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Imágenes y frases de las finales de conferencia

Mariano Tovar

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Mirad fijamente a este tipo. Fijaos en su cara, en su gesto serio, su mirada concentrada sin expresión. No le perdáis de vista y nunca le deis la espalda. Se llama Mike McCarthy y es el entrenador de los Green Bay Packers. También es el culpable de todo. El hombre. El nuevo innombrable. El tipo que hasta el final de su vida tendrá que cargar con el peso de haber sido un pusilánime. Le verán por la calle y le señalarán con el dedo. “Mira hijo, ese es el individuo que tuvo toda la culpa”. Y pocas cosas hay peores que el que te llamen ‘individuo’. FIRE McCARTHY!!!!!!

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Hay derrotas heroicas. Derrotas accidentales. Derrotas humillantes y derrotas inesperadas. Derrotas imposibles y derrotas previsibles. Hay derrotas de para todos los gustos y colores. Desde que el hombre pisa la tierra el catálogo de derrotas no ha hecho más que crecer y crecer. Pero hacía mucho tiempo que nadie inventaba una forma tan original de sufrir una derrota. Estoy seguro de que con los años “La derrota de los Packers” será tan recordada como ‘The Catch’ o ‘The Music City Miracle’. Uno de los equipos ganadores por antonomasia, recordado por elevar la derrota a la categoría de arte.

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Y que los aficionados de los Seahawks no saquen pecho. Cinco minutos de rodillo ante una panda de alelados no compensan cincuenta y cinco minutos de ridículo espantoso. Dicen que en una ocasión Charlie Chaplin se presentó a un concurso de imitadores de su personaje y ni siquiera quedó de los primeros. No hay nada peor que un equipo que termina caricaturizándose a si mismo. Los Seahawks casi nunca jugaron como los Seahawks, sino como lo haría una caricatura de los Seahawks. Festival histriónico con final lacrimoso.

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Algunos partidos no resisten un segundo visionado. Éste es uno de ellos. Visto lo visto en los últimos cinco minutos, jugadas inocuas se convierten en momentos decisivos. Decisiones razonables pasan a ser ridículas. Acciones decisivas se transforman en irrelevantes. La realidad es que se alinearon los astros y se sucedieron una serie de catastróficas desdichas, pero ambos equipos hicieron todo lo que estuvo en su mano para que esa sucesión imposible tuviera lugar.

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Belichick se jugó un cuarto down cuando ganaba 14-7 porque no quería un field goal, sino que aspiraba a lo máximo. Tuvo éxito inicialmente, pero el drive acabó igualmente con un filed goal. Al menos lo intentó. McCarthy tuvo dos balones en la yarda 1 de Seattle y ni siquiera se planteó jugarse un cuarto down. Fueron dos decisiones razonables que ahora parecen cobardes. ¿Qué hubiera hecho Belichick si se hubiera visto en una situación similar? Quizá lo descubramos durante la Super Bowl.

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Eddie Lacy y James Starks sumaron 117 yardas por tierra y trajeron por la calle de la amargura a la defensa de los Seahawks mientras los Packers intentaron jugar a ganar. Cuando se pusieron a jugar a no perder, su misión se redujo a quemar los tiempos muertos de sus rivales mientras cantaban ‘Calle Melancolía’ al más puro estilo Sabina. Y claro, al final ya había salido el tranvía.

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La línea ofensiva de los Packers jugó un partido tremendo. Magnífico. Rodgers tuvo tiempo y empezó sin cojera, pero no tuvo su día ni en la primera mitad, cuando sus cinco visitas a la red zone rival se saldaron con un touchdown, una intercepción y tres field goals, ni en la segunda, donde desapareció completamente. Antes del descanso se le dobló el tobillo, posiblemente sin fuerza tras el tratamiento que debió recibir la pierna para paliar los síntomas de la lesión. A partir de ese momento volvió a estar cojo, pero esta vez eso no se convirtió en aliciente. En la conferencia de prensa posterior al partido, rajó de McCarthy como un campeón. ¿Veladamente? Si, pero se le entendió todo.

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Vistos los números, y analizando el choque en frío después de pasadas 48 horas, la defensa de los Seahawks jugó un buen partido. Empezó sobreexcitada, acumuló penalizaciones y mostró algunas de sus carencias, pero es verdad que el ataque de los Packers tuvo casi siempre unas posiciones de campo inmejorables, que Rodgers fue interceptado dos veces en momentos muy importantes, y que limitaron daños encomendándose a la heroica. Mi única duda es si de verdad es mérito defensivo o demérito ofensivo.

