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La difícil reinvención de la interferencia en el pase

Mariano Tovar

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Probablemente haya pocas reglas tan injustas en la NFL como la interferencia en el pase. Pero aunque casi todos los aficionados llevamos mucho tiempo reclamando una revisión en la norma, no será sencillo llegar a una solución de la que no se aprovechen y abusen las defensas del mismo modo que se aprovechan ahora los ataques.

La cuestión es que entre el 22 y el 25 de marzo tendrá lugar la reunión de propietarios. Cuatro días que parecen poco importantes en el aspecto deportivo, pero que cada año son cruciales para la NFL, porque siempre se toman decisiones clave para el futuro de la Liga. Supongo que durante esos días se clarificará bastante la jaula de grillos en la que se ha convertido la carrera por mudarse a Los Ángeles, por poner un ejemplo. En esos días también se discuten las modificaciones de reglamento que llegarán a la mesa después de haber sido filtradas previamente por la comisión arbitral.

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Parece que el tema estrella que se tratará tiene que ver con la posibilidad de que los entrenadores amplíen el tipo de jugadas que pueden ser revisadas, para marcar incluso infracciones que han pasado desapercibidas a los árbitros. La propuesta partió del gerente general de los Lions, Martin Mayhew. Y parece una consecuencia lógica del disgusto que aún tienen en Detroit tras la polémica decisión arbitral que les costó el partido contra los Cowboys. La sensación es que los propietarios no están por la labor de ampliar aún más el número de jugadas revisables. Y más cuando hace tan poco tiempo dieron luz verde a la revisión de oficio de un buen catálogo de jugadas polémicas, incluidos todos los touchdowns y cambios de posesión.


Me resulta mucho más interesante que se esté planteando la posibilidad de reconsiderar que los interferencias en el pase no sitúen el balón en el lugar de la falta, que en algunas ocasiones puede estar treinta o cuarenta yardas más allá de la línea de scrimmage, sino que sean castigadas siempre con 15 yardas.

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Podría equivocarme, y si es así os rogaría que me corrigierais en los comentarios, pero creo que en la NCAA las interferencias son castigadas con 15 yardas cuando se producen más allá de esa distancia, o poniendo el balón en el lugar de la penalización cuando la distancia es inferior. Me parece que ese criterio es perfectamente extrapolable a la NFL.

Pero me temo que a la larga este cambio de regla será perjudicial para el juego. Durante todos estos años hemos visto a muchos quarterbacks lanzar pases al grito de “¡BRANZAI!” con el único objetivo de provocar este tipo de penalización. Algunos incluso han convertido ese lance en un arte. Todos hemos visto como quarterbacks desesperados a los que se les acababa el tiempo, lanzaban a un receptor que parecía trabarse y ser arrastrado fuera de la ruta. Los árbitros pitaban castigos de muchas yardas que en ocasiones costaban el partido a un equipo defensor que tenía la victoria en la mano. Después, tras ver la repetición, quedaba claro que ni el balón era atrapable ni el infractor era el defensa, sino que el receptor enredaba para confundir al juez de turno. Pero a esas alturas ya no había solución (salvo que se pudiera revisar la falta como solicita Martin Mayhew).

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La interferencia en el pase es una de las penalizaciones que más abusos está provocando. Entre otras razones porque es la falta que más yardas puede hacer ganar o perder a un equipo.

Pero creo que dejar el castigo en quince yardas puede provocar el abuso contrario. Un jugador de secundaria que se vea superado por el receptor en un big play, podrá impedir lo inevitable haciendo una falta menos costosa que la recepción. Hasta ahora el castigo era tan grave que merecía la pena no arriesgarse a cometer falta y cruzar los dedos con la esperanza de que se produjera un drop imposible, pero si se aprueba la modificación, nos encontraremos con que muchísimos big plays, de esos que nos ponen en pie y atraen a nuevos aficionados a este deporte a paladas, terminarán con un atropello en toda regla y una falta de quince yardas que a la defensa le va a saber a gloria.

Como veis, el dilema es complicado. Y creo que la solución pasar por subir un escalón más que nos lleve a una decisión que terminará llegando inevitablemente a la NFL más pronto que tarde: me refiero a las expulsiones, definitivas o temporales. Creo que cada vez hay más situaciones que se intentan resolver con castigos que están perdiendo su efecto disuasorio. Expulsar del campo a un jugador durante una jugada, un drive, un cuarto, o todo un partido, terminará siendo una buena medida y creo que más pronto que tarde se analizará su aplicación, y en qué situaciones concretas, en una reunión de propietarios.

Mientras tanto, cualquier modificación de la interferencia en el pase me parece muy complicada. Me gustaría más ver una revisión del 'intentional grounding', o que un quarterback reciba un castigo si lanza un pase con la intención de librarse de un sack cuando ya está agarrado y el pase termina siendo incompleto, por poner dos ejemplos.


Y ya que hablamos de la reunión de propietarios, creo que Roger Goodell debe estar bastante preocupado por cómo será recibido después de su enésimo ridículo este año. La justicia ha dado la razón a Adrian Peterson. La NFL no podía penalizarle con carácter retroactivo como hizo Goodell en aras de una política de conducta demencial. La cacicada cometida con el jugador deberá ser envainada de inmediato. Y eso que todavía no sabemos cómo acabará el famoso ‘deflagate’, cuyas noticias llegan con cuentagotas, pero cada vez más parecen confirmar que en las oficinas del la NFL también se precipitaron en esa ocasión.

¿Fire Goodell? Creo que todavía es pronto, pero empiezo a sospechar que ese momento cada vez está más cercano.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl