Euro Sub-19: brillante título de España y once ideal del torneo
España se proclamó campeón de Europa Sub-19 en Grecia con un equipo brillantísimo, tocado por la varita mágica de Ceballos y Asensio, aderezado por los goles de Mayoral, pero sobre todo sustentado por un bloque generoso en el esfuerzo y solidario en el compromiso, que supo competir con una facilidad que asusta para chicos de esta edad. Fue una gran España, sin duda el mejor equipo de un torneo de alto nivel, especialmente por el lado que le tocó afrontar al conjunto de Luis de la Fuente, y que nuevamente dejó una actuación brillante de Rusia, que cuenta con una excelente generación, y de Francia, habitual en las rondas finales torneo tras torneo. Sin embargo, la mejor de todas fue La Rojita. Este es, a nuestro juicio, el once ideal y el análisis de los mejores jugadores.
Anton Mitryushkin (portero, Rusia, 1996, Spartak)
Al igual que hace dos años en categoría Sub-17, brillantísimo y muy seguro en la portería rusa. El del Spartak está llamado a ser el portero de la selección de su país durante muchos años y este torneo vuelve a corroborarlo. Alto, sobrio y con mucha personalidad. Un portero extraordinario, tal y como ya se sabía. No tardará en ser el titular en el Spartak.
Angelo Fulgini (defensa, Francia, 1996, Valenciennes)
No subió tanto la banda derecha gala como por la izquierda Lucas Hernández, pero sin embargo se mostró seguro y contundente atrás en una línea defensiva gala poderosa y que apenas sufrió en el torneo, salvo esos últimos minutos ante España en semifinales que les dejaron fuera. Al nivel de Borja San Emeterio, el otro lateral derecho destacado del torneo.
Jesús Vallejo (defensa, España, 1997, Zaragoza)
Pura personalidad, muchas tablas para lo joven que es (un año menor que el resto), poderoso a balón parado, seguro con la pelota en los pies, excelente en el cuerpo a cuerpo con los delanteros rivales. España tuvo en su capitán y pulmón defensivo al tronco necesario sobre el que levantar un gran equipo. Ya es fijo en el Zaragoza y ofertas por él no faltan. El central del futuro.
Jorge Mére (defensa, España, 1997, Sporting)
Sin tanta prensa ni la aureola que rodea a Vallejo pero igual de válido, sólido y prometedor. Se compenetró perfectamente con el zaragocista conformando una pareja de centrales que seguramente veamos durante años en la Selección. Peligroso a balón parado en ataque, pese a no ser el más alto, y rápido en las ayudas defensivas, más incluso que Vallejo.
Konstantinos Tsimikas (defensa, Grecia, 1996, Olympiacos)
En una selección griega que se clasificó muy meritoriamente para semifinales pero que no estaba al nivel de las otras tres, habría que destacar a su lateral izquierdo Tsimikas. Defensivamente con algún problema todavía pero muy incisivo en ataque, además de contar con una pierna izquierda que le hacía botar todas las acciones a balón parado helenas. Tiene futuro.
Rodrigo Hernández (centrocampista, España, 1996, Villarreal)
La gran revelación de España en el torneo, ni siquiera había jugado aún en la élite pero demostró nivel como para hacerlo de sobra. Mediocentro defensivo de verdadera enjundia, por su físico y la forma de manejar el balón recordó a Javi Martínez, se destapó como un jugador capital en mediocampo junto a Merino y sostuvo siempre al equipo. Marcelino puede estar contento con él.
Dani Ceballos (centrocampista, España, 1996, Betis)
Seguramente el mejor jugador del torneo, puso el fútbol de una selección española brillante, guiada explendidamente por un Ceballos soberbio. Jugó con una precisión que asusta, pese a no haber descansando casi tras terminar la temporada con el Betis, y fue inteligente a la hora de acelerar o frenar el fútbol español. Una joya para el Betis.
Marco Asensio (centrocampista, España, 1996, Real Madrid)
Había ganas de verle tras su fichaje por el Madrid, pero la realidad es que no le pesó la presión y fue decisivo en las semifinales ante Francia y en la gran final ante Rusia. Su zurda es una maravilla y jugando pegado a la banda derecha tuvo oportunidad de sacarlo a relucir. Una perla que deberá pulir el Madrid y la Selección. Fantástico.
Bilal Ould-Chick (delantero, Holanda, 1997, Twente)
Extremo habilidoso, muy rápido, incisivo, venía de hacer un buen año en Holanda con el Twente y de llamar la atención de grandes clubes como el Benfica, y cuajó un buen torneo mientras su equipo se mantuvo en él, pues cayó en la primera fase en un grupo durísimo. Oíremos hablar de él. Un extremo típico de la escuela holandesa.
Moussa Dembele (delantero, Francia, 1996, Fulham)
Jugador de segunda línea, potente pero también con calidad, fue suplente para sorpresa de todo el mundo en la semifinal ante España y su equipo lo notó. Muy superior en varios partidos de la primera fase, especialmente el último ante Grecia, es una incógnita saber si su fortaleza física le hace mejor que el resto o tiene algo más. Parece que sí.
Borja Mayoral (delantero, España, 1997, Real Madrid)
El máximo goleador del torneo con tres goles, venía de un año descomunal en el fútbol base del Madrid, coronado con su irrupción en el Castilla, y siguió con su racha y su fenomenal progresión. Tiene un aire inconfundible a Lewandowski, por lo rápido que es pese a su altura y a lo bien que se mueve sin balón, bien cayendo a banda o viniendo a recibir. Gran delantero.