El ‘chacal’ Djokovic ya huele París
Demoledor. No hay mejor adjetivo calificativo para el tenis del serbio este 2015. En su mejor temporada hasta la fecha, se está mostrando más rápido, potente y preciso que nunca. Una especie de tenista letal de videoconsola. En la final de Roma ante Federer (6-4, 6-3), volvió a dejarlo claro. No mostró fisura alguna. Ni por la derecha, ni por el revés. Ni en defensa, ni en ataque. Ni al servicio, ni al resto. Convencido de su superioridad de principio a fin, sin atisbo de duda alguno. El suizo, con un altísimo nivel de juego, solo podía aspirar a una aseada derrota... Sobre tierra batida, la diferencia física se hace, si cabe, más evidente.
Sus datos corroboran todas las sensaciones mostradas por el ‘chacal’ sobre la pista. Quinto título grande del año (Australia, Miami, Indian Wells, Montecarlo y Roma), cuarto Masters 1000 consecutivo (¡y ya van 24!, adelanta a Federer y se coloca a tres de Rafa Nadal), quincuagésimo tercero de su carrera, vigésimo segundo triunfo consecutivo (¡no pierde desde la final de Dubai ante el propio Federer!), un balance de 35-2 en 2015…
Djokovic tiene Roland Garros como gran obsesión. Hasta aquí nada nuevo. Pero este 2015 ha pasado de favorito a gran favorito. Tiene la confianza por las nubes, juega sin pensar y se le caen los winners de los bolsillos. Me resulta complicado pensar que alguien pueda arrebatarle tres sets en un mismo partido. Incluido Rafa Nadal, que sigue dando pasos adelante hacia su mejor versión, pero que no ha logrado desprenderse por completo de sus dudas y podría tener un cuadro complicado. Tras brillar ante Isner, el balear pinchó de nuevo con Wawrinka.
Eso sí, reconozco a Nadal eterno favorito en París. Por sus 66 victorias y una derrota, y porque la Phillipe Chatrier se adapta como anillo al dedo al tenis del español. Federer, que lo subrayó en Roma, lo sabe bien.
El resto queda más lejos de Nole. Federer tiene una clara desventaja en choques a cinco sets y debería llegar muy fresco a una hipotética final para tener opciones. Murray nunca le ganó sobre tierra batida y recién empieza a tener buenos resultados en esta superficie (Múnich y Madrid). A Nishikori, quizás uno de los más peligrosos por su gran momento, le faltan experiencia y galones. Lo mismo que a Dimitrov. A Ferrer le sigue faltando pegada… y a Wawrinka consistencia. A Raonic, Berdych y Cilic es difícil considerarles aspirantes al segundo grand slam del año.
Djokovic no llega al virtuosismo en ataque de Federer, ni hacer los milagros defensivos al contraataque de Nadal. Pero se les acerca mucho y es un tenista más equilibrado que los dos grandes genios de la raqueta de la Era Open. Que acabe añadiendo Roland Garros en su palmarés es cuestión de tiempo.
Chapeau por Carla Suárez
La canaria perdió su segunda final del curso. En el Foro Itálico el duelo ante Sharapova se le acabó haciendo largo mentalmente: 4-6, 7-5 y 6-1. Pero su triunfo sobre Halep en semifinales y los dos primeros sets ante la rusa demuestran que su tenis no es cualquier cosa. Sobre todo viendo la diferencia de fuerza respecto a las líderes del circuito femenino (la foto lo deja claro). Además de Roma, fue finalista en Miami y Amberes (que no disputó por lesión) y alcanzó al menos los cuartos de final en diez de los once torneos que disputó en 2015. Mañana saldrá octava en la lista WTA. Parece haber encontrado la regularidad que llevaba buscando años.