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Levantando el velo del draft

Raúl C. Cancio

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(Con este artículo, concluye la publicación de los artículos de Raúl aparecidos en año pasado en Illegal Return)
Jurisprudencialmente, la doctrina conocida como levantamiento del velo consiste en la ficción por la que los socios de una sociedad mercantil pueden quedar obligados al cumplimiento de las obligaciones y deudas de la misma, permitiendo a los tribunales de justicia prescindir de la forma externa de la persona jurídica y alcanzar a las personas que se encuentran por detrás.

Digo esto, porque una vez pasados los ostentosos fastos draftianos, todos son análisis, comentarios y previsiones acerca de los elegidos por las franquicias, ponderando su acierto o criticando su elección. También es tiempo de contrastar los mocks con la realidad y poner en sus justos términos las dotes premonitorias de sesudos analista.

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Por todo ello, no busquen en vano en estas líneas reflexiones acerca del futuro de la dupla de Jadeveon y J.J. Watt en Houston, o si Bortles hará olvidar por fin al infausto Gabbert en Jacksonville o cual será la cifra de hits que encajará Manziel en su estreno ante Pittsburgh entre todos estos ríos de tinta que anualmente se repiten, sigo echando de menos un análisis de los resultados del draft desde un punto de vista que nos permita una perspectiva profunda del verdadero estado de salud del football norteamericano. Con un ejemplo gráfico quizá sea capaz de explicarlo mucho mejor. Los que saben de atletismo, a la hora de hacer balance de un campeonato, lejos de analizar el medallero de la competición, buscan la relación de finalistas de cada selección, verdadero termómetro de su condición atlética. De esta manera, con ser formidables las medallas de oro obtenidas consecutivamente en los Europeos de Praga, Atenas y Stuttgart, sin embargo, el nivel del atletismo español dio un salto de calidad en Split 1990 cuando, sin lograr presea dorada alguna, colocó a 61 finalistas por 33 que había reunido cuatro años antes.

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Pues bien, ¿qué hay detrás del velo de los Clowney, Robinson, Khalil, Gilbert o Shazier? Hay colleges, hay conferencias atléticas, hay programas deportivos, hay maneras y sistemas de entender el deporte universitario y hay estrategias para fabricar los mejores prospectos para el gridiron profesional.

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En este sentido, 113 universidades han surtido de jugadores el draft de este año y únicamente 34 de ellas, han copado el 58% de las elecciones. En concreto, y atendiendo al college de procedencia, el ranking de este año quedaría así –contando sólo instituciones que han logrado colocar al menos tres prospectos-:


Si queremos afinar aún más esta tabla, habría que señalar que de estas universidades, sólo 25 han dispuesto de jugadores en primera ronda, resultando, como veremos, esclarecedora la nueva prelación de colleges atendiendo a este criterio:

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Adviértase por tanto, que no siempre la cantidad de jugadores seleccionados se compadece con la calidad de los mismos. Así, si bien las franquicias eligieron a nada menos que 9 Tigers de Luisiana, no es menos cierto que sólo Odell Beckham Jr. logró ser una primera ronda. Por el contrario, los tres jugadores de la Texas A&M elegidos en el draft, lo fueron en primera ronda, siendo por cierto el peor colocado de sus compañeros el sobrevalorado Manziel.


Ahora bien, esta disparidad en el orden de las dos tablas atendiendo al criterio cuantitativo o al cualitativo, se reconduce si a lo que se atiende es a la conferencia de origen. En efecto, este dato es esencial y permite relativizar los criterios de las dos tablas anteriores al constatarse que calidad y cantidad al final van de la mano. Fíjense, de las diez primeras universidades con mayor número de prospectos elegidos en primera ronda, nada menos que 5 forman parte de la Southeastern Conference (SEC) –Texas A&M, Alabama, Auburn, Florida y LSU-. De la otra relación, la basada en la cantidad global de selecciones, también hay cinco SECs entre las quince primeras. Asimismo, no es casualidad que Clemson, Louisville, Florida State, Pittsburgh o Boston College con 6 selecciones de primera ronda y 42 en total en total, se encuentren adscritas a la Atlantic Coast Conference (ACC).

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Por lo tanto, más allá de nombres propios, se infiere de este análisis profundo del draft que algo deben estar haciendo bien en la SEC y la ACC, cuando entre las dos suman 91 prospectos elegidos, 16 de ellos en primera ronda, es decir ¡ la mitad de los first round elegidos son o bien de equipos de la SEC o de la ACC! A estas dos conferencias dominadoras, las seguiría la Pac-12 con 34 prospectos y la Big Ten, con 30. En otras palabras, 155 de los 256 elegidos, provendrían de las Big Four.

