PREVIA SUPER BOWL (I): Cuando ataquen los Seahawks
Os voy a ser sincero. Yo veo muy difícil que los Patriots ganen éste partido. Y mira que lo he disputado veces y veces en mi cabeza. Pero por muchas vueltas que le doy, me parece complicadísimo. Por eso estoy deseando que comience. Me muero de las ganas de ver si Bill Belichick ha sido capaz de encontrar la fórmula para imponerse a su peor rival posible. Al equipo que acumula todas sus virtudes justo en los aspectos del juego que más daño pueden hacer a los Patriots, y que tienen las mejores armas posibles para contrarrestar las mejores virtudes de sus rivales. Si a New England le hubieran dejado elegir un rival para el gran partido, los Seahawks habrían sido los últimos de la lista.
Todo lo anterior no significa que quiera que ganen los Seahawks. Creer y querer son verbos diferentes por mucho que se parezcan. Tampoco significa que mi pronóstico sea infalible. Al contrario, suelo fallar más que una escopeta de feria. Los aficionados de los Patriots pueden estar tranquilos en lo que respecta a mi previsión.
Creo que Lynch es el hombre del partido. El nombre con más papeletas para engrosar la lista de MVPs de la Super Bowl. El arma ya nada secreta pero igual de imparable.
Y creo que la defensa de los Patriots contra la carrera es la peor faceta del equipo. Es más, creo que un corredor con las características de Lynch es justo el que más puede perjudicar a una defensa como la de New England.
Lynch no es un corredor norte-sur, por mucho que su capacidad para percutir pueda hacerlo creer. New England sí que está preparada para limitar los daños de un corredor que insista por el centro. Wilfork puede convertirse en un muro. Es verdad que el tackle de los Patriots nota la edad (33 años) y las últimas lesiones, pero en un partido como éste es de suponer que volverá a ser el gran Wilfork. Entre otras cosas porque puede ser su última gran noche y no es el momento para guardarse nada. El problema de los Pats para frenar a ‘Modo bestia’ no debería estar en las puertas interiores, sino en las exteriores, que es donde Lynch revienta a sus rivales.
Belichick siempre intenta que su plantilla esté llena de tipos capaces de jugar en varias posiciones y sus defensive ends titulares son, en realidad, más linebackers que ends. Hasta tal punto que en mi opinión los Patriots juegan muchas veces una especie de 2-5, que llega a convertirse hasta en 2-3 cuando acumula jugadores en cobertura. Eso les permite ganar mucha velocidad de respuesta y tener muchas soluciones para desconcertar al quarterback rival, e impedirle leer la defensa, pero como vimos con Forsett en playoffs, o con Ivory, Jamaal Charles y Knile Davis en temporada regular, sufren como perros para frenar la carrera cuando sus rivales insisten con ella, porque destapan todas sus limitaciones. Por último, los Patriots fallan demasiados placajes. Ahí sí que añoran muchísimo a Mayo.
Hay un detalle que debe asustar a los Patriots. Los Ravens destrozaron durante dos cuartos su secundaria con el juego de pase que más les gusta hacer a los Seahawks. Ejecutaron el play action a la perfección, con la línea ofensiva arrastrando a toda la defensa de New England y Flacco repartiendo pases a diez receptores diferentes. Los Patriots tuvieron más éxito en la segunda mitad, pero me pregunto si fue mérito suyo o demérito de los Ravens, que abandonaron la carrera y empezaron a buscar pases más profundos.
El juego de pase de Wilson es casi exacto al que desarrollaron los Ravens en esa primera mitad. Su compenetración con Lynch es perfecta y ambos consiguen esconder si la jugada será pase o carrera hasta el último segundo. Eso puede desarbolar a la defensa de los Pats. Sin embargo, hay algunos factores que sí pueden estar a favor de New England.
El segundo factor es que a esa inmovilización se suma esa red complicadísima de coberturas en zona y al hombre que suele tejer Belichick, y que provoca tantos dolores de cabeza a los QBs rivales. Para mí, lo que más ha evolucionado en la NFL en los últimos tres o cuatro años es la cobertura de pase. Hasta hace muy poco casi no se veían defensas mixtas al hombre y en zona. Básicamente porque no había jugadores suficientes en el campo. Ahora, con los linebackers exteriores en nickel, las formaciones de tres cornerbacks y los frentes de seis jugadores, el asunto se ha sofisticado hasta el dolor de cabeza. Belichick, como no podía ser de otra forma, es uno de los grandes maestros de la novedad.
Wilson es muy inteligente. Economiza sus lanzamientos, y solo los suele hacer si está muy convencido de que van a ser letales. Pero será complicado que pueda tener éxito con esos pases profundos con los que le gusta romper de vez en cuando. Además, puede sortear la calidad de la secundaria de los Pats con lanzamientos a Lynch, que no solo te puede matar corriendo, sino también por el aire.
A favor de los Seahawks también está su línea ofensiva, que protege muy bien y da mucho tiempo a Wilson, y abre rutas perfectas para la carrera, y a la que ha vuelto Unger justo a tiempo. Será complicado que los Pats consigan algún sack, que además no es precisamente una de sus virtudes. Otra ventaja, que puede no serlo en función de los derroteros del partido, es que Wilson sabe que no necesita tener éxito en la mayoría de los drives, porque la defensa les sostiene. Para ellos es más importante no cometer errores y hacer esa labor de demolición del rival para darle la puntilla en el último cuarto.
Hauschka es uno de los mejores kickers de la NFL, aunque suele perder bastante precisión en los field goals largos. De todos modos, el estadio de Glendale, pese a que parece que se jugará con el techo retráctil abierto, será a todos los efectos un dome. Jon Ryan, el punter, suele ser espectacular, pese a su mal partido contra los Packers. Si juega a su nivel, los Patriots empezarán sus drives en posiciones bastante comprometidas, independientemente del lugar desde el que patee. Richardson, lesionado, será una baja importante devolviendo patadas y Baldwin no está mal devolviendo punts, pero no es de esperar que los Seahawks puedan desequilibrar el partido en los retornos.
El ataque de los Seahawks no es explosivo, pero sí muy eficaz. Sabe ajustarse muy bien si la defensa logra frenarlo. Además, los Seahawks se sienten muy a gusto en un partido con el marcador apretado, ya que su ataque va haciendo una lenta labor de demolición de las defensas rivales, y es en el último cuarto cuando alcanza su máximo de efectividad. Si todo transcurre según el guión que pronostican la mayoría de los analistas, durante la mayor parte del partido solo tendrá que preocuparse de mantener el marcador apretado en un duelo de baja anotación. Pero para eso necesitará que su defensa juegue a su máximo nivel, y de eso os hablaré mañana…
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