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Sobre lo que no hay ninguna duda, es sobre el partidazo de la defensa de los Packers. Matthews estuvo inconmensurable en una posición más central y contenida de lo habitual, Wilson era un prisionero en el pocket y Lynch no conseguía ser un factor… La primera anotación de los Seahawks ni siquiera se puede anotar en su debe, porque llegó tras un error de equipos especiales. Hawk, tenía que haber seguido a Gilliam y en un principio decidió hacerlo, pero cambió de opinión y el asunto terminó como terminó.

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Sobre la defensa de los Packers tras la intercepción de Burnett, no tengo nada que decir. Dudo mucho que Burnett se tirara al suelo por decisión propia. También dudo mucho que hubieran perdido si hubieran seguido presionando como hasta entonces, en vez de ponerse en prevent. Y ya, para rizar el rizo, dudo mucho que ningún entrenador de high school, college o NFL hubiera decidido sacar en la última jugada de la prórroga un 'cover 0' en primer down. Kearse cambió la ruta sobre la marcha, corrió un post, se tiró un pedo y ganó el partido. Con la minga. FIRE McCARTHY!!!!!

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Estoy seguro de que a Bostick le habrán grabado en su taquilla la frase que tan de moda han puesto los Patriots en los últimos tiempos: “Do your job!”

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El jugador número 12 no lo fue tanto. Las gradas se fueron quedando mudas según iba avanzando el partido. Pero por si acaso, Rodgers pasó de los audibles a la mímica.

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Por si se os había olvidado, éste tipo es McCarthy. El entrenador de los dodotis. No le perdáis de vista, es un individuo muy peligroso. Os puede dejar en la estacada en cualquier momento. En el último drive del partido, cuando los Packers tenían el balón para ganar, solo buscó el empate. Su equipo tenía tres tiempos muertos y Rodgers un minuto y medio para atravesarse el campo. McCarthy no pensó en la victoria, sino en la prórroga. Llegaron a la yarda 33 de Seattle en tres jugadas, y a partir de ahí todas sus llamadas fueron para llegar a distancia de filed goal. No se molestó ni en gastar un puñetero tiempo muerto para analizar la situación con calma y buscar la victoria. Dos tiempos al limbo y el otro usado para dar tiempo a su kicker. ¡¡¡COBARDE!!! De todos los errores y despropósitos, este último drive me parece el más sangrante.

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Y volviendo al jugador número 12, bastante gente se marchó del estadio después de la cuarta intercepción a Wilson. Cuando intentaron volver, se encontraron las puertas cerradas y tuvieron que ver el final por la televisión. Eso sí, los que se quedaron, gritaron más que nunca y algunos se bebieron hasta el agua de los floreros.

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Pero para celebración divertida, la de Michael Bennett, que dio la vuelta al ruedo subido en bicicleta.


Y ahora, la gran pregunta: ¿estarán Sherman y Earl Thomas al ciento por ciento para el partido contra los Patriots? ¿Jugará Brady contra una secundaria mermada?


¿Y del partido de los Patriots no hay nada que decir? Haré un esfuerzo en las siguientes líneas, pero en realidad fue un partido casi sin historia.


¿Me imagino a Belichick desinflando balones? Si. Y haciendo que corten el césped artificial, obligando a que suban la potencia de los focos cuando alumbran de frente a sus rivales, echando pica pica en los uniformes contrarios, espiando a sus rivales (dudo que tanto él como todos los demás lo hayan dejado de hacer), leyendo los labios hasta del aguador del enemigo, cortando la señal de los teléfonos internos de la otra banda, crackeando las páginas web rivales… Pero Belichick no gana por nada de eso. Gana porque quizá sea el mejor entrenador que ha pisado nunca un estadio de football americano. Todo lo demás solo es obsesión enfermiza, como las sudaderas y la cara eterna de comeniños.


Dicho lo anterior, los Patriots no ganaron 45-7 porque hubiera algún balón desinflado, intencionada o involuntariamente. Además, igual que pienso que sí es posible que Belichick pudiera ordenar que se quitara algo de presión, no tengo ninguna duda de que sus jugadores no tenían ni idea.


