Digo esto, porque una vez pasados los ostentosos fastos draftianos, todos son análisis, comentarios y previsiones acerca de los elegidos por las franquicias, ponderando su acierto o criticando su elección. También es tiempo de contrastar los mocks con la realidad y poner en sus justos términos las dotes premonitorias de sesudos analista.
Por todo ello, no busquen en vano en estas líneas reflexiones acerca del futuro de la dupla de Jadeveon y J.J. Watt en Houston, o si Bortles hará olvidar por fin al infausto Gabbert en Jacksonville o cual será la cifra de hits que encajará Manziel en su estreno ante Pittsburgh entre todos estos ríos de tinta que anualmente se repiten, sigo echando de menos un análisis de los resultados del draft desde un punto de vista que nos permita una perspectiva profunda del verdadero estado de salud del football norteamericano. Con un ejemplo gráfico quizá sea capaz de explicarlo mucho mejor. Los que saben de atletismo, a la hora de hacer balance de un campeonato, lejos de analizar el medallero de la competición, buscan la relación de finalistas de cada selección, verdadero termómetro de su condición atlética. De esta manera, con ser formidables las medallas de oro obtenidas consecutivamente en los Europeos de Praga, Atenas y Stuttgart, sin embargo, el nivel del atletismo español dio un salto de calidad en Split 1990 cuando, sin lograr presea dorada alguna, colocó a 61 finalistas por 33 que había reunido cuatro años antes.
En este sentido, 113 universidades han surtido de jugadores el draft de este año y únicamente 34 de ellas, han copado el 58% de las elecciones. En concreto, y atendiendo al college de procedencia, el ranking de este año quedaría así –contando sólo instituciones que han logrado colocar al menos tres prospectos-:
Por lo tanto, más allá de nombres propios, se infiere de este análisis profundo del draft que algo deben estar haciendo bien en la SEC y la ACC, cuando entre las dos suman 91 prospectos elegidos, 16 de ellos en primera ronda, es decir ¡ la mitad de los first round elegidos son o bien de equipos de la SEC o de la ACC! A estas dos conferencias dominadoras, las seguiría la Pac-12 con 34 prospectos y la Big Ten, con 30. En otras palabras, 155 de los 256 elegidos, provendrían de las Big Four.
Demos ahora un paso más y comprobemos si estas estadísticas son flor de un año o se puede establecer un patrón de comportamiento sistémico. En el siguiente cuadro se muestra en la primera columna las universidades que más jugadores han aportado a la NFL desde el primer draft celebrado en 1936 y en la segunda, las correspondientes a la última década:
Parece por tanto que no hay duda acerca de que los programas deportivos de football de las universidades de estas cuatro grandes conferencias atléticas se muestran como más que idóneos para formar jugadores elegibles en el draft. Ahora bien, ¿esa formación recibida les ha servido para triunfar sobre el emparrillado profesional? o, por el contrario, ¿se han quedado esos prometedores prospectos en vulgares profesionales?
Para contestar a esta cuestión, nada mejor que visitar los anales del grial del football profesional americano. En los archivos de Canton se aprecia que de las trece universidades que cuentan con, al menos, cinco Famers entre sus antiguos alumnos, cuatro son de la Big Ten –Ohio State, Michigan, Illinois y Minesotta-, tres de la Pac-12 –USC, Arizona State y UCLA- y otros tres de la ACC –Pittsburgh, Syracusa y Florida-. Repárese por tanto que el granero universitario de prospectos drafteables, también lo es, básicamente, de futuras estrellas de la NFL, pues que ACC, Pac-12 y Big Ten hayan dominado el draft de este año, encaja con su densa representación en el Hall of Fame de Canton. Ahora bien, se habrán dado cuenta de que en esta relación no figura la SEC, gran dominadora del ultimo draft y de la última década. En efecto, entre los trece colleges que más Hall of Famers han aportado desde sus aulas solo hay una universidad de la SEC…pero qué universidad. Nada menos que de siete chaquetas amarillas pueden enorgullecerse los Crimson Tide de Tuscaloossa (Alabama)…y entre ellos, Joe Namath, no digo más.