Demos ahora un paso más y comprobemos si estas estadísticas son flor de un año o se puede establecer un patrón de comportamiento sistémico. En el siguiente cuadro se muestra en la primera columna las universidades que más jugadores han aportado a la NFL desde el primer draft celebrado en 1936 y en la segunda, las correspondientes a la última década:


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Algunos datos de interés se derivan del análisis comparado de las dos columnas. Con carácter general, puede corroborarse que los resultados del draft de este año no son aislados, siendo las conferencias SEC, ACC, Big Ten y Pac-12 las dominadoras no solo en 2014, sino desde 1936. Ahora bien, debe subrayarse como en la última década se ha producido un sensible vuelco en las preferencias de las franquicias. Nótese como durante toda la historia, la Big Ten fue el verdadero manantial del draft, convirtiéndose las universidades de Ohio State, Oklahoma, Nebraska, Michigan o Penn State en auténticas factorías de prospectos elegibles. En la última década, sin embargo –con las excepciones de las imperecederas canteras de Trojans y Buckeyes - los colleges de SEC y ACC han asumido el protagonismo durante el mes de mayo, inundando la NFL con sus jugadores; no en vano, en este último draft, cuatro de los diez primeros picks fueron SEC, incluido Javedeon Clowney.


Podríamos incluso someter estos datos a un último crisol selectivo que de nuevo nos confirmaría la tradición futbolística de los referidos programas deportivos. Así, si tomamos la lista de ganadores del Trofeo Heisman atendiendo al college de procedencia, Ohio State, USC, Oklahoma y Auburn vuelven a copar los primeros puestos de la relación, acreditando indubitadamente su excelencia en la formación de jugadores.

Parece por tanto que no hay duda acerca de que los programas deportivos de football de las universidades de estas cuatro grandes conferencias atléticas se muestran como más que idóneos para formar jugadores elegibles en el draft. Ahora bien, ¿esa formación recibida les ha servido para triunfar sobre el emparrillado profesional? o, por el contrario, ¿se han quedado esos prometedores prospectos en vulgares profesionales?

Para contestar a esta cuestión, nada mejor que visitar los anales del grial del football profesional americano. En los archivos de Canton se aprecia que de las trece universidades que cuentan con, al menos, cinco Famers entre sus antiguos alumnos, cuatro son de la Big Ten –Ohio State, Michigan, Illinois y Minesotta-, tres de la Pac-12 –USC, Arizona State y UCLA- y otros tres de la ACC –Pittsburgh, Syracusa y Florida-. Repárese por tanto que el granero universitario de prospectos drafteables, también lo es, básicamente, de futuras estrellas de la NFL, pues que ACC, Pac-12 y Big Ten hayan dominado el draft de este año, encaja con su densa representación en el Hall of Fame de Canton. Ahora bien, se habrán dado cuenta de que en esta relación no figura la SEC, gran dominadora del ultimo draft y de la última década. En efecto, entre los trece colleges que más Hall of Famers han aportado desde sus aulas solo hay una universidad de la SEC…pero qué universidad. Nada menos que de siete chaquetas amarillas pueden enorgullecerse los Crimson Tide de Tuscaloossa (Alabama)…y entre ellos, Joe Namath, no digo más.


Se habrán dado cuenta de que he dejado para el final una Universidad no adscrita a conferencia alguna, y por lo tanto independiente, y que sin embargo, tanto cuantitativa como cualitativamente, puede y debe considerarse como el mejor programa deportivo de football de los Estados Unidos. Me estoy refiriendo, ya lo habrán adivinado, a la muy católica institución fundada en 1842 por el reverendo Edward Serin en la localidad de South Bend (Indiana): Notre Dame du Lac. Los Fighting Irish han aportado 478 jugadores al draft desde su creación -8 de ellos este año-, sólo por detrás de sus eternos rivales troyanos; además, también sólo por detrás de USC, diez de sus alumnos tienen busto en Canton: Nick Buoniconti , Dave Casper , George Connor , Paul Hornung , Earl (Curly) Lambeau , John (Blood) McNally , Wayne Millner , Joe Montana , Alan Page y George Trafton y, finalmente, esta vez sí, en primer lugar y por delante USC, Angelo Bertelli, Johnny Lujack, Leon Hart, Johnny Lattner, Paul Hornung, John Huarte y Tim Brown han sido Heisman Trophy defendiendo a los gold and blue de Notre Dame.


Los insondables caprichos del destino han querido que en la víspera de la ceremonia de los draft de este año, falleciera a los 89 años el más grande scout de la historia de este deporte, el responsable, entre otros, de haber seleccionado en los sucesivos drafts a ocho Hall of Famers entre 1967 y 1974 para los Steelers. Desde entonces, el trabajo de prospección y selección ha cambiado extraordinariamente, alterándose el orden debido, de manera que el marketing, los agentes e intermediarios y el show bussines han sustituido al estudio, el seguimiento, la intuición, el coraje y el talento, cualidades a las que Nunn añadía el profundo y escrupuloso conocimiento de los programas universitarios de football, sus tendencias, sus operaciones, sus estrategias…en definitiva, las factorías de jugadores, auténticos, verdaderos y estables indicadores de la calidad futbolística. El fallecimiento de Nunn es también el fin de una manera de entender el draft. DEP.