El primer drive de los Patriots fue un tres y fuera que terminó con un punt en el que recuperaron el balón. Si el asunto ya estaba de por si desequilibrado, lo último que tenían que hacer los Colts era cometer un error tan grave, que fue el punto de partida del primer touchdown de los Patriots.


Pero por si fuera poco lo anterior, Vinatieri marró un field goal de 51 yardas en el siguiente drive de los Colts. Es el tercero que falla el kicker en toda la temporada. ¿Habló Belichick con él antes del partido? ¿Le enfocó a los ojos con un láser? Seguro que la mano negra de Belcebú estaba detrás de ese error. Tanto el fumble como el field goal fallados pasaron desapercibidos por el rodillo patriota del resto del encuentro, pero ese arranque garrafal de los Colts marcó el partido.


Donde Belichick y McDaniels pusieron de verdad su marca fue en la estrategia ofensiva del partido, en la que permanentemente volvieron loca a la defensa rival, cambiando las asignaciones de jugadores elegibles e inelegibles. Harbaugh debió estar toda la noche gritando “¡TRAMPA!” en su casa. Fleming fue designado tantas veces como elegible, que estoy seguro de que a final de temporada hará lo de Jimmy Graham, y exigirá que le cambien el número y le hagan contrato como tight end. Pero seguro que la NFL responde que en el football moderno los tackles ofensivos juegan habitualmente como TEs… en los equipos de tito Bill.


McDaniels también intentó jugar con 10, es decir, con una línea de cuatro. Pero la primera vez que lo probó llegó el único sack a Brady. Por mucho que se empeñara Helenio Herrera, con 10 no se va a ninguna parte.


Lo curioso es que después de tanto dar la matraca con Fleming, la única vez en que el elegible fue Solder, el balón voló a sus brazos y terminó en touchdown… mientras un comentarista americano celebraba el touchdown de Gronko. Pero claro, vio a un tipo grande, blanco y con el número terminado en ‘7’ y se le fue la pinza. Otro detalle muy bonito, y posiblemente inédito en la historia de este deporte, fue ver a toda la línea ofensiva de los Pats celebrando con Solder la anotación en la end zone, sin que prácticamente ningún otro jugador del equipo se acercara a molestar el ritual de la camaradería. Ese tipo de detalles también hacen equipo, y provocan que un jugador esté dispuesto a entregarlo todo por unos colores. Los que hacen el trabajo más oscuro, enfocados por las luces por una vez en su vida.


Los Patriots no levantaron el pie hasta el final. No dieron nunca el partido por ganado. No empezaron a celebrar la victoria hasta que Garopollo salió al campo a falta de tres minutos. Brady estaba exultante. Como decía un cartel aparecido en la pantalla, él solo ha ganado más partidos de postemporada que 21 equipos de la NFL. Bill y Tom. Una dinastía de dos que está a un cuarto anillo de ser la más exitosa de la historia de la NFL.


Blount estuvo inmenso. Sensacional. Percutiendo, empujando, encontrando siempre dos o tres yardas de más donde no existían… Incluso se permitió el lujo de algún recorte, y cambios de dirección imposibles para un jugador como él. Lo dije en la previa e insisto: la lesión de Ridley ha sido una bendición para este equipo.


Luck no merece una sola crítica por el partido disputado. No jugó bien, pero tampoco dio la sensación de poder hacer mucho más. Lo que sí pareció es que estos Colts necesitan replantearse muchas cosas. Es posible que con un quarterback extraterrestre tengan casi asegurado un asiento anual en postemporada, pero hará falta mucha reconstrucción (línea ofensiva, backfield, receptores, pass-rush, etc…) para que este equipo sea un auténtico aspirante al anillo, salvo que el resto de los gallitos se lo ponga en bandeja de plata.


Los Patriots, con balones desinflados o sin ellos, son el termómetro ideal para que un equipo descubra todas sus carencias. Belichick estudia a fondo a sus rivales y les ataca siempre donde más duele. Dentro de todo lo malo, los Colts tienen que estar agradecidos a los Patriots. Llegan a la offseason con todas sus carencias más frescas y claras que nadie. Con todos los parches que parecían ser solución, arrancados de cuajo. Lo difícil será que los soluciones en unos pocos meses. Parece labor de un par de años.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl