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Garbiñe Muguruza, la Sharapova del tenis español


Por Tomás de Cos

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Garbiñe Muguruza (Caracas, Venezuela, 8 de octubre de 1993), la chica de moda de la WTA, es ya una realidad incontestable que se rifan las grandes marcas internacionales. Es embajadora del BBVA, ha fichado por IMG y este mes de diciembre hace las maletas para iniciar una nueva etapa en Los Ángeles, de la mano de su actual técnico, Sam Sumyk, expreparador de Azarenka y Bouchard. Su personal aventura americana.

La tenista más joven del top ten tiene todo para encandilar a todos los públicos: talento, personalidad, ambición y belleza. Condiciones que ya le han granjeado multitud de admiradores y exposición mediática, así como previsibles contratos en un futuro no lejano. Su vida empieza a coger una velocidad de vértigo. Su carácter risueño, el atractivo personal y su facilidad para hablar inglés son el envoltorio perfecto a un gran producto.

El pasado septiembre fue elegida ‘estrella en ascenso’ de la WTA, por delante de Belinda Bencic, Madison Keys, Elina Svitolina o Anna Schmiedlova. Ahora protagoniza un calendario solidario junto a Busquets, Álex Márquez o Carlos Sainz Jr., y acaba de entregar el premio de mejor jugador a Leo Messi en la gala de LaLiga.

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Se sube en unos 60 aviones al año, entrena cuatro horas diarias, 365 días al año, y se autocalifica como “una persona muy ambiciosa”. Su actual técnico la define como “una jugadora única”. Entre otras cosas porque no deja de tener los pies en la tierra. “Ha sido un año con picos muy altos, que empezaron en Wimbledon, y con momentos no tan buenos…, que podrían llamarse ‘barrancos’. El gran mérito ha sido levantarme después de que llegaran esos malos días. He aprendido que soy mucho más dura de lo que pensaba. También he aprendido a calmarme. Estoy orgullosa”, explicó en AS recientemente. “Cuando llegas a este nivel, siempre tienes que estar a la altura. No te puedes permitir tener malos días… He elegido seguir con Sam por su experiencia y su forma de vivir el tenis. Creo que él me puede dar ese plus para ser mejor jugadora”, añadió.

Sam Sumyk también habló en AS sobre su nueva pupila en las WTA Finals de Singapur: “Mentalmente es muy dura, tiene el carácter y sabe ponerlo todo junto. Garbiñe sabe perfectamente lo que quiere y sabe qué hacer para conseguirlo”. En mitad del interminable ocaso de Serena Williams, Garbiñe aparece como una de las pocas candidatas a heredar el trono.

Los dos grandes referentes del tenis femenino español hasta la fecha, Arantxa y Conchita, también han hablado de ella. “No tengo la impresión de que el éxito de Garbiñe haya sido de golpe. Venía con progresión, se le veía un potencial impresionante y lo está logrando. Su trabajo ha ido dando sus frutos. Con el juego que tiene ella puede hacer muchísimo daño”, dijo la seleccionadora nacional de tenis. “Garbiñe es alta, grande, y tiene ese juego potente que hoy se requiere. Le encanta jugar contra las grandes jugadoras. Ahora ya puede ser que sólo necesite más continuidad para hacerlo bien en todos los torneos. Toca disfrutar de ella”, dijo la ganadora de cuatro títulos de Grand Slam. Incluso dos de las más grandes han comentado su potencial. “Garbiñe reúne la determinación y la ambición de querer llegar a lo más alto; no tiene para nada el juego típico de las españolas, tiene ese juego con tanto poder en los tiros planos (big hitter) tanto de derecha como de revés y sabe mandar con los restos pesados; pero todo ese juego quizá no sería suficiente sin su ambición y agresividad”, analizó Navratilova. “Garbiñe tiene todas las hechuras de una número uno con la personalidad y el liderazgo que necesitamos”, apostilló Chris Evert.


2015: el primer gran año de Garbiñe Muguruza

La tenista hispano venezolana ha causado sensación en el circuito WTA este 2015. Debutó con España en la Fed Cup, sumó dos títulos de dobles junto a Carla Suárez (Birmingham y Tokio), disputó la final de Wimbledon a Serena Williams, ganó su primer Premiere Mandatory en Pekín, irrumpió en el top 3 del ranking individual WTA y disputó sus primeras WTA Finals.

En lo tenístico Garbiñe es un diamante que apenas inicia su proceso de pulido. Apoyada en un físico privilegiado para el deporte (mide 1,82m, pesa 70 kg y cuenta con largas extremidades), tiene un tenis potente y agresivo, que busca los puntos por la vía rápida y huye de los largos intercambios. Su servicio y el revés paralelo son dos de sus principales señas de identidad. Pero la derecha no le reporta menos alegrías. Con ese golpe se defiende muy bien, levantando la pelota cuando toca, y sumando muchos golpes ganadores.

Y a todo ello añade una cabeza bien amueblada, un juego ordenado, disciplina en el trabajo y capacidad de aprendizaje constante. Elementos básicos de su competitividad, ya presentes en su ADN tenístico desde sus primeros raquetazos en el Club Tenis Mampote (Guarenas, Estado Miranda, Venezuela) y en la Academia Bruguera (Barcelona). El juego de pies, la velocidad en los desplazamientos y la fortaleza mental en los momentos decisivos, hasta ahora sus ‘puntos débiles’, cada vez lo son menos.

Tras caer en la final de Wimbledon (doble 6-4) y ser ovacionada por el público de la Centre Court por su gran partido, en el que volvió a quedar patente el respeto que tiene por ella Serena Williams, Garbiñe estaba rota en el vestuario. Hundida por la ocasión perdida. Cualquier otra jugadora de 21 años en su situación hubiera abandonado la pista feliz e incluso dado por buena toda la temporada. Una anécdota que explica bien su temperamento.

En 2015 Garbiñe ha sumado 10 triunfos sobre tenistas top 10: tres sobre la polaca Radwanska (Sidney, Dubai y Pekín), además de los cosechados sobre la rumana Halep (Fed Cup), la alemana Kerber (en dos ocasiones), la danesa Wozniacki (Wimbledon), las checas Kvitova y Safarova (ambas en las WTA Finals), la serbia Ivanovic (Wuhan). Y ha acabado la temporada con un balance total de 41 victorias y 19 derrotas.

En su aún breve carrera (se hizo profesional en 2011) domina los enfrentamientos directos frente a muchas jugadoras que han pisado las diez primeras posiciones del ranking WTA: Pennetta (3-0), Bacsinszky (3-0), Hantuchova (2-0), Cibulkova (2-0), Zvonareva (1-0), Ivanovic (1-0), Wozniacki (3-1), Jankovic (2-1), Halep (2-1) y Radwanska (4-3). Tan sólo Serena Williams (1-3), su hermana mayor Venus (0-3) y Sharapova (0-3) dominan con claridad sus duelos directos sobre Muguruza. Tres grandes figuras con un patrón de juego muy similar al suyo, pero con muchos más años en las piernas y kilómetros en el raquetero. Garbiñe dará muchas alegrías al tenis español. El 2015 sólo ha sido el año de su despegue definitivo.