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¡¡¡Habemus Peyton!!!

Mariano Tovar

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Ni pa’ ti, ni pa’ mí. Los Broncos aspiraban a dejarlo en 10 y su contrato decía 19. Las dos partes se miraban desde lejos y decidieron encontrarse en el punto medio. Quince. Esos serán los millones que ganará Peyton Manning en 2015 por seguir siendo el quarterback del equipo de Denver.

No sé si habéis visto “El Guateque”. Una hilarante película de Blake Edwards, protagonizada por un genial Peter Sellers que da vida a Hrundi V. Bakshi, un actor de origen hindú con vocación de metepatas. En una de las escenas más famosas, Hrundi observa desde la cima de una colina cómo un grupo de bandidos prepara una emboscada contra las tropas que atraviesan un cañón. En un acto de heroísmo sin parangón, se alza y comienza a tocar su corneta para avisar del peligro. Los bandidos de vuelven y le disparan. Fatalmente es alcanzado y muere… Pero milagrosamente se levanta y sigue tocando su corneta… y vuelven a matarlo… y vuelve a levantarse… Muerte, toque de corneta, muerte, toque de corneta… Al final todos le disparan: los bandidos, las tropas del valle, el director de la película… Pero a él le da lo mismo y sigue dale que te pego a la trompeta.

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Y así está Peyton. Por muchas veces que le matamos, dale que te pego a la trompeta. Nada puede con él. Contra toda lógica superó una lesión de cuello que debía haberle impedido la práctica deportiva, con todo tipo de tratamientos y operaciones. Incluso recurrió a las células madre. Desde entonces se sobrepone a intensos dolores y secuelas que le limitan poco a poco. El próximo día 24 cumplirá 39 años. En los últimos partidos de la pasada temporada jugó tocado. La puntilla fue una contractura en el muslo que le impidió rendir al ciento por ciento en postemporada. Esa fue la principal causa de que ante los Colts tuviera una de las peores actuaciones de su carrera… Pero todo lo anterior da lo mismo. Peyton aún tiene ganas de tocar la corneta.


Ya lo he escrito muchas veces. Creo que Peyton ahora sí que está acabado. Por mucho que se esgriman sus números de 2014, durante casi todo el año fue una sombra de si mismo. Y en los últimos partidos, cuando la decadencia se juntó con las lesiones, Peyton resultó incluso patético si lo comparamos con el jugador imperial que ha reinado en la NFL durante todo el siglo XXI.

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Pero también creo que el Peyton acabado de 2014 sigue siendo uno de los mejores quarterbacks de una NFL sin quarterbacks. Creo que hace diez o quince años los Broncos no hubieran necesitado agarrarse a una corneta ardiendo, pero hoy en día Peyton es más que un mal menor.

Decir que alguien como Manning es un mal menor puede parecer temerario, pero creo sinceramente que poquito a poquito, desde septiembre hasta enero, vamos a ver cómo la luz del mito se va apagando lentamente si consigue mantenerse sano. Y que su carrera terminará de forma abrupta en cuanto sufra la primera lesión. Es más, creo que cualquiera de los man-eaters que pueblan las parrillas dudará un instante antes de caer con todo su peso sobre el mito, en un placaje que a estas alturas puede dejar de ser un lance del juego y convertirse en un gravísimo accidente laboral.

Ahora entiendo mejor el despido de Fox y la llegada de Kubiak. El Peyton de 2015 ya no será un general capaz de conducir a las tropas a la batalla. Sin lo intenta, los Broncos se quedarán sin opciones para disputar la Super Bowl. Peyton deberá dar un paso atrás, que en su caso nunca pudimos imaginar, para convertirse en un peón más. Y Kubiak deberá demostrar que es de verdad ese gurú ofensivo que durante tantos años nos han vendido, para sacar las últimas gotas de elixir que le quedan a Peyton y que un equipo pensado para ganar ahora pueda aspirar a hacerlo.


Peyton-Kubiak, Uno tocando la corneta y el otro resucitando a un muerto. Esta vez sí, la última oportunidad del quarterback que todo lo pudo, pero que se ha vuelto humano con las canas.

Y qué queréis que os diga, una vez tomada una decisión que me sigue pareciendo temeraria, deseo con toda el alma ver jugar a Peyton como en los mejores tiempos. Y disfrutaré de cada snap como de un néctar exquisito que en breve quedará extinguido. El último estofado del último urogallo.

Hasta ahora siempre he visto a Peyton como un dios inalcanzable y quizá por ello nunca he valorado sus milagros como se merece. Desde ahora sé que el que pisará el emparrillado será un humano. Y cada pase, cada touchdown, me parecerá un portento aún más inexplicable.

¡¡¡Habemus Peyton!!! El quarterback capaz de tocar la corneta como Louis Armstrong incluso después de muerto.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl