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Sobre calendarios, reuniones y otras pequeñas historias

Mariano Tovar

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La REUNIÓN con mayúsculas de la offseason ya se ha celebrado. Peyton Manning y John Elway se vieron las caras el jueves en las instalaciones de los Broncos después de que Joe Ellis, presidente del club, fuera a buscar al jugador a Nueva Orleans en el avión privado de Pat Bowner, el propietario. Como se esperaba, tras el encuentro no hubo ningún comunicado.

Manning dijo antes de la Super Bowl que quería mirar a Elway a los ojos antes de decidir su futuro. La sensación que tengo es que el jugador tiene un mosqueo considerable con el club por la marcha de Fox. Me gustaría saber el trasfondo de toda esa historia. Y por mucho que he buscado no he encontrado ni un solo artículo que explique buen lo sucedido. Fox salió por la puerta muy pocas horas después de la eliminación de los Broncos, y dio la impresión de que tenía mucha prisa. Esa no es una decisión que se tome de un día para otro. Se madura durante mucho tiempo. Lo sorprendente es que en ningún momento hubo rumores de conflictos dentro de las oficinas del club. Por una vez, y sin que sirva de precedente, en una entidad deportiva sí que son capaces de conseguir que los trapos sucios se queden en casa.

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Tanto hermetismo quizá sea bueno para el club, pero nos tiene a todos en ascuas. El mensaje que se repite una y otra vez desde Denver es que quieren que Peyton Manning sea su quarterback en 2015, pero siempre poniendo el acento en que para ello deberá pasar dos exámenes físicos el 23 de febrero y el 5 de marzo. Tanto insistir con el puñetero examen físico parece convertir esa fecha en una especie de válvula de escape. El día en que podrán justificar la despedida del jugador con un fuerte abrazo público y un río de lágrimas de cucudrulo. La eterna sonrisa de Elway junto a la eterna frente de Manning en una eterna foto para la historia.

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Puedo equivocarme, pero estoy convencido de que Manning no va a seguir en Denver. Lo bueno es que en muy pocos días lo sabremos, que esta historia tiene fecha de caducidad inevitable en el 9 de marzo, último día antes de que Peyton se asegure los 19 millones de dólares de salario base en 2015. Creo que los Broncos estarían encantados de poder contar con esos millones para invertir en su plantilla y que no tienen ningún inconveniente en probar si Osweiler puede ser suficientemente bueno como para conducir el ataque en el futuro. Pero creo que el problema puede estar planteándolo Peyton empeñado en seguir jugando a toda costa y donde sea.

Elway hizo una jugada maestra librándose de Tebow, en la cima de su popularidad, firmando a un Manning que era aún más popular e ilusionante, pero vender a Osweiler como sustituto es bastante menos emocionante… y seguro. Si Peyton se retirara, como he explicado antes, la historia terminaría sin debate, pero si el quarterback decidiera probar suerte en la agencia libre, muchos equipos pujarían por él a la desesperada (solo hay que recordar la historia de los Chargers fichando a Johnny Unitas cuando hasta el jugador les decía que estaba acabado).

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Yo creo que el problema de Manning no llegó en los últimos partidos, por una serie de lesiones de última hora. Creo que durante todo el año se han visto síntomas graves de decadencia. Os lo expliqué en un artículo titulado ‘¿Sufre Peyton el síndrome Marino?’. Pero un genio nunca deja de serlo y siempre es posible que en un último arreón resurja de sus cenizas para una última temporada genial. Si eso llegara a suceder, Elway tendría muy complicado justificar su marcha.

Que la reunión, que por lo que dicen fue bastante larga, terminara sin comunicado, me reafirma en la opinión de que los Broncos quieren que Peyton se retire ahora vistiendo sus colores, y que Manning quiere seguir jugando. Si el problema es una simple revisión médica no hace falta hablar tanto. Más allá de tanta especulación, tendremos la respuesta el 9 de marzo como muy tarde.

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Después de la historia especulativa de Peyton, os quiero contar la historia surrealista del calendario de los Eagles.

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La cuestión es que los Eagles convirtieron a su receptor Riley Cooper en el protagonista de la página del mes de febrero en su calendario oficial. ¿Cuál es el problema? Pues que si nos remontamos a julio de 2013, nos encontramos un vídeo de Cooper durante un concierto de Kenny Chesney en el que se le ve haciendo comentarios racistas bastante poco afortunados.

 

El revuelo en Filadelfia ha sido importante, y más en estas fechas con bastante poca información que llevarse a la boca. Sin duda, ha sido una coincidencia desafortunada y no hay que buscar una mano negra (lo que faltaba), pero es curioso que un club de la NFL, con tantos medios e ingresos, donde todo parece medido hasta el último milímetro, tenga que salir diciendo que la producción del calendario corresponde a un tercero que trabaja bajo licencia de la NFL y que ellos no pueden revisar el resultado final.

Estoy seguro de que el más disgustado con el asunto es Riley Cooper, que se ha vuelto a ver en el centro de la polémica casi dos años después. Hoy en día una frase desafortunada te puede perseguir toda tu vida.


Y ya que hablamos de pasados inolvidables, la polémica Greg Hardy puede crecer en Carolina en las próximas semanas. El jugador se ha librado de una más que probable condena en un juicio de violencia doméstica porque ha llegado a un acuerdo con la demandante. Sus problemas legales parecen resueltos, pero ya sabéis que el brazo de Goodell es muy largo y todo apunta a que el jugador podría terminar sancionado con otros seis partidos, además de los quince que se perdió en 2014. Yo tengo mis dudas, que los casos de Rice y Peterson son antecedentes peligrosos y auguran que Hardy acudirá a los tribunales ordinarios si se extiende su sanción.

El caso es que los Panthers ya han comunicado que el jugador no seguirá en el club, pero ahora se han encontrado con que en el vestuario se ha formado un frente en su defensa. Parece ser que gran parte de la plantilla quiere hablar con Jerry Richardson, el propietario, para convencerle de que Hardy siga en el equipo. El problema es que este último asunto de violencia doméstica no es precisamente el primer conflicto dentro del largo historial de problemas del jugador.


Para terminar, el culebrón Lynch está viviendo una nueva vuelta de tuerca. Todos pensábamos que su marcha de Seattle podría deberse a su mala relación con parte del staff técnico y, sobre todo, del staff directivo. Y que sería el club el que no querría su continuidad pese a que es uno de los pilares básicos del proyecto de Carroll. Pero con el paso de los días va creciendo el rumor de que Lynch podría estar planteándose el retiro, y que esa decisión tiene en vilo a los ocupantes de los despachos más importantes de los Seahawks. Lynch, un espíritu libre donde los haya, parece que hace siempre lo que le da la gana, pero yo creo que tiene todo mucho más medido de lo que parece. Creo que el jugador está tensando la cuerda para conseguir una subida de sueldo y que terminará habiendo acuerdo para que ‘Modo Bestia’ siga siendo un año más el ídolo del jugador número 12 de Seattle. La solución, como en el caso de Manning, antes del 10 de marzo.

Y como guinda, una estupenda noticia… para Rodger Goodell. Hoy se ha hecho público que en 2013 ganó la módica cantidad de 35.017.000 dólares. 35 milloncejos de nada. Supongo que el comisionado estará disgustado, porque en 2012 había ganado 44 y una reducción de más del 20% no hay cartera que la resista. ¡Pobre!

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl