª eliminatoria: 3:46.75
Helsinki 1983
A: Quinto: 3:42.47
G: 8º en la 1ª semifinal: 3.38.77
Roma 1987
A: 13º en la 2ª eliminatoria: 13:59.68
G: Plata: 3:38.03:
Tokio 1991
A: No acudió
G: 8º en la 2ª semifinal: 3:41.71
Praga 1978
A: 10º en la 1ª eliminatoria: 3:47.6
G: No acudió
Atenas 1982
A: Bronce: 3:37.04
G: No acudió
Stuttgart 1986
A: 4º en la 1ª eliminatoria: 3:39.20
G: Cuarto: 3:42.54
Split 1990
A: No acudió
G: Sexto: 3:39.15