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Claves de la segunda derrota de Nadal en Roland Garros

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Tomás de Cos

- No funcionó el primer servicio. Así es inviable abordar con garantías un duelo ante el mejor restador del circuito (59% de puntos ganados con el primero y un 38% con el segundo, por un 71% y un 54% en la final de 2014). Dieciocho puntos de break son muchísimos. Nole es un depredador, aprovecha como nadie las debilidades de sus contrarios.

- Empujado por Djokovic, Nadal jugó muy lejos de la línea de fondo por la mayor potencia y profundidad de los tiros del serbio. La bola de Rafa careció de la profundidad que la convierte en un balón medicinal. Y así es imposible que se sintiera dominador o encontrara puntos de inflexión en los largos e intensos intercambios. Djokovic acabó jugando a placer ante un Nadal ofuscado, bloqueado e incómodo.

- Nadal cedió casi siempre la iniciativa en los peloteos (incluso en sus juegos al servicio) y Djokovic hizo un gran trabajo en ataque. Nunca dio tregua, cometió pocos errores y tuvo paciencia hasta encontrar el golpe ganador. Impidió los milagros que sólo sabe hacer el balear. A Rafa le faltó mandar sobre su pista talismán y sufrió mucho desgaste físico.

- No apareció su derecha. Nole lo impidió. Construyendo sobre el revés del balear con tiros muy angulados unas veces y cortándole el ritmo otras. Entre unas cosas y otras, Nadal no pudo taparse el revés para sacar provecho a su mejor arma.

- Estuvo fuera de su zona de confort. Djokovic no sólo movió al balear de un lado al otro de la pista. También lo obligó a ir a la red haciéndole la goma. Djokovic utilizó las dejadas como nunca. Hasta diez ejecutó en el primer set (ganó siete).

- Nadal no encontró demasiados tiros angulados que le hicieran perder a Djokovic su zona de confort y jugar a la defensiva.

- Le faltaron winners. Otra consecuencia de no ser dominador de los intercambios es que Rafa no encontró los golpes ganadores. También es cierto que el n1 va también sobrado de piernas. A Djokovic, en cambio, se le acabaron cayendo de los bolsillos (45-16). Especialmente devastador resultó con su derecha: 23 golpes inalcanzables para Nadal.

- Rafa fue de más a menos. No encontró el antídoto para contrarrestar a Djokovic (o no supo aplicarlo), salvo en el primer set. No reaccionó como acostumbra, subiendo el nivel, la intensidad y la inteligencia táctica de su tenis. No hubo cambio de ritmo.